Christian Nodal, quien actualmente se encuentra de gira y presentándose en diversos palenques por la República Mexicana, ha aprovechado su tiempo para participar en entrevistas con distintos medios de comunicación y programas en plataformas digitales.
Una de sus más recientes apariciones fue en una transmisión en vivo organizada por El Mariana, donde ambos conversaron sobre diversos aspectos de la vida y carrera del intérprete de mariacheño.
Durante la charla, Nodal compartió detalles sobre su trayectoria musical y ofreció un adelanto de un tema que formará parte de su próximo disco.
En un momento de la conversación, el youtuber le preguntó si poseía algún rancho propio, “¿Y tienes algún rancho o algo así, viejo? ¿No? Deberías de comprar uno y llevarme, yo quisiera tener un caballo”, expresó El Mariana.
A lo que el cantante respondió con humor y orgullo, “No, pero mi esposa es dueña de medio Zacatecas”. Esta declaración, que hace referencia a su relación con la cantante Ángela Aguilar, generó risas y comentarios entre ellos mismos.
Hasta el momento no se sabe si Ángela habría heredado o si posee algún terreno propio en aquel estado. Probablemente el sonorense se refería al rancho de la Dinastía Aguilar, denominado “El Soyate”, que se ubica en Villanueva, Zacatecas.
Este lugar es parte importante de la vida personal y profesional de la familia, ya que ahí pasa gran parte de su tiempo y también funciona como hogar y espacio de trabajo para todos.
En el rancho se crían caballos, además de ser escenario de múltiples actividades relacionadas con la familia y la cultura charra, una práctica tradicional mexicana que Pepe Aguilar y su familia promueven activamente.
Este lugar fue adquirido por Antonio Aguilar y Flor Silvestre, los icónicos artistas mexicanos, y se convirtió en su hogar y refugio personal. Aquí, Antonio Aguilar consolidó su amor y dedicación por la charrería, cumpliendo con su papel como uno de los mayores promotores de esta tradición mexicana.
“El Soyate” no solo funcionó como hogar, sino también como un símbolo del estilo de vida tradicional y rural que los artistas buscaban preservar. El rancho fue un espacio fundamental en la crianza de sus hijos, Pepe y Antonio Aguilar Jr., quienes crecieron rodeados de las tradiciones charro-mexicanas que continúan promoviendo en la actualidad.
Tras el fallecimiento de Antonio Aguilar y, posteriormente, de Flor Silvestre, el rancho quedó bajo el cuidado de Pepe Aguilar, quien ha tomado el relevo en preservar el legado de su familia.
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