En el cuarto episodio de la segunda temporada de The Last of Us, titulado Day One, Ellie (Bella Ramsey) y Dina (Isabela Merced) finalmente cruzan una frontera emocional y física que la serie venía preparando desde su reencuentro en Jackson.
Entre horrores post-apocalípticos, revelaciones dolorosas y momentos de tensión extrema, surge una escena de intimidad y vulnerabilidad que marca un antes y un después en la relación de ambas jóvenes.
A través de una entrevista con Variety, Isabela Merced contó qué detalles se cuidaron para reconstruir en la pantalla uno de los momentos más importantes en The Last Of Us 2.
Todo ocurre después de una secuencia de eventos intensos y emocionales. Durante el episodio, Ellie es mordida por un infectado. Dina llega a apuntarle con un arma mientras lidia con la posibilidad de haber perdido a su compañera.
La tensión culmina cuando Ellie no se convierte, y Dina, con lágrimas en los ojos, le confiesa que está embarazada de Jesse, su exnovio, y expone con franqueza sus sentimientos.
“Pensé que te había perdido, y de repente, el futuro que estaba imaginando ya no iba a pasar —donde estamos juntas y tenemos un hijo”, dice Dina en la escena. Ellie le responde que también desea un futuro a su lado.
“Trabajamos mucho con una coordinadora de intimidad. Se llamaba Kathy [Kadler], y fue realmente genial. Nos hizo sentir muy cómodas”, contó Merced sobre el proceso para llevar a cabo la escena de sexo. Todos querían construir un momento creíble, respetuoso y coherente con la historia.
Además de la confianza que construyó con Ramsey, ayudó que para ese entonces ya llevaban media temporada filmando con Kadler. Pusieron sobre la mesa cuál era el objetivo de ese momento.
“Queríamos que fuese sexy. Queríamos que fuese emotiva y cargada, pero también inteligente y que mostrara su relación y cómo va a cambiar ahora que se ha roto esa barrera”, explicó Merced.
Mostrar que había consentimiento mutuo fue importante para la actriz.
“Quería que Dina fuera la que se bajara el cierre de sus propios pantalones, que tomara la mano de Ellie y la guiara activamente por su cuerpo. Porque aunque técnicamente Ellie está encima, creo que muestra que ambas tienen intención en esta decisión”, detalló. “Creo que fue hermoso. Y creo que, sí, tomamos decisiones muy sabias allí”.
Más allá de la ficción, el rodaje de esta escena tuvo un significado especial para Merced, quien se identifica como una persona queer.
En la misma entrevista, reconoció que muchas personas no la ven como parte de la comunidad LGBTQ+. “Nadie realmente piensa que soy queer, lo cual está bien. No me importa. Soy actriz, así que puedo interpretar a cualquiera, ¿verdad?”, expresó.
Sin embargo, reconoció el valor personal y social de esta representación en una serie de gran alcance como The Last of Us. “Para mí, personalmente, significa mucho. Pienso en personas de mi ciudad natal que tal vez nunca han visto este lado de mí viendo esto y realmente conociéndome, y entendiéndome, y viéndolo a gran escala”, compartió.
“Y luego imagino a alguien que tal vez era como yo: creció católico, reprimió sus emociones y tal vez quiere ser actor”, añadió.
Merced también reconoció el trabajo detrás del desarrollo de la historia entre Ellie y Dina en el videojuego, especialmente el rol de Halley Gross, guionista de The Last of Us Part II.
“Tenemos que agradecer mucho de la historia de amor lésbica a Halley Gross, a quien llamaron para el segundo juego. Ella fue realmente una defensora de la relación de Ellie y Dina, y tomó el liderazgo respecto al romance y la esfera física de ello. Porque creo que Neil [Druckmann] no sentía que él era el indicado para contar esa historia, o tal vez ni siquiera se sentía cómodo con ella”, afirmó. “¡Así que, gracias Halley!”
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