¿Altos o bajos? ¿Malos o buenos? ¿Reales o imaginarios? Esas son algunas preguntas que surgen cuando se habla de los aluxes, quienes son protagonistas de diversas historias y leyendas mayas. La caricaturista yucateca Beatriz Castro se ha sumergido en el mundo de estos guardianes y en entrevista para El Heraldo de México explicó cómo son, qué los caracteriza, qué rituales se les realiza y cómo se puede hablar con ellos.
Para Beatriz Castroe, nombre artístico de la también artista y escultora, los aluxes son importantes en la cultura maya por lo que representan: lo desconocido y la importancia de creer. La caricaturista plantea esto con base en lo que ha aprendido de estos duendes mayas, pero sobre todo parte de lo que le enseñó su papá, Wilbert Castro, quien fue un apasionado de la cultura y las tradiciones de Yucatán.
La artista recuerda que se sumergió en el mundo de los aluxes luego de que su mamá falleció porque empezó a trabajar como escultora para canalizar su energía y sentimientos en algo positivo. Posteriormente, a mediados de 2010, la invitaron a participar con un montaje en la Feria de Xmatkuil que se realiza en esa comisaría de Mérida, capital de Yucatán, y su primera idea fue hacer piezas de estos duendes mayas porque son representativos de este estado sureño; sin embargo, quiso romper con las ideas negativas que los rodean y decidió presentar esculturas “bonitas” e incluso “divertidas” para demostrar que son guardianes y, por lo mismo, su intención no es lastimar a las personas.

“Mi papá dibujaba y escribía y me dijo ‘vamos a explicar de dónde vienen los aluxes’ porque no hay un libro que en el que diga ‘el alux es así’, ‘el alux hace esto’…”, comparte Beatriz Castro al rememorar cómo eran las pláticas que tenía con su papá.

Cómo “nacen” los aluxes
Beatriz Castroe sumó su talento como escultora al conocimiento de su papá acerca de la cultura maya, ya que incluso escribió el libro “Cuento de aluxes” en el que explicó que el origen de los aluxes se relaciona con la diosa maya Ixchel, quien es asociada con la fertilidad, así como con el amor, la luna y la medicina.
“Los aluxes fueron creados por la diosa Ixchel, la diosa madre, para proteger al hombre y ayudarlo”, explica la caricaturista, quien añade que se podría decir que los duendes mayas son “una especie de sirvientes” a favor de la humanidad.
Al ser creados por la diosa maya Ixchel, los aluxes llegan al mundo de una manera particular: brotan de las cáscaras de huevo. Incluso en la leyenda del Enano de Uxmal se narra esta versión porque se explica que una hechicera de Kabah -que es un yacimiento arqueológico maya situado en el municipio Santa Elena, en Yucatán– halló un huevo que contemplaba y trataba con amor. Con el paso del tiempo, de este nació un niño, quien nunca creció y debido a su ingenio se volvió rey de Uxmal.

Cómo son los aluxes
Sin embargo, los aluxes tienen una “condición”: nadie los puede ver, lo que refuerza el misticismo que los rodea. Al desenvolverse entre los humanos, los duendes mayas han aprendido a camuflajearse, respetando el estilo de vida de los humanos y, por ende, ellos esperan recibir el mismo respeto.
Dada esta particularidad, Beatriz Castroe explica que los aluxes no tienen un aspecto que los defina, ya que cualquier cosa puede ser un duende maya; en su caso, se basa de las anécdotas que le comparten para hacer esculturas de ellos, lo que permite que cada persona tenga una visión única de estos personajes de la cultura maya.
“Es tratar de hilar todo lo que se sabe de la cultura maya (…). Las características de un alux es como según tú te lo imagines porque cada quien lo ve a su interpretación, como una piedra, un niño corriendo, yo los veo como seres pequeños que pueden medir entre 40 0 50 centímetros, pero igual pueden ser más chicos”.

La caricaturista se ha inclinado por hacer esculturas de aluxes que tienen orejas puntiagudas porque considera que, en caso de que existan, así serían, pero sobre todo con características mayas que incluyen la vestimenta de los nativos de Yucatán.
Cuál es la misión de los aluxes en la tierra
Beatriz Castroe reitera que los aluxes “no son malos”, sino todo lo contrario y muestra de esto, de acuerdo con relatos, es que son desde ayudantes hasta guías porque se apegan a la misión que tienen en la tierra: proteger a las personas. “Si los cuidas y les das ofrendas, ellos te cuidan, cuidan de ti, tu casa, tus animales, esa es la leyenda”, expone la artista, quien hace un llamado para aprender de los duendes mayas para perderles miedo.
“Si tú los respetas, ellos te respetan. Si tú les das ofrendas, ellos te cuidan y te ayudan (…). Son seres vivos, si tú los lastimas, ellos van a reaccionar”, precisó la caricaturista, quien compartió una anécdota que le contaron. “El veterinario de mis perros fue a vacunar unas vacas y se metió al terreno. Empezó a caminar y así estuvo como una hora, aunque eso (donde estaban las vacas) estaba como a cinco minutos. Le dijo al dueño (del terreno) ‘oye, me perdí’ y le respondió ‘sí, es que los aluxes están cuidando, te habrán perdido para que no vayas a robar’”.

Qué se les pone de ofrenda a los aluxes
La experta en aluxes dice que otra duda en torno a estos duendes mayas es si se puede hablar con ellos, así que explica que no es posible, de acuerdo con la leyenda maya. Lo más cercano que los humanos pueden estar de ellos es a través de ofrendas que funcionan como rituales; como sucede en el Hanal Pixan, la celebración maya de Día de Muertos, las personas pueden hacerles un pequeño altar donde pongan lo que deseen, ya que lo más importante es creer. Antiguamente les daban balché, una bebida alcohólica común entre los mayas, aunque la artista ha visto que ahora la gente les ofrece desde juguetes hasta cervezas.
“Hay gente que aún cree en los aluxes, aunque su origen proviene de los mayas. Sobrevivieron a los españoles y son más comentados que los dioses (mayas), esa es la fuerza de los aluxes”, subraya Beatriz Castroe. “Respeto a la gente que cree en ellos porque ¡qué bonito es creer! Y es una manera de conservar nuestra cultura porque no debemos olvidarnos de la (cultura) maya). Mi papá me inculcó eso, valorar nuestra cultura y lo que somos, valorar lo que hicieron nuestros antepasados”.
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