Con el auge de los coches eléctricos, fueron muchas las start-ups que salieron a la palestra. El origen de ellas era muy diverso, pero Estados Unidos, cuna de Tesla, el modelo a seguir, vio nacer muchas de ellas. Sin embargo, con el paso de los años, la mayoría cayeron en saco roto, destino que ha conseguido evitar Rivian, que ya está preparando su alternativa al coche más vendido del mundo, el Tesla Model Y.
Será el Rivian R2, el tercer modelo de su gama, tras los Rivian R1S y Rivian R1T, un vehículo con un enfoque más asequible que desde la empresa confían en que supondrá un gran salto adelante en términos de ventas.
Llegará en la primera mitad de 2026
En la última presentación de ganancias de la compañía, su CEO, R.J. Scaringe, comentó que “si analizamos el programa R2, este ya está en marcha”, mientras que de manera paralela compartió una publicación en X en la que señalaba que “¡las compilaciones de validación para el R2 están avanzando en nuestra línea piloto! ¡Estamos deseando que llegue el R2!”.
Y es que el SUV medio, que está previsto que se lance al mercado en la primera mitad de 2026, ya está empezando a montarse en su línea de producción, en la que de momento solo se están montando prototipos. Sin embargo, esto, a su vez, implica que toda la maquinaria de la línea de montaje ya está prácticamente a punto.
En la llamada explicó la importancia de esta parte del proceso: “Estos vehículos son cruciales no solo para validar el vehículo en sí desde el punto de vista de la ingeniería y el diseño, sino también para validar a nuestros proveedores y garantizar la solidez de sus procesos”.
Y la llegada de este nuevo modelo será clave para el crecimiento de la marca. Los R1S y R1T han tenido cierto éxito comercial, pero son modelos de gran tamaño y con un precio considerable, por lo que no es un vehículo con el que la compañía pueda llegar a las masas.
El propio Scaringe admitió que “tenemos un precio promedio de venta muy alto, lo cual es una gran ventaja para nuestro producto estrella. Pero, por ello, el tamaño de ese mercado es simplemente más limitado”. Esto cambiará con el R2, que, con un precio de partida de 45.000 dólares, tendrían que aumentar las ventas de la compañía.
Según sus cálculos, de su línea de producción deberían salir anualmente 155.000 unidades, motivo por el que la empresa, aunque inicialmente había previsto crear una fábrica específica para el modelo, al final ha decidido ampliar la planta de la que disponen en Normal, Illinois.
Es algo que la marca necesita, puesto que su situación económica no es muy halagüeña. Según sus cálculos, este año van a tener unas pérdidas de entre 1.700 y 1.900 millones de dólares. Esto se debe a que las ventas anuales de algo más de 50.000 unidades no son suficientes como para amortizar los gastos de producción, algo que cambiará con el nuevo modelo: “A medida que preparamos el lanzamiento del R2, esperamos un camino más rápido hacia la rentabilidad en comparación con el R1”, explica la directora financiera Claire McDonough.
No se verá afectado por las tarifas de Donald Trump
Una de las claves del modelo será su precio de partida, de 45.000 dólares, que será uno de sus principales ganchos. Sin embargo, entre los accionistas de la compañía existe cierta intranquilidad por la situación política en Estados Unidos, con los aranceles a las piezas y las ayudas del ‘EV Tax Credit’.
R.J. Scaringe declaró recientemente que no había que preocuparse: “Esta es una situación dinámica, así que quiero asegurarme de que la tengamos en cuenta, pero no planeamos cambios en nuestro precio inicial de 45.000 dólares. Esto es importante para nosotros y estamos trabajando activamente en varias variables”.
Aunque, eso sí: “No somos inmunes a los impactos de la situación económica y comercial mundial, que prevemos que afectarán los costos y la disponibilidad de materiales, los gastos de capital y el contexto de la demanda”.
Dado que el modelo se va a fabricar dentro de las fronteras de los Estados Unidos, está exento del impuesto del 25% que el gobierno de Donald Trump aplica a todos aquellos vehículos que provengan de otros mercados. Pero, a pesar de ello, sí que se va a ver lastrado por el arancel del 25% que se aplica a todos los componentes que vengan desde fuera del país.
Es algo que se puede paliar cambiando de los suministradores originales a otros patrios, pero es un proceso complejo y que no se puede realizar en todas las piezas del vehículo. Sin embargo, en Rivian tienen claro que aunque aumente los costes de producción es algo que no se trasladará al precio de venta del R2 porque es un aspecto clave del automóvil.
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