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Ni en mi imaginación pensé en ser artista de cine, famosa o tener dinero


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▲ Elsa Aguirre practicó yoga, meditaba y colaboró con servicio social en presidios; está convencida que si la humanidad no se intoxicara, otro mundo sería.Foto Germán Canseco

Ana Mónica Rodríguez

Enviada

Periódico La Jornada
Lunes 26 de mayo de 2025, p. 6

Cuernavaca, Mor., De porte elegante, sugerente voz, discreto maquillaje y ataviada en color blanco con bisutería plateada, Elsa Aguirre, una de las mujeres más bellas de México, aseguró que aunque nunca pensó ser actriz, el destino la llevó por una trayectoria artística que desarrolló a plenitud y con gran pasión.

Ícono del cine de la época de oro, protagonista de una vida inolvidable, Aguirre cumplirá 95 años en septiembre. Recibió a La Jornada en su casa de Cuernavaca, Morelos, con una amplia sonrisa, sentada en la sala del que ha sido su hogar desde hace más de 40 años.

Ahí, la mujer que ha cautivado y provocado hecatombes con su deslumbrante figura a diversas generaciones de hombres, charló sobre aspectos de su prolífica trayectoria, de su sana vida y de la filosofía que asumió desde hace seis décadas, así como de sus amores, su familia –que es todo para ella– y del lanzamiento de su libro biográfico De mis labios a tus ojos. Por supuesto, también recordó a Jorge Negrete, quien fue su novio, antes de que éste se casara con María Félix.

Fui muy callada, tímida, introvertida, además tuve fiebre de Malta a los 13 años y quedé como esqueleto; era una enfermedad de la que nadie se salvaba en esa época, pero tal vez por mi naturaleza resistí. Ahora imagínese cuando tuve que presentarme en un concurso porque una tía le dijo a mi mamá que era la oportunidad de que saliéramos de la pobreza y nos convirtiéramos en artistas. Entonces, ganamos 300 pesos, era un dineral y mi mamá estaba feliz, recordó.

Aguirre es amena, su presencia invita a admirarla. La seguridad de su voz atrapa a sus oyentes desde el sillón que se convierte en una especie de trono, colocado junto a un gran espejo intervenido artísticamente por su tío. Elegantes candelabros cuelgan del techo en la estancia donde sobresalen los muebles estilo oriental que heredó de su mamá, los cuales disfruta y le encantan.

La actriz luce contenta, en paz, aunque dijo depender por momentos del oxígeno debido a problemas en sus pulmones. Una sombra oscurece sus ojos cuando recuerda el reciente fallecimiento de su querida hermana Alma Rosa. Aquí tengo sus cenizas, aunque sé que ella ya no está ahí.

Presencia natural

Elsa Irma Aguirre Juárez, nacida en Chihuahua, Chihuahua, el 25 de septiembre de 1930, ha sido reconocida por su talento y presencia natural desde sus 14 años, cuando era estudiante de secundaria y ganó un concurso de belleza. Sus padres fueron Jesús Aguirre y Emma Juárez. Ella fue la cuarta de cinco hermanos: Alma Rosa, Hilda, Jesús y Mario. Pero la artista pone especial énfasis cuando habla de su hijo, la luz de su vida y su maestro, a quien amó con toda su alma. Fue una experiencia enorme ser madre. Amor y conciencia son necesarios para educar a los hijos, pero sin prohibir nada.

Su primera incursión en el séptimo arte fue en El sexo fuerte, de Emilio Gómez Muriel, pero fue el mejor director, Julio Bracho, quien le ofreció el protagónico en Don Simón de Lira (1946), al lado de Joaquín Pardavé. El cineasta la fue a buscar en su lujoso carro blanco a la casa donde vivía la familia en Mixcoac. Su mamá aceptó el contrato, firmó y, a partir de entonces, llegaron todos los estelares.

Dígame si no es destino, porque yo ni en mi imaginación pensé en ser artista de cine, ni famosa o tener dinero, jamás. No me llamaba eso, mi palabra interna era volar. No actuaba, vivía todo aquello, puntualizó la estrella, quien descubrió la vida a través de sus películas. Aguirre reflexiona: “Ahora me doy cuenta de que fui muy independiente, pero siempre estuve atenta y muy cerca de mis padres, fui más que nada hija de familia, aún con mi trabajo y todo, ellos eran lo más importante. Ahora sólo transmito las innumerables experiencias de mi vida, todas fueron hermosas, pero por ignorancia una sufre, porque yo no sabía dónde estaba parada. Imagínese, tenía casi 15 años y no quería abrirme a la vida y, de repente, me veo metida en el cine, con las cámaras, las personas y con una educación que no fue como debía ser.

“Mis padres eran discretos, disciplinados. Mi papá era militar masón, buen hombre, hijo de mujer de pueblo con trenzas, faldón, blusa. Mi mamá fue hija de una mujer aristócrata, de mucho dinero, de los Santoscoy del Norte. Así, los dos supieron convivir tanto tiempo, nunca los escuché enojarse de malas maneras. A mi mamá le decían ‘divina’, pero era de carácter fuerte; mi padre, aunque siempre estaba pendiente, la dejó disponer y estar al frente de todo.”

