Sanjuana Martínez
Periódico La Jornada
Domingo 4 de mayo de 2025, p. 10
Cinthia Paulina Villalobos Aguilar se despertó en medio del desierto de Samalayuca, Chihuahua. Estaba desnuda, golpeada, tiesa de frío y el dolor no le permitió ponerse de pie. A su alrededor había basura y sin incorporarse alcanzó a ver su bolsa; estiró la mano para sacar el celular y pidió el apoyo de una ambulancia que la llevó al Hospital de la Mujer de Ciudad Juárez.
Dice que sus agresores la creyeron muerta y la tiraron en un basurero. Han pasado tres años desde entonces y ahora camina por los alrededores de la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero sin poder acercarse a la sede del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (Suterm), de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), sección 162, lugar donde el 22 de abril de 2022 la violaron trabajadores de la empresa productiva del Estado.
Cinthia Paulina, de 34 años, era obrera en una maquiladora, pero desde la agresión su vida dio un vuelco y no ha podido seguir trabajando. Tiene tres hijos de 14, 10 y ocho años que mantener, aunque las pesadillas y las secuelas no la dejan reanudar su vida normal a pesar de las terapias que ha estado recibiendo.
Le doy gracias a Dios que sigo viva. Pensaron que me habían matado, por eso fueron a tirarme. No me puedo recuperar porque no ha habido justicia. Ellos siguen como si nada, trabajando en CFE protegidos por la empresa y por su sindicato
, dice en entrevista con La Jornada.
Fiestas raras
Ese día, su amigo Checo, Ezequiel Bueno Tapia, la invitó a cotorrear y tomar con unos amigos
en la termoeléctrica de la CFE; le dijo que Pipe, Arturo Sigala García, pasaría por ella a su casa en un coche blanco.
Ambos llegaron a la sede del Suterm en las instalaciones de la CFE. Ahí la esperaban los trabajadores sindicalizados Hugo Manuel Corona Pérez y Raúl Sánchez Mendoza, quienes dijeron que aún estaban en su horario laboral y por eso portaban su uniforme de mezclilla con las siglas bordadas de la CFE, pero le aclararon que podían divertirse
.
Les pregunté si iba a haber más mujeres. Me dijeron que no sabían si vendría más gente. Me invitaron una cerveza y sacaron cocaína. Yo les dije que sí. Uno de ellos se fue sobrepasando conmigo, me agarraba mucho la mano y yo le decía que no.
Cuenta que Raúl Sánchez Mendoza, sacó una pastilla, la molió y le ofreció un pase
al que ella accedió sin saber qué era, y después observó que ninguno de los dos compartió el polvo blanco de la pastilla.
Ambos hombres empezaron a tocarla y ella les dijo que no. En ese momento le habló a su amigo Ezequiel: estos señores se están sobrepasando; ven por mí
. Pero su amigo le dijo que no podía y simplemente le espetó: hazle como puedas
, le colgó y apagó el teléfono.
“En ese momento me empecé a sentir rara, me daba vueltas todo, me sentía mareada. Les decía que me sacaran y no querían. Sentí como que ellos querían algo más a pesar de que yo les decía que no. Me dijeron que Ezequiel les llevaba puras señoras mayores y que yo era la más joven. Yo creo que algo de dinero le dieron a él, a cambio de llevarme.
Cuando vi que aquello no era una fiesta, les aclaré que a mi nunca me dijeron que era para cuestiones de servicio. Yo vine a una fiesta, insistí, no soy trabajadora sexual.
Señala que luego accedió a tener relaciones con Sánchez Mendoza sobre una mesa de billar: y como no me sentía cómoda por el lugar donde estábamos, le dije que ya no quería seguir haciéndolo y se detuvo sin problema
.
Añade: pese a mi negativa, el otro sujeto, Corona Pérez, empezó a tocarme contra mi voluntad, metiéndome los dedos en la vagina y en el ano. Yo no tenía posibilidad de defenderme porque me sentía mareada, pero le expresé de forma clara que parara lo que estaba haciendo. No me hizo caso, después me introdujo un palo de billar en la vagina y el ano y me mordió el pezón izquierdo, arrancando un arete que ahí traía. Después de eso perdí el conocimiento. Ya no supe de mí
.
Denuncia ante el MP
Cinthia Paulina estuvo alrededor de 24 horas inconsciente. Cuando despertó tirada en el lote baldío tenía golpes en todo el cuerpo. El daño que sufrió no le permitía ni caminar: tenía muchos golpes, moretones en todo el cuerpo, eran de zapatos de casquillo. Además de lo que me hicieron, me patearon todo el cuerpo. Tenía quemaduras de cigarros en los pies y me golpearon en la nariz; de hecho, todavía la tengo chueca
.
Los hechos quedaron asentados en la carpeta de investigación 37-2022-0012616 ante el agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad Especializada en Investigación en Delitos contra la Libertad y Seguridad Sexual y Normal Desarrollo Sicosexual FEM-ZN, de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua.

