Washington. El gobierno del presidente Donald Trump tomará medidas el martes para reducir el impacto de sus aranceles a los automóviles al aliviar algunos aranceles impuestos a las piezas extranjeras en los autos fabricados en el país y evitar que los aranceles sobre los autos fabricados en el extranjero se acumulen sobre otros, dijeron funcionarios.
“El presidente Trump está construyendo una importante alianza con los fabricantes de automóviles nacionales y nuestros excelentes trabajadores estadunidenses”, dijo el secretario de Comercio, Howard Lutnick, en un comunicado desde la Casa Blanca.
Este acuerdo representa una importante victoria para la política comercial del presidente, ya que recompensa a las empresas que fabrican en el país y, al mismo tiempo, brinda margen de maniobra a los fabricantes que han expresado su compromiso de invertir en Estados Unidos y expandir su producción nacional.
El Wall Street Journal fue el primero en informar sobre el desarrollo.
Los fabricantes de automóviles dijeron más temprano el lunes que esperaban que Trump emitiera un alivio de los aranceles a los automóviles antes de su viaje a Michigan, que es el hogar de los Tres Fabricantes de Automóviles de Detroit y más de mil importantes proveedores de automóviles.
La semana pasada, una coalición de grupos de la industria automotriz estadunidense instó a Trump a no imponer aranceles de 25 por ciento a las autopartes importadas, advirtiendo que reducirían las ventas de vehículos y aumentarían los precios.
Trump había dicho anteriormente que planeaba imponer aranceles de 25 por ciento a las autopartes a más tardar el 3 de mayo.
“Los aranceles a las autopartes perturbarán la cadena de suministro automotriz mundial y desencadenarán un efecto dominó que conducirá a precios más altos para los consumidores, menores ventas en los concesionarios y hará que el mantenimiento y la reparación de los vehículos sean más costosos y menos predecibles”, dijeron los grupos industriales en la carta.
La carta de los grupos que representan a General Motors, Toyota Motor, Volkswagen, Hyundai y otros, fue enviada al Representante Comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, al secretario del Tesoro, Scott Bessent, y a Lutnick de Comercio.
“La mayoría de los proveedores de automóviles no están preparados para una interrupción abrupta inducida por aranceles. Muchos ya están en dificultades y se enfrentarán a paros de producción, despidos y quiebra”, añade la carta, señalando que “basta con el fracaso de un proveedor para provocar el cierre de la línea de producción de un fabricante de automóviles”.
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