Las ondas electromagnéticas del WiFi que usan los celulares representan una amenaza para la salud de las personas, ya que investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) realizaron un estudio que expone las consecuencias perjudiciales de las ondas emitidas en los teléfonos inteligentes.
Aunque las redes WiFi forman parte de la vida de la mayoría de las personas casi como un recurso de primera necesidad, el avance tecnológico que revolucionó la comunicación de la humanidad trajo consigo repercusiones negativas que impactan en el ADN y potencializan causas como el estrés.
¿Qué son las ondas electromagnéticas? Son causadas por los cambios de campos magnéticos y eléctricos que se esparcen por el espacio que los hace ser transmisores de energía de un punto a otro, tal como sucede con la luz que Sol, o con las transmisiones de radio, por ejemplo.
Los investigadores del Politécnico llevaron a cabo el estudio de los efectos de las ondas WiFi de los celulares en varios grupos de ratones. Los resultados del experimento causaron preocupación a los expertos al descubrir una conexión entre la exposición a las ondas y los daños a la salud.
Las ondas WiFi causan daños irreversibles a la salud
Al exponer a los roedores a tiempos prolongados en las ondas electromagnéticas, los científicos del IPN hallaron que hubo incrementos en padecimientos tales como el estrés oxidativo que puede provocar cáncer, además de otros males en la salud tales como:
- Daño testicular.
- Efectos neuropsiquiátricos (muerte de células).
- Daños severos al ADN.
- Dificultades para el desarrollo físico y motor.
De acuerdo con el estudio publicado por el IPN, más de 300 ratones divididos en cinco grupos fueron expuestos a 860 MHz con 0.5 W de potencia, lo que correspondería a un teléfono celular de segunda generación (2G), y a 2.4 GHz con 0.1W de potencia, como lo que emite un modem de WiFi.
Para tener las conclusiones del experimento, Roberto Linares y Miranda, doctor en Ciencias en Ingeniería Eléctrica y uno de los líderes de la investigación, explicó que este estudio se llevó a cabo en 5 años, de 2015 a 2020. Sin embargo, los efectos sobre la salud no son inmediatos, y se requiere analizar resultados en varias generaciones, concluyó el reporte de los especialistas.
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