
▲ La escritora, columnista y ex funcionaria fue demandada en 2022.Foto La Jornada
SanJuana Martínez
Periódico La Jornada
Domingo 11 de mayo de 2025, p. 10
Yo soy un niño, en todo caso la que abusaste fuiste tú
, le dijo el escritor y ex profesor, Felipe Montes de 55 años a su alumna de 15 años, luego de llevarla a su casa y abusar presuntamente de ella.
Desde hace ocho años, este caso mediático y judicial no termina de cerrarse y se ha convertido en el paradigma de la ineficiencia del sistema judicial en torno a la protección y reparación de las víctimas de abuso sexual.
El magistrado Juan José Tamez Galarza, de la Décima Quinta Sala Civil de Monterrey, ha decidido ir contra el mensajero. La escritora, activista y columnista Ximena Peredo escribió en 2018 un texto contando las historias de las denunciantes del profesor que hicieron el blog AcosoEnLaU
. Y siete años después, la condena a pagarle la terapia sicológica al acusado de pederastia, quien además demanda 20 millones de pesos para subsanar sus quebrantos mentales, físicos, materiales, espirituales, familiares y dermatológicos
.
Indignada, Peredo recuerda que Montes, quien fuera profesor durante 30 años, la demandó hasta 2022 cuando ella se convirtió en secretaria de Participación Ciudadana del gobierno de Nuevo León y el abogado Enrique Ogaz tenía varios casos judiciales contra el gobierno. Dos años después, la jueza la absolvió porque no se acreditó
la relación entre su columna y el supuesto daño psicológico de Montes.
Ahora, el magistrado Tamez Galarza dictamina lo contrario en el expediente judicial 709/2022: El magistrado comete errores graves y omite la prescripción del caso. No lo difamé. Hay suficientes testimonios de las estudiantes para fundar mi opinión. La sentencia pretende callarnos y nos afecta a todas
.
Dice que las víctimas decidieron no denunciar penalmente a Montes porque el sistema las revictimiza: “Yo les creo a las víctimas, mientras el magistrado dictaminó que la verdad se decreta en el juzgado. La realidad es más compleja. El sistema judicial no tiene el monopolio de la verdad. Y quienes les creemos a las víctimas, somos castigadas. Es una represión brutal.
Mi caso es un gran ejemplo de por qué las víctimas no denuncian. El sistema judicial no tiene ninguna perspectiva de género y ellas deciden no pasar por un calvario legal al denunciar a su agresor. Hay jueces, magistrados, que no les da la gana prepararse en esto, viven con sus mismos dogmas.
La escritora advierte que no pagará la terapia del ex profesor y anuncia que promoverá un amparo: Esperaría que con esto termine el calvario donde nos metió, pero no sabemos, debería terminar con Felipe Montes pagando todo lo que me ha costado este juicio, debería terminar también con él pidiendo perdón público y asumiendo su responsabilidad. Sus víctimas tendrían que decir qué merece
.
Claves del caso
La Jornada ha tenido acceso a los expedientes de las alumnas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) que denunciaron en 2017 el presunto acoso y abuso sexual que sufrieron de parte de Felipe de Jesús Montes Espino Barros, mientras estudiaban la preparatoria, quien inmediatamente después fue despedido por esa institución educativa.
Los expedientes incluyen elementos probatorios de los abusos como testimonios, fotografías, correos electrónicos y mensajes de texto enviados por teléfono. Están identificados con la letra Q y cuentan con el nombre de las alumnas, su número de matrícula, de identificación oficial y su firma. También fueron recopiladas declaraciones de testigos debidamente identificados.
Todo fue recibido en el mes de noviembre de 2017 por maestras del Tec bajo la dirección de Inés Sáenz Negrete, decana de la Escuela de Humanidades y Educación.
Práctica recurrente
El expediente Q5 (omitimos sus nombres para preservar la integridad de las víctimas) corresponde a una alumna que en 2017 tenía 38 años y había sufrido el abuso cuando tenía 15 y cursaba la preparatoria. Es decir los abusos se remontan desde los años 90. La entrevista fue recibida por la maestra Karla Elizabeth Urriola González.
“Me llevó a su casa y quitó mi vestido y me hizo practicarle sexo oral. Tenía un lunar como una mancha café cerca de los genitales. No llegamos al coito porque él decía que era virgen y que solo perdería la virginidad con quien fuera a ser su esposa… esperó a que yo cumpliera 18 años para darme su virginidad.
Varias veces le pregunté si lo que estábamos haciendo estaba mal y respondió que él era un niño y que, en dado caso, la que abusó de él fui yo. Incluso, dijo que él había estado con una de 13 y que no había sido (sic) ningún problema.