Doña Emma, su madre, detalló la actriz, “era nuestra representante, firmaba contratos y llevaba a sus hijas a incursionar en el cine. Yo tenía 15 y mis hermanas me llevaban entre tres y cuatro años. Mi padre fue enfático: ‘pueden ir’, pero, exigió, ‘no las vas a dejar solas ni un minuto’. Mi mamá estaba acostumbrada a tener dinero y vivíamos en la pobreza más extrema, no tuvimos juguetes, pero de pequeños no se siente tanto eso”.

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Mi palabra interna era volar. No actuaba, vivía todo aquello, explica la estrella Elsa Aguirre, quien descubrió la vida a través de sus películas, y reflexiona: fui muy independiente, pero siempre estuve atenta y muy cerca de mis padres, fui más que nada hija de familia, aún con mi trabajo y todo, ellos eran lo más importante.Foto Germán Canseco

Trayectoria fílmica

La trayectoria fílmica de Elsa Aguirre suma alrededor de 50 películas de diversos géneros. Compartió créditos con celebridades de la época dorada del cine mexicano, además de Negrete y Pedro Infante, con Dolores del Río, Silvia Pinal, Ignacio López Tarso, Pedro Armendáriz, Mario Moreno Cantinflas, Marga López, Julio Alemán, Joaquín Cordero y Mauricio Garcés, entre otros. También incursionó en televisión, radio, cabaret, presentaciones personales, palenques y el teatro, que es uno de sus grandes gozos.

Sobre el primer movimiento de atracción, Aguirre lo sintió con el comediante Luis Sandrini, luego Luis Aguilar, Pedro Infante y Jorge Negrete.

A los 29 años tenía noviecitos y la estricta mirada de mi papá. Con el Ídolo de Guamúchil (Infante) sólo fue del trabajo y a la casita. Un día me quiso besar en el camerino y me acordé de lo que decía mi mamá, que hay que darse a desear, y le planté una cachetada. Ya no me volvió a buscar para nada, dijo Aguirre entre risas.

Pero la anécdota de haber sido novia de Jorge Negrete es una delicia de historia escuchada de propia voz: “De chica nunca me gustó leer y hasta perdí el amor de Jorge Negrete. Tenía 19 años y me iba a casar con él, le pidió permiso a mi mamá de ser novios. Yo conocía al charro por sus películas y me gustaba desde chiquita. De hecho, cuando salíamos de la escuela pasábamos por donde vivía su mamá y ahí se le veía muy seguido. Una vez salió y todas corrieron a pedirle autógrafo, menos yo, luego se acercó y me preguntó: ‘¿y tú por qué no me lo pides?’ Me puse roja. Se enamoró, se quería casar conmigo casi enseguida. Hubo serenatas, besos, llenaba el carro con flores y mi mamá me dejaba salir con él porque la había conquistado y estaba feliz de la vida”.

Pero cierta ocasión, el intérprete de gran personalidad, quien tenía alrededor de 40 años, dijo: “‘Esta muchacha qué, muy bonita y todo pero de qué habla, qué dice’, y comenzó a traerme libros. Nunca los leí. Entonces, como si fuera una niña, le dije a mi mamá que ya no lo quería ver. Doña Emma tuvo que interceder: ‘lo siento Jorge, Elsa ya no quiere’, y así lo terminé, pero al rato se casó con María Félix”.

Luego, “cuando (Negrete) estuvo muy enfermo, le pedí disculpas, lo fui a ver y me dijo: ‘no te preocupes, chiquilla’. Pero cómo lo que no es, no es, ¿verdad?”, remata Aguirre sobre esa historia de amor.

Pretendientes enviados del gobierno

Recordó con alegría: Tenía tantos pretendientes… venían de todas partes, hasta enviados del gobierno a invitarme, pero nada, qué bueno que tuve esa mentalidad de no aceptar, y así se iban, pero luego me casé con puros pobretones, y tras el comentario inundó la sala con carcajadas antes de añadir: disfruté, pero de verdad, no tuve la pareja ideal.

Elsa Aguirre, quien en su larga trayectoria de más de 75 años ha sido multihomenajeada por actuar, cantar y bailar, aseguró con orgullo que nunca pidió trabajo. Sobre todo, explica, se interesó y encontró su camino en las enseñanzas de su gran gurú, el doctor José Manuel Estrada.

La diva, quien es vegetariana, practicó yoga, meditaba y colaboró con servicio social en presidios. Está convencida de que si la humanidad no se intoxicara, otro mundo sería, pero lo más importante es “no pedir para uno, sino para los demás, así como vivir aquí y ahora.

Estoy consciente de los ciclos de la vida y hasta donde pueda ahí estaré. La vida es bonita, hay que vivir cada momento, las cosas pasan rápido, como las tormentas y las muertes de nuestros seres queridos. No hay que tener miedo ni temores y aceptar de corazón nuestra realidad, comentó la deslumbrante mujer, quien también ha sido musa de compositores que le han dedicado canciones como Flor de azalea y De mis labios a tus ojos, de la cual también es coautora.

No alcanzo a agradecer a la vida por todo lo que se me está dando, como los homenajes, que no busco, se me dan; comprendo más, me siento bien, sin temores, sin miedo. Agradezco infinitamente todo y siempre digo: que se haga la voluntad de Dios, no la mía.



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