Cuando Hiruzen Sarutobi decidió queNaruto llevara el apellido Uzumaki en lugar de Namikaze, lo hizo con la intención de protegerlo. Al cambiar el apellido del niño, el Tercer Hokage esperaba que se redujera el riesgo de que los enemigos del Cuarto Hokage, Minato Namikaze, lo rastrearan. Minato, quien había sacrificando su vida para sellar a Kurama, el Zorro de Nueve Colas, dentro de Naruto, tenía muchos enemigos debido a su rol como líder militar en tiempos de guerra. Hiruzen pensó que al ocultar el vínculo directo de Naruto con su padre, podría evitar que lo asociaran con el Cuarto Hokage y, de esta manera, protegerlo del peligro que pesaba sobre su familia.

Sin embargo, la decisión de darle el apellido Uzumaki no solo fue una mala estrategia de protección, sino que, irónicamente, terminó siendo justo lo contrario. Los Uzumaki, aunque casi extintos, eran una familia con una historia poderosa y temida en el mundo ninja. Su dominio sobre los jutsus de sellado y su resistencia sobrehumana eran bien conocidos, y su aldea, Uzushiogakure, había sido destruida porque otras naciones temían su poder. Al identificar a Naruto como parte de este clan, Hiruzen lo marcó con una conexión directa con un pueblo que había sido destruido por quienes temían sus habilidades. Lejos de esconderlo, al llevar el apellido Uzumaki, Naruto no solo era un blanco potencial para los enemigos de su padre, sino también para aquellos que destruyeron su propio clan.

EL ERROR EN NARUTO Y LOS UZUMAKI QUE PUDO HABER CAMBIADO TODO
En retrospectiva, si la verdadera intención era proteger a Naruto, darle el apellido Uzumaki probablemente no fue la mejor opción. Un apellido más común o genérico, como Tanaka, por ejemplo, habría sido mucho menos llamativo para los enemigos. Aunque Naruto Tanaka puede sonar poco original o aburrido, su identidad habría sido menos probable de ser rastreada por aquellos que querían vengarse de su linaje. La historia de los Uzumaki era conocida por su poder, y al mantener ese apellido, el peligro no solo no disminuyó, sino que podría haber aumentado debido al peso histórico que llevaba consigo.
Pero, al final, el problema de la aceptación de Naruto en la aldea de Konoha no tenía tanto que ver con su apellido, sino con la percepción que la gente tenía de él. Desde su nacimiento, Naruto fue visto como el “demonio de nueve colas”, debido a la bestia sellada dentro de él. A pesar de que le hubieran dado el apellido Namikaze, la gente de Konoha ya lo odiaba y lo veía como una amenaza. La enemistad con los habitantes de la aldea, sumada a su aislamiento social, habría persistido sin importar el apellido que portara. La verdadera tragedia de Naruto no era solo su apellido, sino la lucha constante por ganarse el amor y el respeto de aquellos que lo veían como un monstruo.
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