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as protestas que han sacudido a Los Ángeles han repercutido por todo EU y el mundo. El presidente Trump manipula las confrontaciones entre los manifestantes y la policía como parte de una estrategia para distraer atención de sus problemas y así poder crear chivos expiatorios de los inmigrantes. Pero en esta ocasión, la política de distracción y provocación se ha transformado en algo diferente y más serio.
En medio de su divorcio público con Elon Musk, el presidente Trump contrató con la compañía Palantir la creación de una base de datos de todas las personas en EU, anunció la prohibición de viajeros a EU de 12 países africanos, asiáticos y latinoamericanos, impulsó una propuesta legislativa que aumentaría la deuda nacional en casi 3 trillones de dólares, reduce los impuestos para los sectores más acaudalados y elimina la asistencia médica a millones de estadunidenses. Después de seis meses en el poder, su guerra de aranceles ha empeorado la economía, y su promesa de concluir 90 tratados económicos en 90 días no ha producido ni un solo acuerdo. La popularidad de Trump está en su nivel más bajo.
Ante esta situación, Trump busca explotar los temas que ha manipulado históricamente, la inmigración, y la supuesta traición de los liberales. Su objetivo es establecer al inmigrante como chivo expiatorio que representa una fuerza invasora inducida por la política de los demócratas.
Hace una semana, Stephen Miller, su principal asesor sobre inmigración, despidió a varios directores del ICE porque no habían logrado deportar 3 mil personas al día. Miller les ordenó hacer redadas en la ferretería Home Depot y la tienda 7/11 y así enfocarse en personas en sus quehaceres diarios. Los nuevos directores de ICE se comprometieron a alcanzar la meta de un millón de deportados al año.
El jueves 5 de junio el gobierno federal anunció que había federalizado a 2 mil miembros de la Guardia Estatal de California, sin el consentimiento del gobernador Gavin Newsom (demócrata y probable candidato presidencial en 2028), que es el verdadero comandante de las tropas. Trump los envío al condado de Los Ángeles, el más grande del país, con una población de casi 10 millones, la mitad de los cuales son latinos, con el propósito de proteger los edificios federales mientras agentes del ICE efectúan redadas masivas.
Las redadas ocurrieron en los tribunales, las ferreterías, los campos agrícolas, las fábricas, las iglesias, las escuelas e incluso las universidades. El sistema universitario de Los Ángeles advirtió a los padres sin documentos no asistir a la ceremonia de graduación de sus hijos por temor a ser detenidos. Cada día el ICE aterroriza a los inmigrantes a pesar de su estatus en EU. Y las redadas no sólo incluyen a latinos, también han detenido africanos, asiáticos, indios y árabes.
En Los Ángeles no había violencia política antes de la llegada de la guardia y los agentes de ICE, FBI y DEA. Las acciones de estas agencias han generado la violencia que se vive en Los Ángeles. Una confrontación con una ciudad de criminales,
como lo ha descrito Kristi Noem, secretaria de Seguridad Interna, sirve para incitar los seguidores más fanáticos de Trump. También distrae la atención de la economía, el conflicto con Musk, el uso de Palantir, y el presupuesto ante el Senado. Pero el gobierno de Trump tiene ambiciones aún más amplias.
Los asesores de Trump mantienen el ojo sobre la pelota
. El 10 de junio, ante soldados seleccionados por su ideología en Fort Bragg, Trump indicó que en California ocurre un asalto contra el orden público y la soberanía nacional… con el propósito de continuar una invasión extranjera de nuestro país, y no lo voy a permitir
. Al proponer la existencia de una invasión extranjera, Trump busca activar el acta de insurrección de 1807 que le permitiría enviar tropas a los estados. El magnate declaró que las protestas contra agentes de ICE constituyen una forma de rebelión,
lo cual le permitirá establecer un estado de excepción y así suspender los derechos políticos de todo estadunidense. EU ha cruzado el Rubicón y entra en un nuevo territorio político e histórico donde el gobierno manipula una crisis humanitaria para producir una confrontación constitucional. La declaración de excepción
no es sólo un arma para enfrentar a los manifestantes, sino también avanza la ambición de transformar EU en un estado nativista y represivo confirmando el sueño de Trump y sus asesores.
No obstante, hay un impedimento en este sueño ultraderechista. Los Ángeles tiene una larga historia de lucha social, que va desde el movimiento obrero inmigrante de los 1910 y 1930, las emblemáticas protestas por los derechos civiles de Watts en 1965, las manifestaciones después del juicio de Rodney King en 1992, las marchas lidereadas por jóvenes latinos contra la propuesta 187 en 1994, las protestas pro inmigrantes de 2006 que movilizaron más de medio millón, y las marchas después del asesinato de George Floyd en 2020. Los grupos pro inmigrantes, comunitarios y sindicatos activaron un plan de respuesta rápida y han protestado en casi todos los sitios donde ICE se desplaza, al igual que en el centro de Los Ángeles, que ha vivido múltiples noches de protestas que han sacudido a la ciudad. Las protestas se expanden por el país y ya incluyen Boston, Nueva York, Chicago, Austin y San Antonio. Algunos demócratas, como el gobernador Newsom, intentan posicionarse como líder del movimiento popular, pero el resultado de este nuevo enfrentamiento y, últimamente, la defensa de la democracia en EU será determinada por la movilización popular que ocurre en Los Ángeles y en el resto del país.
* Profesores eméritos, Pomona College @mtinkersalas y @victorsilverman.bsky.social
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