El universo no deja de sorprendernos con la presencia de fenómenos, aparentemente inexplicables, así como por la presencia de diferentes astros como estrellas, meteoritos, planetas, etc. Pero ahora los astrónomos han hecho un descubrimiento que es inexplicable y no debería existir.
El descubrimiento de un planeta que es gigantesco y queda muy lejos
Este descubrimiento se hizo gracias al telescopio espacial James Webb que permitió a los científicos de la NASA visualizar un planeta que es enorme. Esta monstruosidad tiene una masa equivalente a 13 veces la de Júpiter y una superficie 17 000 veces más grande que la de la Tierra.
Por esta razón ha sido bautizado como “super Júpiter» aunque su nombre oficial es SIMP 0136. Su ubicación es a unos 20 años luz de nuestro planeta. Su comportamiento poco convencional ha encendido el debate entre los expertos: ¿estamos ante la presencia de un nuevo objeto del espacio?.
Las características de este Super Júpiter que lo hacen único
De este descubrimiento, su enormidad no es lo más desconcertante, pues también es causa de asombro su movimiento y comportamiento. Ya que es muy diferente a la mayoría de los planetas en el sentido de que no orbita a ninguna estrella, por lo que es un astro flotante que vaga libre por el espacio.
Esto quiere decir que no está sujeto gravitacionalmente a ningún objeto (esto es causa de gran sorpresa como la que sufrieron los científicos ante esta desintegración planetaria que se está sucediendo). Por otra parte, su velocidad de rotación es increíblemente rápida siendo uno de los astros más veloces vistos hasta ahora.
Ya que solo tarda 2,4 horas en completar un giro sobre su propio eje. Se han observado ciertas variaciones en su brillo lo cual se ha atribuido a una muy compleja combinación de modificaciones continuas en sus capas de nubes con otros factores atmosféricos, así como de su química de carbono y temperatura.
Igualmente, el telescopio espacial James Webb permitió observar un espectro muy amplio de luz infrarroja que era oscilante y que posiblemente se deba a que refleja la iluminación que recibe alternativamente de los astros que encuentra a su paso errante por el espacio. Esto es muy interesante para los astrónomos.
Ya que les permite determinar la posición, de manera indirecta, de otros cuerpos de luz circundantes en esa zona inhóspita del espacio. El telescopio monitoreó esta particular forma de iluminación durante dos periodos completos de rotación del planeta. Estas singularidades han llevado a expertos a desacuerdos en cuanto a su clasificación.
Ya que inicialmente se pensó que este descubrimiento era un planeta pero visto su comportamiento tan único, se llegó a considerar una enana marrón (a pesar de su colosal tamaño). Esta es una categoría especial de astros siderales que tienen características comunes de estrellas fallidas y planetas.
Lo que nos deja al mundo este hallazgo
Lo primero que nos deja este descubrimiento, es una ampliación de nuestra percepción sobre el universo y sus fenómenos. A la vez plantea nuevas interrogantes sobre cómo se formaron estos planetas y la razón por la que son del tipo flotante. La NASA ya tiene la oportunidad de desentrañar estas interrogantes.
Con la entrada en servicio del innovador telescopio en construcción, Nancy Grace Roman que se tiene previsto comience a funcionar a finales del año 2027. Con esta nueva tecnología, los investigadores esperan conocer más sobre el origen y seguir el deambular de ese gigante espacial.
Como conclusión, con el descubrimiento de este gran cuerpo celeste (que ocurre casi al mismo tiempo que el hallazgo del noveno planeta del sistema solar), se obtienen nuevos conocimientos sobre el universo y sus habitantes. Ahora quedará en manos de los expertos su clasificación.
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