La misma maestra del Tec recibe y narra el testimonio de la alumna Q1 quien fue abusada cuando tenía 17 años y cursaba preparatoria en el campus Santa Catarina: “En septiembre de 2016 durante la ‘semana i’, la contrató para que le ayudara en su retiro literario y tuvo relaciones sexuales con ella a pesar de que todos los alumnos estaban ahí… la obliga en un establecimiento table dance a ver como él sostenía relaciones sexuales con otra chica”.
En un correo electrónico que le envió a su alumna el 19 de abril de 2015, el profesor Montes escribió: se me paró
, en otro enviado el 8 de febrero de 2014, le dice: ¿Anochece en tu depa? Yo quiero ir a abrazarte y que no estés solita. Y besarte mucho y acariciarte muy suave, muy despacio. Como lo mereces, amorcita linda. Mucho te quiero. Mucho.
El expediente Q4 es de una ex alumna de 42 años que sufrió los abusos en 1991 cuando tenía 16. Su testimonio es narrado por Inés Sáenz: Montes le ofreció aventón. Se estacionó fuera de su residencia. La empezó a besar, le inclinó el asiento del carro, le abrió las piernas y se puso encima de ella, la acariciaba y se frotaba encima. Le declaró su amor. Trató de quitarle el pantalón, abrió el zíper y eyaculó sobre ella. Le pidió no compartir esto con sus papás
. El profesor luego le regaló su libro con la dedicatoria: “como recuerdo de la noche que lo hicimos.
Te he amado desde la primera vez que te vi al entrar en el taller, yo me enamoré
, le dijo el profesor a la denunciante Q3 a quien acosaba con mensajes y comentarios íntimos por lo que recibió apoyo sicológico. Recuerda que en clase, ella platicó que tuvo un sueño con arañas y el profesor dijo que el significado era el órgano reproductor masculino y le dijo que estaba muy reprimida sexualmente: Es un enfermo, yo tenía 15, 16 años cuando entré a ese taller. Ahora entiendo que me quería manipular
.
La denunciante Q2 narra que desde que tenía 17 años y cursaba la prepa, Montes la acosaba. Ya en carrera en el campus Monterrey la invitó a su oficina: “Le dijo ‘te quiero, eres hermosa, eres una mujer muy inteligente’”. La denunciante indica que portaba una falda y que el presunto intentó tocarle la pierna, darle un beso pero ella se negó. Él ofrece llevarla a su casa, ella se niega y la acompaña al carro y el presunto la abraza, la pone”.
Es repugnante
En marzo de 2021, Montes impugnó a la ley de datos para conocer la identidad de las estudiantes que lo denunciaron. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) solicitó a Acoso en la U
que revelara los datos personales de las víctimas que lo acusaron de acoso y hostigamiento sexual, pero sus víctimas buscaron el amparo de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) para no revelarlos.
En entrevista con La Jornada, Nínive Vargas, de 31 años, una de las autoras del blog que interpuso una orden de protección contra el denunciado, dice que Montes nunca las demandó, ni tampoco a las víctimas que expusieron sus casos: “Es un cobarde al pedir que Ximena le pague el sicólogo. Necesitamos que él nos pague las terapias a nosotras que fuimos sus alumnas.
Cuando revelamos todos los casos, empecé a sufrir su acoso. Lo conocí cuando tenía 15 años en la prepa del Tec Valle Alto, no fui su víctima porque no me vio vulnerable. Es terrible cómo este tipo de agresores siguen jalando sus redes de mentiras y revictimizando
.
Dice que conoció a muchas de sus víctimas
. Algunas no tenían recursos y las embaucaba dándoles becas
, o porque tenían el sueño de ser escritoras.
Nínive se graduó en Letras por la Universidad de Monterrey (UDEM), hizo una maestría en Historia del Arte y Arqueología y ahora estudia su doctorado en la Universidad de Columbia. Recuerdo que una de las víctimas llegó a tener una relación íntima e injusta y cuando intenta salir de esa relación el acoso escala más y la fuerza a salirse del Tec y ella viene a estudiar a la UDEM
.
Añade: Era un secreto a voces. Conocimos mujeres a quienes las abrazaba y les pegaba sus erecciones. Es un hombre muy perverso con obsesión mesiánica, narcisista que se cree sus propias mentiras
.
Recuerda que fue sumamente difícil procesar todos los casos: Tenía mucho miedo, luego fuimos al Tec a declarar. Lloraba todos los días. Había que darle fortaleza a las víctimas y solidaridad. Una de ellas tenía 14 años cuando el profesor le pidió una felación. Lo que hizo por décadas me parece repugnante
.
Concluye: mientras siga sin pedir perdón, seguirá haciendo daño
.
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