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Así funcionan las estafas con deepfakes que han engañado a miles de personas



Las cámaras virtuales nativas pueden ser utilizadas por ciberdelincuentes para facilitar estafas con deepfakes al permitir que videos manipulados se transmitan como si fueran en tiempo real. Por ejemplo, un estafador podría usar una cámara virtual para proyectar un video deepfake de una persona conocida, como un famoso o alguien más cercano, como un familiar, durante una videollamada. Esto puede hacer que la víctima crea que está interactuando con alguien real, lo que facilita el engaño.

Las alertas de los especialistas y autoridades son ignoradas por algunas personas que se niegan a creer que lo que ven sus ojos no sea realidad.

Recientemente se hizo viral en redes sociales el caso de una mujer que estuvo a punto de abandonar a su esposo porque creía que había entablado una relación amorosa con el cantante Enrique Iglesias. Algo similar le pasó a una francesa que entregó 850,000 dólares a un grupo de estafadores porque creyó que hablaba con Brad Pitt. Mientras que un hombre en Shanghái perdió más de 27,000 dólares luego de ser engañado en una relación en línea con una novia ficticia.

El común denominador entre estas personas es que todas fueron víctimas de delincuentes que crearon imágenes tan creíbles, que pese a lo fantasioso del escenario, lograron convencerlos de que era real.

“Nos enfrentamos a un escenario en el que vemos una manipulación digital avanzada que compromete la verdad, exige cautela y necesita concientizar sobre este fenómeno. Ya es posible crear videos y audios falsos en internet de celebridades, figuras públicas o líderes de opinión, que pueden ser utilizados para desacreditar a una víctima o incluso extorsionar a quienes creen lo que la estafa muestra”, comenta Fabio Assolini, director del Equipo Global de Investigación y Análisis para América Latina en Kaspersky.

De acuerdo con Daniel Molina, vicepresidente para Latinoamérica de iProov, cuando las personas se ven expuestas a estos escenarios y sospechan, responden pidiendo pruebas “convincentes”, en lugar de una foto requieren videos o incluso o una videollamada bajo la idea de que son materiales más difíciles de truquear e ignoran que los programas son más accesibles y la información para alimentarlos está en internet.





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