
La facción criminal de Los Chapitos, parte del fragmentado Cártel de Sinaloa, enfrenta un debilitamiento sin precedentes tras la decisión de Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, de declararse culpable ante una corte federal en Estados Unidos.
Según periodistas especializados como Luis Chaparro y Óscar Balderas, este cambio de estrategia jurídica no solo altera el curso del proceso penal contra el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, sino que desestabiliza las estructuras internas del cártel y reconfigura el mapa del poder criminal en el país.
El pasado 6 de mayo, el Tribunal del Distrito Norte de Illinois canceló la audiencia de Ovidio programada para el 12 de mayo y fijó una nueva comparecencia presencial para el 9 de julio, tras notificarse un cambio de declaración en el expediente judicial.
El documento indica que el gobierno deberá entregar con antelación el acuerdo de culpabilidad firmado con Guzmán López, lo que formaliza su colaboración con la fiscalía estadounidense.

La jueza encargada del caso es Sharon Johnson Coleman, quien decidirá si aprueba el acuerdo negociado por la defensa de Ovidio. El juicio se lleva a cabo en Chicago, donde desde 2023 el hijo de El Chapo enfrenta cinco cargos federales graves:
- Conspiración para importar, manufacturar y distribuir sustancias controladas (cocaína, metanfetamina, heroína, marihuana y precursores químicos).
- Participación en una empresa criminal continua.
- Conspiración para lavado de dinero.
- Posesión de drogas con intención de distribución.
- Portación de armas de fuego.
En entrevista con Radio Fórmula, Luis Chaparro explicó que este tipo de acuerdos forman parte de una práctica común en procesos contra organizaciones criminales en Estados Unidos. Ovidio habría optado por una declaración de culpabilidad tras una negociación prolongada con la fiscalía, la cual podría permitirle evitar una sentencia de cadena perpetua, reducir su pena y acceder al programa de testigos protegidos, como ya ocurrió con Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada.

Según Chaparro, la clave de esta estrategia está en la información que Ovidio puede aportar sobre rutas de tráfico, estructuras operativas de Los Chapitos y La Mayiza y vínculos con la narcopolítica, tanto en México como en Estados Unidos.
El periodista consideró que esta decisión judicial afectará directamente a la red de protección política que rodeaba a Los Chapitos. Añadió que, junto con su medio hermano Joaquín Guzmán López, Ovidio podría convertirse en un testigo de alto valor para el Departamento de Justicia, lo que debilita la posición de su grupo criminal y lo aísla del sistema de pactos que durante años lo sostuvo.
En otro frente, Óscar Balderas, especialista en crimen organizado, señaló que el acuerdo judicial de Ovidio también deteriora la relación de Los Chapitos con sus aliados en México.
En conversación con Adela Micha para La Saga, el comunicador expuso que la colaboración con autoridades estadounidenses ha erosionado la confianza de actores de la política que antes mantenían acuerdos con el grupo. Dijo que, tras este movimiento, las autoridades mexicanas pueden asumir que la información será entregada a agencias extranjeras, lo que limita la posibilidad de futuras negociaciones o protección.
Balderas sostuvo que este proceso no solo golpea la imagen del grupo de los Guzmán, sino que ha permitido el avance territorial de otras facciones, particularmente la encabezada por “El Mayo” Zambada, cuya estructura —más discreta y estratégica— estaría ocupando espacios antes dominados por la Chapiza, especialmente en zonas urbanas como Culiacán.

También afirmó que, si bien Los Chapitos siguen contando con recursos y presencia armada, la entrega de dos de sus principales líderes representa un desgaste profundo que los deja debilitados frente a sus competidores.
El acuerdo judicial de Ovidio se suma a un escenario más amplio: su medio hermano, Joaquín Guzmán López, detenido en junio de 2024, también estaría negociando un acuerdo paralelo con las autoridades estadounidenses.
A este contexto se suma el caso de Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, cuyo proceso en Brooklyn mantiene todos los documentos sellados, lo cual, para Chaparro, podría indicar que también colabora con la fiscalía estadounidense en calidad de testigo clave, incluso dando información en contra de sus antiguos jefes, los Guzmán.
Para David Saucedo, estas colaboraciones ya estarían generando efectos, como lo es el reciente decomiso de millones de pastillas de fentanilo en Estados Unidos. En entrevista con Radio Fórmula, Saucedo consideró posible que esta acción derivara directamente de la información entregada por Ovidio, Joaquín Guzmán López o incluso por el propio Mayo Zambada, todos ellos con conocimiento íntimo de las rutas y logística del tráfico transfronterizo.
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