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La locura se desata en Italia; otro pequeño favor


Para Anna Kendrick y Blake Lively, poder compartir el set no sólo es un placer profesional, va más allá de eso. Es la oportunidad de poder disfrutar y divertirse con mujeres que de alguna forma representan un amplio espectro de personalidades.

En Otro pequeño favor, la secuela de Un pequeño favor que se estrena en Prime, las actrices disfrutaron de principio a fin no sólo volver a interpretar a Stephanie Smothers y Emily Nelson, sino confirmar que sí, las mujeres son fuertes y locas cuando se trata de algo que verdaderamente les importa.

“Me gusta que las dos están locas. Yo parezco normal, pero por dentro estoy loca. Creo que eso es de lo que más me gusta. Son personajes femeninos fuertes, pero estas mujeres están locas.

“Y también justo hablábamos de Elizabeth Perkins y Allison Janney. También fue súper divertido e inspirador, también Elena, ver como ellas se entregaban por completo, me hizo pensar ‘creo que todas deberíamos hacerlo igual’. El elenco está lleno de mujeres fuertes y que están locas”, compartió Anna en una entrevista por el motivo del estreno de la cinta.

Pero no es de extrañar esta aseveración. En esta entrega Stephanie y Emily se embarcan en una nueva aventura cuando se reúnen en la hermosa isla de Capri, Italia, para la extravagante boda de Emily con un adinerado empresario italiano.

Junto con los glamurosos invitados, el asesinato y la traición también han confirmado su asistencia a una boda con más giros y sorpresas que el sinuoso camino de Marina Grande a la plaza del pueblo de Capri.

“Estaba emocionada por hacer una segunda parte y además pudimos rodar en Capri, lo que lo hizo aún más especial. Cuando Paul (Feig) dijo que sería en Italia pensé: ‘un estudio en Atlanta o algo así’, ¡pero no! Fue genial poder rodar allí. Creo que la primera película fue tan buena que no se me ocurre ninguna que la compare tan bien en cuanto al tono.

“Lo que Paul logró con el tono de la primera fue un acto de equilibrio, fue impresionante. Sobre todo teniendo en cuenta que, cuando piensas en él, piensas en Spy: Una espía despistada y Damas en guerra”, dijo Blake.

Después de casi seis años desde el estreno de Un pequeño favor, las chicas jamás imaginaron que regresarían a los personajes y mucho menos qué tipo de historia estarían contando en esta ocasión, por lo que el aviso de Paul para hacer la secuela se convirtió en algo lleno de felicidad, pero también de intriga porque no sabían qué sería lo que el director tenía entre manos.

“Me divertí muchísimo con la primera y pensé: ‘va a ser difícil que la siguiente sea tan divertida’, porque también fue aterradora. Es una de esas cosas que cuando miras atrás, las partes de miedo se sintieron divertidas. Ya sabes, en esa época nos mirábamos y pensábamos: ‘¿es un drama o una comedia?’.

“No sabíamos. Le preguntamos a Paul y le dije que necesitaba tenerlo claro. Él respondió que sí, que era un drama o una comedia, lo cual no fue una respuesta y fue aterrador. Pero después, cuando vimos la película y el desenlace, nos divertimos mucho juntos frente a la cámara”, explicó Blake.

“Cuando se comenzó a hablar de una segunda cinta pensé que me encantaría estar allí, pero ya sabes, promesas, promesas. Fue un proceso muy largo, así que no lo recuerdo exactamente, pero fue como: ‘bueno, lo están pensando y puede que lo hagan’, así que no quería emocionarme demasiado.

“Fue un año o dos al menos, y luego hubo un millón de borradores, todos locos, y al final terminamos filmando el más loco”, agregó Anna.

No es una casualidad que Paul Feig se haya llevado a todo el elenco a filmar a Capri, Italia. El cineasta tiene una fuerte conexión con la isla italiana, particularmente con el Grand Hotel Quisisana, en particular con la terraza del lugar donde suele tomarse un aperitivo con botana cuando se encuentra en el sitio.

“Probablemente haya una razón por la que la mayoría de las producciones no filman en Capri y prefieren reproducirlo, la cuestión con Paul y Capri es que Paul es el rey de Capri. Si vas a algún sitio con Paul Feig, la gente, no bromeo, sale corriendo de las tiendas como si fuera el estreno de La bella y la bestia.

“Le gritan ‘¡Paulino, Paulino!’ como si fuera el rey de Capri. Creo que estaban más contentos de tenernos allí de lo que estarían normalmente, porque ¿por qué un lugar tan idílico y encantador dejaría que gente de circo sucia viniera a trabajar allí? Así que, sí, fue increíble y también logísticamente muy difícil”, compartió Anna.

Blake recordó con una sonrisa que el elenco con el que trabajó en esta entrega fue una de las cosas que hicieron que su trabajo fuera de lo mejor, además de que fueron parte de la inspiración para darle vida a Emily.

“La verdad es que fue muy fácil con este grupo de personas. Es una combinación de factores. Tuve la suerte de poder trabajar con los mejores actores, tener un guion excelente y la capacidad de adaptarme a eso. Paul nos dio el espacio y la confianza y él es el espectador más entusiasta, así que te sientes bien para probar cosas nuevas, lo cual es genial.

“(Paul) Crea el ambiente perfecto para dar lo mejor de ti, para tomar decisiones audaces y saber que te cuidará. Si te pasas, no pasa nada, no tienes por qué avergonzarte. Puedes tomar decisiones arriesgadas y aun así te cuidará… o no lo hará y las usará, entonces tienes un personaje loco”, dijo la actriz.

 

  • Otro pequeño favor es la primera y única secuela que Paul Feig ha filmado.
  • Elizabeth Perkins reemplazó a Jean Smart en el papel de Margaret debido a la agenda de Smart. La película bromea al respecto cuando Emily conoce a su madre y le dice que ha cambiado un poco.
  • La película se estrenó en mayo pasado en el festival South By Southwest.
  • Se filmó en dos meses en locaciones de Ontario y Toronto en Canadá, además de Capri, Italia.



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