La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) estuvo en boca de todos en 2022 tras plantarse frente a Microsoft para evitar la compra de Activision Blizzard. Las acusaciones de monopolio y las dudas sobre el futuro del videojuego como industria se repitieron durante meses, hasta que los de Redmond consiguieron cerrar el trato e incluir al binomio empresarial en sus filas. Un mazazo para la FTC estadounidense que, de nuevo, vuelve a afectarle más de un año después: se ha denegado la apelación de la Comisión, y esto podría dar por finalizada la demanda histórica.
Mucho ocurrió en el marco del litigio hasta que se dio luz verde a la compra en 2023, algo que, sin embargo, la FTC ha luchado por demorar e incluso echar por tierra. Según cita Eurogamer.net, la FTC intentó en varias ocasiones reactivar el caso, buscando anular la decisión del tribunal que rechazó su solicitud de una orden judicial preliminar.
La FTC no presentó pruebas suficientes contra Microsoft
Esa petición, por fin, tiene respuesta: el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito ha rechazado la última apelación, acogiéndose a que la FTC no presentó pruebas suficientes en contra de Microsoft. Además, según la corte, “se aplicaron los estándares legales correctos en la compra de Activision Blizzard”, algo que reafirma la validez del procedimiento.
Con este fallo, las opciones de la FTC se reducen considerablemente. El organismo podría intentar llevar el caso ante la Corte Suprema de Estados Unidos o reanudar las acciones administrativas internas suspendidas el año pasado. No obstante, el cambio de liderazgo en la FTC —ahora bajo una administración alineada con el expresidente Donald Trump— podría significar un cambio de prioridades y el abandono del caso.
Por su parte, Microsoft ya ha empezado a ver los frutos de su multimillonaria inversión. En su informe financiero del primer trimestre de 2025, la compañía registró un crecimiento del 61% interanual en los ingresos por contenido y servicios de Xbox, impulsado principalmente por los títulos de Activision Blizzard como Call of Duty y Overwatch. La victoria legal refuerza la posición de Microsoft como una de las fuerzas dominantes en la industria del videojuego.
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