Advertisement

Agnieszka Holland / El charlatán


Foto

▲ La directora y guionista polaca Agnieszka Holland.Foto cortesía de la Cineteca Nacional

F

igura incómoda para los acérrimos defensores del socialismo más dogmático en Polonia, la cineasta veterana Agnieszka Holland no ha perdido, con el paso del tiempo, un ápice de su intransigencia crítica frente a los abusos de un poder autoritario. Ejemplo de ello, una de sus cintas más recientes, La frontera verde (2023) en la que denuncia el escandaloso doble patrón que en materia de inmigración han aplicado las autoridades de Varsovia a quienes buscan emigrar de Bielorrusia a Europa occidental a través de la frontera polaca. Un trato diferenciado que beneficia a los hermanos bielorrusos, mientras a los migrantes de Siria o de países árabes cercanos se les reserva una buena dosis de discriminación y hostigamiento. Este racismo ordinario genera, por supuesto, una fuerte carga de rencor social y tensa situaciones políticas de por sí polarizadas.

Pero Agnieszka Holland, directora de quien ahora se proyecta en la Cineteca Nacional una retrospectiva de ocho películas, no se limita a centrar su indignación contra injusticias de la época actual. En El charlatán ( Sarlatan, 2020) se aboca a señalar un clima de hostigamiento y persecución en contra de practicantes de medicina alternativa como el herborista checo Jan Mikólasek, quien en su obra autobiográfica Memorias de un sanador naturista (publicación póstuma en 2019), describe su estrategia de supervivencia en un medio científico oficialista dispuesto no sólo a boicotear sus trabajos, sino a practicar contra él el chantaje al quedar un tanto expuestas sus inclinaciones eróticas por personas de su mismo sexo, en particular por su asistente particular Frantisek Palko (Juraj Loj), 20 años más joven.

Protegido por altos dignatarios tanto de la dictadura nazi como del régimen estalinista que se impuso en Polonia al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el herborista Mikólasek fue un personaje complejo: de habilidad sorpendente e inclinación acomodaticia. Pronto supo hacer valer sus favores, en especial los dispensados al presidente comunista Antonin Zapotocki, a quien le salvó la vida. Así como las de muchas otras personas, de todos los estratos sociales, quienes pronto impulsaron la popularidad del médico naturista capaz de diagnosticar una enfermedad, incipiente o terminal, mediante la simple observación de la orina del paciente. Esta suerte de leyenda urbana, curandero milagroso, benefactor del pueblo, pronto despertaría la suspicacia de una élite médica deseosa de mantener sus magros privilegios, así como del poder mismo del Estado para quien Mikólasek sólo podía ser potencialmente un elemento subversivo dentro del orden estalinista.

En una época como la actual donde los nuevos poderes autoritarios –de Vladimir Putin a Donald Trump– arremeten a su vez contra la investigación científica incómoda, contra el wokismo o cualquier disidencia sexual, una cinta como El charlatán revela una gran pertinencia política.

Otros títulos en la retrospectiva Agnieszka Holland: Actores de provincia (1978), Fiebre (1980), Una mujer sola (1981), Una luz en la oscuridad (2011), El rastro (2017), Mr. Jones (2019) y Frontera verde (2023). Una gran ausente: Europa Europa (1990).

El charlatán se exhibe en la sala 7 de la Cineteca Nacional Xoco a las 18 horas.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *