Advertisement

Aria, la misteriosa robot que promete cambiar la soledad… a un precio inesperado


La tecnología de robots humanoides continúa avanzando, buscando cada vez más formas de integrarse en la vida cotidiana. Un reciente lanzamiento ha captado la atención no solo por su aspecto realista, sino también por su controvertido origen. ¿Puede una máquina reemplazar la necesidad de conexión humana sin generar polémica? Conozcamos el curioso caso de Aria.

Una «compañera emocional» que no pasa desapercibida

Diseño Sin Título 2025 04 19t182352.294
© Youtube

Su nombre es Aria, mide alrededor de 1,70 metros y es capaz de mover la cabeza de manera algo rígida mientras conversa gracias a una inteligencia artificial integrada. A simple vista, podría confundirse con una figura animatrónica de un parque temático. No obstante, su presencia no deja indiferente a nadie, y no siempre por las razones que se esperarían.

Su imagen altamente sexualizada ha encendido las redes sociales: muchos la comparan con una versión de las célebres figuras de «Westworld». Y no es casualidad. Aria es producto de Realbotix, una empresa derivada de Simulacra, famosa por fabricar las RealDolls, muñecas sexuales de alta gama que dominan ese mercado desde hace más de dos décadas.

Hoy, la compañía afirma haber dejado atrás su pasado. Según voceros, «Aria no tiene órganos sexuales, no está diseñada para el sexo». Su propósito, aseguran, es ofrecer compañía a personas solas, actuar como asistente personal o simplemente ser una «novia digital» sin contacto físico. Un giro de imagen que no todos creen convincente.

Innovaciones tecnológicas con aroma al pasado

Equipado con cámaras ocultas en sus ojos, este robot es capaz de reconocer objetos y recordar detalles sobre sus interlocutores para personalizar sus conversaciones. Incluso puede simular relaciones de largo plazo, buscando replicar la experiencia retratada en la película Her de Spike Jonze.

Aria es altamente configurable: su rostro, sujeto por imanes, puede cambiarse en cuestión de segundos, y su cuerpo también está compuesto por piezas desmontables. Esta flexibilidad le permite adaptarse a diferentes usos y perfiles, pero todo tiene un precio: el modelo completo cuesta unos 175.000 dólares. Para quienes buscan algo más económico, existe un busto parlante por 12.000 dólares o una versión de viaje en maleta por 150.000 dólares.

Aunque Realbotix intenta abrirse paso en sectores como la hotelería, el marketing o la asistencia sanitaria, su diseño sigue generando controversia. La percepción pública de Aria aún está muy influenciada por el legado de las RealDolls, un obstáculo difícil de superar.

Un futuro incierto para la nueva generación de robots

Realbotix ha iniciado una separación legal entre su división de robots de compañía y su rama de muñecas sexuales para reforzar su nuevo posicionamiento. La empresa confía en que este distanciamiento formal le ayudará a atraer nuevos inversores y clientes de perfiles más diversos.

Sin embargo, el camino no parece sencillo. Para muchos, Aria sigue siendo demasiado cara, demasiado inquietante y demasiado ligada a un pasado que resulta difícil de olvidar. Por ahora, su presencia oscila entre la fascinación tecnológica y la incomodidad social, en un terreno incierto que recuerda más a la ciencia ficción que a una revolución cotidiana.

[Fuente: Journaldugeek]



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *