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China logra dominar la energía oscura


En la actual crisis energética que afecta al planeta, los países están buscando la forma de obtenerla, bien sea con energías alternativas como la fotovoltaica y la eólica o las convencionales con combustibles fósiles como el petróleo. En el caso particular de China, está desarrollando grandes proyectos en ambos frentes, sin embargo, está exprimiendo sus desiertos, invirtiendo grandes recursos.

China: un caso singular del sector energético

China ha sido conocida como un gran importador de tecnología y abastecedor de materias primas, durante la última década se ha empeñado en cambiar esta imagen a través de proyectos que son ambiciosos, como ser el líder mundial en la creación de paneles solares y baterías para vehículos eléctricos. Pero también en lo referente al dominio de la energía oscura, o petróleo, para lo que lleva adelante asombrosos experimentos.

Por lo que las gigantes gubernamentales como Cnooc, Sinopec y CNPC han invertido 80 000 millones de dólares al año para ir incrementando su producción petrolera en sus pozos cavados en el desierto, muchos de ellos activos desde la época de Mao pero también muchos nuevos. Tan exitosa ha sido esta estrategia que en marzo de 2025 alcanzó los 4,6 millones de barriles de petróleo diarios. Todo un récord de la ingeniería moderna..

Los experimentos del gigante asiático para aumentar su producción

China lleva adelante varios experimentos para asegurar que su producción petrolera alcance al máximo nivel exprimiendo sus desiertos. El más grande es la excavación de un agujero de casi 11 kilómetros de profundidad, el cual se llama Shendi Take-1 y se considera toda una proeza de ingeniería que seguramente tendrá una alta rentabilidad. El mismo se ubica en el desierto de Taklamakán.

Que se encuentra al occidente del país asiático (aunque también ha encontrado un gran tesoro a más de 5000 metros de profundidad en el Mar Meridional). Pero este desierto, además de ser colosal, es un enorme yacimiento de petróleo, lo único es que el filón de crudo, en su mayor parte, está enterrado a una profundidad que oscila entre los 6000 y los 12 000 metros, por lo que para llegar se excavó este gran pozo.

El de mayor profundidad de Asia, solo superado por el pozo SG-3, mejor identificado como el pozo superprofundo de Kola que fue hecho por los soviéticos y que llegó a los 12 262 metros. Sin embargo, este tardó casi 19 años en ser construido, mientras que el Shendi Take-1 fue hecho en 580 días los primeros 10 000 metros pero, curiosamente, tardaron 300 días en excavar los últimos 910 metros.

Como explica China, esto último se debió a que después de los 10 000 metros de profundidad las condiciones cambian, puesto que se tienen presiones brutales y temperaturas sobre los 210 grados centígrados. Por lo que cada metro de avance, se hace mucho más complejo. Pero este pozo también tiene recompensas adicionales, ya que además de hallar petróleo se encontró otro recurso como lo es el gas natural.

Pero además de conseguir petróleo, este enorme pozo también tiene otro propósito

No solo el pozo Shendi Take-1 tiene como objetivo la consecución y explotación de crudo y gas natural, pues también será fundamental para la investigación geológica del terreno. Una vez terminado, permitirá a China la exploración de las 13 capas que habrá atravesado, por lo que conoceremos muy de cerca las condiciones de ambiente y del clima así como de la flora de hace 500 millones de años.

Como conclusión, China lleva adelante experimentos excavando pozos verticales de hasta 11 kilómetros de profundidad (una obra de ingeniería que es colosal, así como este otro proyecto espacial muy complejo). De esta manera conseguirá incrementar su producción petrolera para el autoabastecimiento. Otro punto fascinante es que esta excavación también tiene un propósito científico.



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