Un nuevo estudio liderado por el astrofísico Or Graur, de la Universidad de Portsmouth, ha revelado una posible representación temprana de la Vía Láctea en el arte funerario del Antiguo Egipto. A través del análisis detallado de 125 imágenes de la diosa Nut, que aparecían en más de 500 ataúdes antiguos, los investigadores encontraron una imagen reveladora, la del ataúd de Nesitaudjatakhet, una cantora del templo de Amón-Ra que vivió hace unos 3 mil años.
En esa pieza, el cuerpo de la diosa del cielo figura central de la cosmología egipcia, aparece atravesado por una línea curva ondulante de color negro que contrasta con el fondo estrellado. Según los científicos, esta línea recuerda a la llamada “Gran Grieta” de la Vía Láctea, una franja oscura de polvo interestelar que divide visualmente la galaxia en el cielo nocturno.
Aunque la representación no es literal, los investigadores creen que esta imagen sugiere una comprensión notable del cosmos por parte de los egipcios. Nut, considerada la personificación del cielo, era también asociada a distintos fenómenos celestes, y este hallazgo refuerza esa conexión mitológica con una base astronómica.
“Este descubrimiento nos ofrece una ventana fascinante hacia cómo las civilizaciones antiguas observaban el universo y cómo integraban esos conocimientos en su arte y religión”, señaló Graur.

¿Quién es Nut en la mitología egipcia?
Nut era la diosa del cielo, madre de algunos de los dioses más importantes del panteón egipcio. Suele representarse como una mujer desnuda, arqueada sobre la tierra, con el cuerpo cubierto de estrellas. En muchas imágenes, su cuerpo forma una bóveda celestial que protege al mundo, tocando la tierra con los dedos de manos y pies, mientras que su espalda forma el cielo.
Era vista como la puerta al más allá, los difuntos pasaban por su cuerpo en su viaje hacia la vida eterna. Estaba vinculada al renacimiento y la resurrección, por lo que su imagen era común en sarcófagos y techos de tumbas. Su figura estelar representaba el orden cósmico y la eternidad, y era una forma de conectar lo divino con lo terrenal.

Los egipcios y su asombroso conocimiento sobre la astronomía
Los antiguos egipcios tenían un conocimiento sorprendentemente avanzado de la astronomía, especialmente si consideramos que sus observaciones eran hechas a simple vista, sin telescopios ni tecnología moderna. Para ellos, el cielo no solo era una fuente de conocimiento, sino también un reflejo del orden divino y un instrumento para organizar la vida cotidiana, la religión y el poder político.
- Los egipcios crearon uno de los primeros calendarios solares de 365 días, basado en la observación del ciclo heliaco de la estrella Sirio.
- Conocían y observaban constelaciones como Orión (asociado a Osiris) y Sirio (relacionada con Isis).
- Identificaron patrones estelares que dividieron en decanos, grupos de estrellas que salían en intervalos de 10 días y les ayudaban a medir el tiempo durante la noche.
- Los templos estaban alineados con precisión astronómica para marcar fenómenos solares, como los solsticios o equinoccios.
- Conocían las fases lunares y las asociaban con el ciclo de vida, muerte y resurrección, temas clave en su mitología.
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