▲ Cinthia Paulina (imagen) era obrera en una maquiladora cuando su amigo Ezequiel Bueno Tapia la invitó a cotorrear y tomar con unos amigos
a la termoeléctrica en Samalayuca, Chihuahua.Foto La Jornada
En dicha carpeta, a la que ha tenido acceso La Jornada, obra el informe de agresiones sexuales emitido por la doctora Zayra Viridiana Miranda Soto, con cédula profesional 11945154, quien dictaminó las lesiones de Cinthia en cráneo y cuello, tórax y mamas, abdomen, brazos, piernas, y multiples equimosis violáceas violetas en ambos glúteos
, así como las heridas de la vagina y el ano.
El dictamen pericial del sicólogo Aram Alejandro Ruiz Hernández concluyó la afectación emocional: niveles graves de ansiedad con alta perturbación en su estado de ánimo e índices moderados de reactividad al estrés, lo que le ha provocado un malestar clínicamente significativo, mostrando deterioro a la escala personal (inseguridad miedo) y emocional (sentimiento de tristeza, humillación, culpa), con la consiguiente vulnerabilidad a la víctima a una revictimización
.
Cinthia Paulina buscó el apoyo de la organización no gubernamental Casa Amiga Esther Chávez Cano, que lleva la demanda penal contra los agresores y el Suterm, y también la demanda civil contra CFE Generación IV, empresa productiva subsidiaria de la CFE, bajo el número de expediente 472/2023 en el juzgado segundo civil por audiencias del Distrito Judicial Bravos, por daño moral.
Desde que ocurrieron los hechos, recibe apoyo terapéutico: sufro las secuelas de la violación. Ando con miedo en la calle. Tengo problemas de sueño, se me viene a la mente lo que sufrí. Me pongo a llorar cada rato, entro en depresión y no he podido trabajar
.
Lizbeth Anahí Cavazos Leal, abogada de CFE, contestó la demanda negando de manera general todas las reclamaciones y considerando improcedente todo debido a que la CFE no es una sociedad mercantil ni persona moral, ni tiene objeto social como persona de derecho privado
, por tanto no tiene obligaciones más que generar valor y rentabilidad para el Estado mexicano como su propietario”.
La abogada argumentó que la víctima fue de forma libre y espontánea al lugar
, y entonces fue supuestamente
víctima de violación, pero señala que los hechos ocurrieron en las oficinas del sindicato, y por tanto la CFE no es responsable ni directa ni indirectamente
.
La empresa le argumentó que las oficinas del gremmio no se encuentran en la termoeléctrica, aunque los hechos señalan lo contrario. Y afirmó: resulta falso que trabajadores de la CFE hayan violado físicamente a la actora, por lo que no son responsables de la supuesta afectación a la integridad corporal, vida privada, entorno familiar y dignidad humana de la accionante
.
Por su parte, Francisco Avilés Arciniega, secretario general de la sección 162 de Samalayuca del Suterm, niega los hechos y sólo acepta que Arturo Sigala García es trabajador de la CFE y rechaza el argumento de la paraestatal, afirmando que sus oficinas sí están dentro: se encuentran dentro de las instalaciones de la Central Termoeléctrica Benito Juárez (Samalayuca). Si bien el acceso de las instalaciones sindicales se da por una entrada adicional a la de la termoeléctrica, dichas oficinas son parte integrante de la central de referencia, amén de que su mantenimiento y propiedad corresponde a la CFE Generación IV
.
Justicia lenta
El pasado viernes 2 de mayo fue la última audiencia, pero se difirió. La abogada de la víctima, Brenda Lara, dice que no van a permitir que los hechos queden en la impunidad: Arturo Sigala García me dijo que seguía laborando para la CFE; él no está suspendido, sigue en funciones
, dijo en entrevista.
Ellos se echan la pelota de un lado a otro. El sindicato dice que donde sucedieron los hechos son oficinas de la CFE y la empresa afirma que son oficinas del sindicato. Niegan que tuvieran conocimiento de las fiestas que se hacían ahí y que llevaran mujeres que luego agredían.
Apunta que los responsables han argumentado estos tres años la incompetencia
y luego dos juezas se excusaron del caso, lo que ha ido retrasando el juicio.
Mientras tanto, en Samalayuca, grupos de mujeres se han manifestado afuera de la termoeléctrica para exigir justicia, ya que aseguran que Cinthia Paulina no ha sido la única agredida.
Ella, sin poder contener el llanto, exige justicia: lo que más quiero es que encierren a los violadores. Deberían estar en la cárcel. No soy la primera. Eso que me hicieron a mí se lo han hecho a otras mujeres del pueblo, sólo que muchas no quieren denunciar; yo sí estoy dando la cara para buscar justicia. Les dicen los violadores de la CFE. Estas fiestas las hacen desde hace muchos años. Espero que dejen de protegerlos y que paguen. Tengo una hija y no quiero que le pase lo mismo
.
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