Desde que apareció en 2001, Animal Crossing ha sido reconocido como uno de los títulos más relajantes y reconfortantes del mundo de los videojuegos. Su estilo de juego tranquilo, la posibilidad de construir una comunidad a nuestro ritmo y la fantástica música que nos acompaña durante nuestro día a día isleño hacen que muchos lo vean como una experiencia terapéutica. Sin embargo, para otros jugadores, también puede ser una fuente de estrés -aunque ocasional- especialmente cuando las expectativas personales o las mecánicas del juego se interponen con nuestra realidad idealizada. Me refiero, por ejemplo, a todas esas personas que, como yo, tienen grandes ideas de decoración y estructura para su isla pero que terminan hundidas en las malas hierbas por la frustración del no tener talento en el terraforming.
Así que a continuación exploraremos ambas facetas del universo de Animal Crossing: New Horizons: lo que lo convierte en un refugio mental donde los pájaros cantan y la vida es más bonita y lo que puede resultar abrumador para algunos jugadores, incluyéndome a mí misma.
El lado relajante de Animal Crossing
Un mundo sin prisas
Uno de los mayores encantos de Animal Crossing es su ritmo pausado. No hay misiones ni enemigos; el juego permite que cada jugador avance a su aire, poniendo atención en lo que considere necesario. La posibilidad de pescar, recolectar bichitos o simplemente pasear por la isla sin un objetivo concreto crea una sensación de libertad inigualable, ¿que quieres pasar el rato charlando con los vecinos? Estupendo. ¿Que quieres admirar tus capturas en el museo? Sin problema. Lo que tú quieras cuando tú quieras.
Música y sonidos ambientales
La banda sonora y los efectos de sonido contribuyen enormemente a la experiencia relajante del juego. La música cambia cada hora, acompañando el transcurso del día de una manera sutil y armoniosa. El sonido de las olas, los insectos y el viento refuerzan esa sensación de que nos encontramos en un entorno pacífico y lleno de naturaleza, y estos sonidos son incluso capaces de trasladarnos a recuerdos y lugares especiales para nosotros.


Celebrando el cumpleaños de Protón
Interacciones amables y una comunidad acogedora
Los vecinos en Animal Crossing están diseñados para ser amables y acogedores. Aunque cada uno tiene su propia personalidad -y, no nos vamos a engañar, alguno es un poco pesado- el juego rara vez presenta conflictos como tal. Esta falta de drama hace que interactuar con los aldeanos sea una experiencia relajante y positiva, algo que contrasta con la vida real, donde las interacciones sociales pueden ser, a veces, más que complicadas.
Creatividad sin límites (en teoría)
La posibilidad de diseñar tu isla según tus propios gustos es otro de los puntos que muchos encuentran relajantes. La decoración, el terraforming y la personalización de ropa y mobiliario permiten que cada jugador exprese su creatividad de manera libre. Para algunos, esta libertad creativa es un escape perfecto… pero para otros, intentar hacer todo esto realidad es el lo que desencadena la frustración.


Imagen: @Brii (Pinterest)
Cuando lo relajante se vuelve estresante
La ansiedad del terraforming
Animal Crossing es uno de mis juegos favoritos, pero aquí es donde yo me incluyo en la parte estresante del juego. Tener una visión clara de cómo quiero que se vea mi isla pero no lograr ejecutarla de la manera que imagino es frustrante. Animal Crossing: New Horizons introdujo el terraforming, una mecánica que, aunque ofrece posibilidades ilimitadas, también puede convertirse en una fuente de ansiedad total.
Pasar horas intentando moldear ríos, montañas y caminos solo para darse cuenta de que algo no encaja puede ser desmotivador… intentar colocar fantásticos suelos de loseta que hemos encontrado por ahí para ver que no encajan en nuestra entrada cuando llevas dos horas haciendo copy-paste en el resto de tu isla, sinceramente, no es demasiado relajante. Aunque seguro que muchos no tienen ese problema, los del club de los no demasiado habilidosos lo sufrimos constantemente.
El terraforming, una mecánica que, aunque ofrece posibilidades ilimitadas, también puede convertirse en una fuente de ansiedad total.
El perfeccionismo como enemigo
Muchos jugadores (aquí también me incluyo) sienten una presión un tanto innecesaria por hacer que sus islas se vean “perfectas”. Ver creaciones impresionantes en redes sociales puede llevar a una comparación constante y a una sensación de insuficiencia. A veces, en lugar de disfrutar del proceso, terminamos estresándonos porque sentimos que nuestras islas no están a la altura y porque no conseguimos igualarlas a esas que vemos en Pinterest, por ejemplo.
Eventos y logros: cuando la tranquilidad se convierte en tarea
Aunque Animal Crossing se basa en la relajación, también tiene eventos, logros y objetivos que pueden generar estrés. Algunos jugadores sienten la necesidad de completar todas las colecciones del museo, capturar todos los peces e insectos de temporada o conseguir todos los objetos exclusivos de los eventos. La presión por no perderse nada puede transformar un juego tranquilo en una lista de tareas pendientes que no siempre es posible o rápida de completar… además teniendo en cuenta que los días en Animal Crossing pasan igual que en el mundo real.


La deuda con Tom Nook
Tom Nook es un personaje icónico de la saga, todos tenemos cierto amor-odio por él, y su sistema de préstamos también puede ser una fuente de estrés para algunos jugadores. Aunque el juego no tiene límites de tiempo para pagar la hipoteca, la sensación de deber miles y miles de bayas puede hacer que algunos sientan la necesidad de farmear dinero constantemente, lo que convierte la experiencia en algo más cercano al trabajo que al ocio. Además, que sin bayas no puedes ampliar tu casa, sin ampliar tu casa no caben más muebles y un laaaargo etcétera.
El miedo a perder aldeanos favoritos
Los aldeanos pueden decidir mudarse si el jugador no interactúa con ellos con frecuencia. Esto puede generar una sensación de obligación de jugar diariamente para asegurarse de que no se vayan, lo que para algunos jugadores transforma el juego en una especie de responsabilidad en lugar de un espacio de relajación.
Un balance entre lo relajante y lo estresante
Animal Crossing es, en esencia, un juego que busca ser relajante, pero la manera en la que cada persona lo experimenta puede variar enormemente. Para algunos, la creatividad sin límites, la interacción con los aldeanos y la ausencia de presión convierten el juego en una experiencia placentera y reconfortante. Para otros, ejem ejem, el perfeccionismo, la presión social y ciertas mecánicas del juego pueden generar ansiedad en lugar de tranquilidad.
En mi caso, la ansiedad del terraforming es un ejemplo claro de cómo un elemento diseñado para el disfrute del usuario puede convertirse en una fuente de estrés. Pero también he aprendido que Animal Crossing no se trata de tener la isla perfecta, sino de disfrutar del proceso. A veces, es mejor dejar de lado la presión y simplemente jugar a nuestro propio ritmo, sin comparaciones ni expectativas autoimpuestas (Nota mental: merar menos Pinterest).
Al final del día, lo importante es encontrar el equilibrio: jugar de la manera que nos haga sentir bien y recordar que, aunque Animal Crossing pueda generar estrés en algunos momentos, sigue siendo un refugio virtual en el que podemos relajarnos y disfrutar a nuestra manera.
En 3DJuegos | Tres juegos cozy de fantasía con una estética digna de Ghibli. De grandes aventuras a íntimas historias relajantes
Deja una respuesta