¿Por qué este movimiento? La industria móvil atraviesa una etapa de madurez donde el crecimiento viene, sobre todo, de innovaciones de nicho. Samsung, Huawei y Motorola ya abrieron camino en los plegables, un segmento que, aunque hoy representa apenas el 1.5% de las ventas globales de smartphones, podría crecer hasta 30 millones de unidades anuales en los próximos años. Para Apple, ingresar aquí no solo es cuestión de prestigio, sino de asegurarse de no quedar rezagado frente a sus rivales asiáticos.
Sin embargo, el desafío no es menor. Expertos de firmas como Counterpoint Research e IDC coinciden en que la cadena de suministro será el verdadero obstáculo.
“Fabricar un plegable requiere materiales mucho más costosos, como pantallas OLED flexibles de alta calidad y bisagras ultra resistentes y obliga a modificar procesos enteros de ensamblaje”, explicó Ramón Llamas, director de investigación en dispositivos de IDC.
Además, al depender fuertemente de China, Apple está expuesta al riesgo adicional de los aranceles que Estados Unidos podría imponer a productos tecnológicos ensamblados en ese país. Si se aplicaran tarifas de entre 20% y 30%, el precio final de un plegable podría aumentar entre 300 a 500 dólares por unidad, golpeando no solo al consumidor, sino también los márgenes de Apple, que suelen ser superiores al 35%, según datos de Counterpoint.
En ese contexto, Cupertino Apostaría por una estrategia cautelosa y reservaría los rediseños y experimentación para modelos premium como el iPhone plegable, mientras mantiene líneas tradicionales como el iPhone base con cambios evolutivos, según Llamas.
Según Canalys, esta decisión permite contener riesgos financieros y adaptar su cadena de suministro gradualmente, en lugar de rediseñar por completo la gama principal.
Por otro lado, estimaciones de TechInsights, el solo costo de la pantalla plegable en dispositivos como el Galaxy Z Fold puede superar los 150 dólares por unidad, frente a unos 60 a 80 dólares de una pantalla tradicional de gama alta. Las bisagras, diseñadas para resistir más de 200,000 pliegues sin fallas, pueden sumar otros 60 a 100 dólares al costo de materiales.
Para manejar estos gastos, marcas como Samsung y Huawei han apostado por producir en volúmenes relativamente bajos, posicionando sus plegables como productos premium con precios de 1,800 a 2,500 dólares.
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