I
U
na muralla de tierra se ha instalado en la ciudad. Es un fenómeno nuevo en una región acostumbrada a las tolvaneras; ahora el polvo se suspende en el aire, coloreando la ciudad con los tonos sepia con que a veces se representa la frontera en ciertas producciones cinematográficas. El viento que arrastra la arena azota las calles, pero ya no con la fuerza de costumbre, sino de una manera lenta, produciendo sensaciones asfixiantes e imágenes distópicas. Es como si la ciudad estuviese atrapada en un laberínto de muros de arena. Por momentos se pierde la visibilidad a tres cuadras de distancia y un sol muerto apenas si se distingue en el horizonte.
Los expertos atribuyen lo anterior a la falta de lluvia, las altas temperaturas y la consiguiente resequedad del suelo en una zona que ha sido sistemáticamente depredada por el modelo maquilador. La destrucción por diseño a la que han sido sometidas ciudades como Juárez ha generado todo tipo de violencias. La violencia ambiental no es nueva, (basta recordar el episodio del cobalto 60 a finales del siglo pasado), pero ahora se manifiesta de manera contundente y generalizada. Constituye un fenómeno binacional que no conoce fronteras y aqueja al antiguo Paso del Norte.
II
Desde las cuatro de la tarde los seguidores de los Bravos F.C. han llegado al estadio para apoyar al equipo en su partido eliminatorio contra los Pumas de la UNAM, pero el juego no empieza porque los directivos y las autoridades deportivas discuten si el partido puede realizarse. No está por demás insistir en que el aire es irrespirable debido a la nube de arena que ha descendido hasta la cancha. El equipo de casa argumenta que debe jugarse, y que las condiciones que prevalecen son equivalentes a las que aprovechan otras localías, como el calor del mediodía en el Olímpico Universitario de la Ciudad de México, o la altura en Toluca. Al final se decide que el partido iniciará con más de una hora de retraso. No queda claro si la salud respiratoria de los jugadores, que tendrán que correr durante más de dos horas, ha sido tomada en cuenta. Los dueños y directivos, apoltronados en sus palcos VIP, observan cómo inicia el partido en el estadio Benito Juárez, ubicado en el corazón de El Chamizal, territorio recientemente decretado como zona de restauración ecológica, bajo resguardo de la Semarnat.
III
Pese a que el centro de convenciones promovido por un sector del empresariado ya no se edificará en El Chamizal, debido a la presión ciudadana y a un dictamen del Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua (IMTA), recientemente se ha insistido en que el controvertido proyecto podría construirse en el Parque Central, otro de los pocos espacios ecológicos y de esparcimiento en una frontera donde predomina la producción y transporte de mercancías sobre el bienestar de las personas. Ante las protestas, el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar anunció que impulsaría un plebiscito, pero unos días más tarde reculó afirmando que tal vez era el momento de considerar la compra de un terreno para realizar el proyecto. Comparó la situación con la construcción de una residencia privada y utilizó la primera persona del plural, adoptando de esa manera la perspectiva del empresariado convencionista. Se esperaría que el alcalde de una ciudad abogara por la defensa y preservación de la casa de todos, pero los intereses empresariales y las aspiraciones de los políticos locales pesan más en la agenda pública que el bienestar común. No debe extrañar entonces que en sus comentarios el alcalde morenista haya abdicado del tutelaje de los espacios públicos, incluido El Chamizal: Los Hoyos no son de nosotros. Tampoco el Parque Central
. Los mal llamados Hoyos son superficies adyacentes al río, cuyas condiciones naturales la Semarnat ha considerado se deben respetar y conservar, a efecto de mantener la salud y la seguridad ambiental y humana
.
IV
Después de seis horas, entre prórrogas e interrupciones, Pumas ha eliminado a Bravos en tanda de penales. El público sale del estadio y se dispersa por las calles navegando en el polvo. Dos preguntas quedan flotando en el ambiente: ¿cuáles fueron los criterios utilizados por los directivos del futbol mexicano para decidir que el partido se jugara? Y, ¿con el dinero de quién se piensa comprar el terreno para edificar el centro que los empresarios no han logrado construir en 25 años?
* Profesor de la Universidad de Texas. Novelista, ensayista y traductor. Su libro más reciente es Fabular Juárez: marcos de guerra, memoria y los foros por venir. Premio Chihuahua 1995
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