Entre los éxitos cinematográficos de Tim Burton se encuentran “Beetlejuice”, “El extraño mundo de Jack” y “El cadáver de la novia”; sin embargo, otra de sus cintas más elogiadas es “El gran pez”. La película se estrenó en 2003 y pasó a la historia debido a su narrativa fantasiosa que tiene toques de humor.
Otra característica de la película es el actuar y los diálogos de los personajes, lo que derivó en momentos que permanecen en la memoria del colectivo. Una escena popular de “El gran pez” (“Big Fish”, en inglés) es las flores amarillas cuyo significado explicamos, a continuación.
La película fue protagonizada por Ewan McGregor, quien le dio vida a Edward Bloom, un hombre cuya vida está llena de historias fuera de lo habitual. Una de estas anécdotas tiene como escenario un circo y es ahí donde conoce al amor de su vida: Sandra Templeton, personaje interpretado por Alison Lohman.
De qué trata la película “El gran pez”
Aunque “El gran pez” es una película que se aleja de la estética y estilo gótico de la que es fan Tim Burton, predominan temas que el cinéfilo ama: el amor, la nostalgia, el análisis (incluso personal) y lo fantasioso. Esta combinación de temas se aprecia en cada parte de la cinta que hace especial hincapié en el amor y el mar de posibilidades que existen.
Ewan McGregor, en el rol de Edward Bloom, pone de manifiesto lo anterior porque hace todo lo posible para conocer a Sandra Templeton, ya que los únicos datos que tiene de ella son su nombre, dónde estudia y cuál es su flor favorita. Movido el optimismo y tras tres años de búsqueda, la encuentra y le declara su amor.
“No me conoces, pero mi nombre es Edward Bloom y te amo. Pasé los últimos tres años trabajando para saber quién eres (…), pero todo ha valido la pena porque estoy aquí y finalmente puedo hablarte porque estoy destinado a casarme contigo, lo supe desde la primera vez que te vi en el circo”, le expresa Edward Bloom a Sandra Templeton.
Por qué Edward Bloom hace un jardín con flores amarillas para Sandra Templeton en “El gran pez”
Para conquistarla, Edward Bloom no sólo se presenta y le dice que la ama, aunque ni siquiera la conoce, sino que luego de esto decide hacerle un jardín repleto con narcisos amarillos, es decir, sus flores preferidas. Esta escena es simbólica porque representa el amor verdadero y cómo la ilusión es clave para cumplir metas y sueños.
“Sandra Templeton, ¡te amo y me casaré contigo!”, le asegura Edward Bloom a Sandra Templeton antes de crearle su propio jardín de flores amarillas. “Ni siquiera me conoces”, le responde Sandra Templeton a Edward Bloom, quien simplemente le contesta “tengo el resto de mi vida para hacerlo”.
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