Una joven estudiante universitaria canadiense, Javeria Wasim, se convirtió en protagonista de una historia viral tras intentar desafiar la legendaria dureza de un caramelo Jawbreaker de gran tamaño. Lo que comenzó como una aparente travesura terminó en una dolorosa lección sobre los peligros de subestimar un dulce cuyo nombre en inglés (“rompe-mandíbulas”) ya anticipaba los riesgos.
Impulsada por la curiosidad, Javeria intentó morder el caramelo de aproximadamente 7.6 centímetros de diámetro. La dureza extrema del Jawbreaker resultó ser más de lo que sus dientes y mandíbula podían soportar, provocando una fractura en dos lugares distintos. El incidente requirió una intervención quirúrgica de emergencia para realinear su mandíbula, la cual tuvo que ser inmovilizada con alambres durante un extenso período de seis semanas.
Las consecuencias para Javeria fueron significativas, viéndose obligada a seguir una dieta líquida, enfrentando dificultades para realizar actividades cotidianas básicas. Consciente del impacto de su experiencia, la joven decidió compartir su historia a través de las redes sociales, generando una oleada de reacciones. Su relato se convirtió rápidamente en una advertencia viral sobre los riesgos de intentar morder caramelos excesivamente duros.
La historia de Javeria, ahora conocida en las redes como la “Chica Rompe-Mandíbulas“, sirve como un recordatorio contundente de que algunos dulces no fueron hechos para morderse, tal y como te lo dijeron tus padres o tu dentista, pero no quisiste hacer caso hasta el momento. Piénsalo dos veces antes de morder un caramelo duro la próxima vez que tengas ganas de hacerlo.
¿Qué es el Jawbreaker y cómo se puede comprar?
El Jawbreaker, también conocido como Gobstopper en algunas regiones, es un caramelo duro y esférico famoso por su larga duración y la dificultad que presenta al intentar morderlo, de ahí su nombre. Tradicionalmente, un Jawbreaker se compone de múltiples capas de caramelo prensado, cada una con un color diferente, a veces, un sabor distinto. El núcleo puede ser una pequeña bolita de azúcar, una semilla de anís o incluso un chicle en algunas variedades modernas.
La popularidad del Jawbreaker se debe en gran parte a su naturaleza duradera, lo que permite disfrutar de su sabor dulce durante un tiempo prolongado. Además, la sorpresa de las diferentes capas, tanto en color como en sabor, añade un elemento de diversión a la experiencia de consumirlo. Su dureza es tal que intentar morderlo puede acarrear riesgos dentales, por lo que se recomienda dejar que se disuelva lentamente en la boca, disfrutando de cada capa hasta alcanzar el centro.
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