Todo parecía una noche de trabajo para tres grupos de música regional mexicana que fueron contratadas para tocar en un evento privado el fin de semana. Los Cadetes de Linares, Ramón Ayala y Grupo Torrente llegaron al lugar, una residencia en un exclusivo fraccionamiento de Los Limoneros, en Cuernavaca, Morelos.
Ninguno de los músicos preguntó para quién sería la presentación, ya estaban acostumbrados a dar conciertos privados para empresarios y políticos. Sin embargo, conforme avanzaba la noche y el primer grupo se subió al escenario que improvisaron para ellos, toda duda se desvaneció. En el lugar estaba uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva: Arturo Beltrán Leyva, también conocido como ‘El Barbas’.
¿Cómo fue la narcoposada de ‘El Barbas’?
Era la noche del jueves 10 de diciembre de 2009. En el lugar estaban las figuras más importantes del Cártel de los Beltrán Leyva. Según algunas versiones, ‘El Barbas’ pidió a Los Cadetes de Linares y a Ramón Ayala que tocaran las canciones que él quería escuchar.
El ambiente de festejo apenas empezaba y los líderes criminales más importantes no pensaban en que llegaran a tener ‘invitados inesperados’. Sin embargo, elementos de las Fuerzas Armadas habían seguido los movimientos de ‘El Barbas’ y esa noche pondrían en marcha un operativo para detener a dos objetivos prioritarios para el gobierno.
José Carlos Salinas Rodríguez, también conocido como ‘Charly Torrente’, vocalista de la agrupación, contó que estaba esperando su turno para cantar en un pasillo que daba al escenario. De fondo se escuchaba cantar a Ramón Ayala. La música y el ambiente se vieron interrumpidos cuando los elementos del Ejército mexicano entraron a la residencia y los sicarios de los Beltrán Leyva intentaron repelerlos.
Durante la noche del jueves y la madrugada del viernes 11 de diciembre, marinos y civiles armados se enfrentaron. Según ‘Charly Torrente’, los primeros en salir del lugar fueron ‘El Barbas’, junto con Édgar Valdez Villarreal, alias ‘La Barbie’, mientras el resto intentaba entretener a los militares.
“En ese momento estaba tocando Ramón Ayala, pero nosotros estábamos atrasito de Ramón Ayala, porque seguíamos para tocar, (cuando) empezó un enfrentamiento. El personal de guardaespaldas del señor Arturo (Beltrán Leyva) lo suben a carros blindados, salen y repelen el fuego, se tirotean, hay muertos. Nosotros en el piso, (era una) zona de guerra. De hecho, cerca de nosotros había una habitación a donde yo quería irme junto con un elemento de Ramón Ayala y otro de Los Cadetes de Linares, y cayó una granada por el lado de la ventana y me quedé sordo (aturdido)”, contó ‘Charly Torrente’ sobre lo que ocurrió aquella noche al periodista Santiago Fourcade.
De una noche de trabajo a una pesadilla por la corrupción
La madrugada del viernes, la Marina arrestó a los integrantes de las agrupaciones, al personal que atendía a los invitados y a los cocineros del evento, según contó ‘Charly Torrente’. Todos fueron trasladados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) en calidad de testigos, sin pensar que las cosas cambiarían.
‘Charly Torrente’ aseguró que fue un chivo expiatorio del gobierno en turno, pues Felipe Calderón (2006-2012) le declaró la guerra al crimen organizado y, ‘para dar resultados’, se detenía a personas presuntamente inocentes para imputarles delitos relacionados con el crimen organizado.
El cantante cuenta que en la SEIDO fueron liberados muchos integrantes de las bandas y personal de servicio que atendió a los narcotraficantes esa noche. Sin embargo, las autoridades pidieron que pagaran 100 mil dólares por cada cantante para su liberación: Ramón Ayala, Guadalupe Tijerina y él. Cantidad que no pudo pagar y fue procesado por delitos que, asegura, no cometió.
“Nos llevan como testigos, de testigos nos hacen presuntos culpables y de presuntos culpables nos siembran cosas, nos ponen que armas de ahí eran de nosotros, nunca se comprobaron. (…) Estando allá iniciaron las negociaciones y pidieron en ese tiempo 100 mil dólares, hubo quien sí lo dio y se fueron, los otros grupos no dieron”, dijo el músico al periodista.
Después de no pagar la cuota que supuestamente pusieron las autoridades, el integrante de Grupo Torrente fue procesado. Lo enviaron al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 4, ubicado en Tepic, Nayarit, donde permaneció cuatro años antes de ser liberado porque las autoridades no pudieron comprobar los delitos que se le habían imputado.
“Estaba tan fuerte la guerra en ese sexenio del presidente en turno, (Felipe) Calderón, que la guerra estaba declarada contra el narcotráfico y él estaba comprobando que estaba ganando la guerra. Así lo veo yo, quería resultados, y los resultados eran llenar los penales, pero yo conocí infinidad de gente inocente como yo”, comentó.
La última posada de ‘El Barbas’
Mientras los músicos vivían una lucha por la imputación de delitos que no cometieron, el gobierno no se quedaría con el operativo frustrado en el que casi detienen a ‘El Barbas’.
Solo cinco días después del enfrentamiento en el fraccionamiento Los Limoneros, elementos de la Marina asestaron el último golpe a Arturo Beltrán Leyva, que provocaría la desarticulación casi total de esta organización.
‘El Barbas’ se refugió en el conjunto habitacional Altitude, solo a algunos kilómetros de Los Limoneros. Ahí, el 16 de diciembre de 2009, un pelotón de 200 marinos irrumpió en el lugar y se enfrentó con los sicarios. Los elementos castrenses respondieron con toda la fuerza al ataque de Arturo Beltrán y sus hombres. Las paredes del departamento quedaron marcadas por los diversos impactos de bala y la sangre de los sicarios que fueron abatidos.
Algunas versiones aseguran que ‘El Barbas’ llamó a ‘La Barbie’ para pedir refuerzos, pero lo ignoró y lo abandonó a su suerte.
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