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La Jornada – Sujeto que ‘discriminó’ a trabajador en Mazatlán, se defiende en redes


José Ignacio Lizárraga, de 78 años, fue acusado en redes de discriminar a un trabajador de la construcción en Mazatlán, Sinaloa, pero el interpelado aseguró: “Jamás insulté a nadie. Sólo pedí que no bloquearan mi puerta”.

El varón, quien dijo haber residido durante más de 35 años en la avenida Cruz Lizárraga del puerto mazatleco, negó haber incurrido en algún acto de discriminación o humillación hacia un empleado de la construcción, como se difundió recientemente en redes sociales. Lizárraga sostuvo que el incidente fue resultado de que pidió a un albañil que comía frente a su domicilio que se recorriera, de tal forma que no obstruyera el paso peatonal ni las entradas de su casa.

La prensa manejó originalmente que Lizárraga era un turista extranjero. Esto propició que este miércoles se reunieran decenas de personas para manifestarse sobre la avenida Cruz Lizárraga, en el fraccionamiento Tellerías, para repudiar lo que interpretaron como una humillación hacia un ciudadano mexicano en su propio territorio, por parte de un foráneo. Incluso arrojaron huevos contra la vivienda del supuesto agresor.

“Tengo 78 años, diabetes, y no puedo estarme enfrentando físicamente con nadie. Sólo le pedí que no bloqueara las puertas”, comentó sobre el presunto ataque al alarife. Lizárraga explicó que desde hace años ha solicitado a trabajadores de las torres que edifican en torno a su hogar que no se instalen justo frente a su entrada.

Apuntó que en su domicilio se ofrece comida a la venta, por eso necesita libre acceso para clientes, proveedores y repartidores de paquetería. Aseguró que el episodio fue grabado el lunes pasado sin su consentimiento, por una persona que difundió el video en redes sociales, acompañándolo de una narrativa falsa: que un estadunidense humilló a un asalariado mexicano.

“Eso es totalmente falso. Yo soy mexicano, mazatleco y nunca insulté a nadie. Solo pedí que no se recargaran en mi barda”, aclaró. Lo que se ve en el video, manifestó, es cuando él se acercó a intentar hablar con el albañil, quien terminó retirándose.

Lizárraga señaló que su esposa debió llamar a las autoridades tras amenazas, golpes a las puertas de su casa y la presencia constante de motocicletas y autos tocando sus bocinas. “Todo esto ha llegado a un nivel descontrolado, y todo por una mentira”, expuso.

(Con información de Debate de Sinaloa)





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