
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha desplegado un sistema estructurado de reclutamiento voluntario dirigido a jóvenes, a quienes traslada desde distintas regiones del país hacia campos de adiestramiento en municipios como Tala, Teuchitlán y Puerto Vallarta, según una investigación del periodista Antonio Nieto.
Evidencias adicionales, como capturas de pantalla obtenidas de grupos de WhatsApp, confirman los mecanismos utilizados por el grupo delictivo para captar y formar a sus nuevos integrantes.
El proceso comienza mediante invitaciones a grupos privados en WhatsApp, a los que solo se accede por recomendación de un miembro ya incorporado, según describió el comunicador en un hilo en su cuenta de X (antes Twitter). En la descripción de uno de los grupos, titulado “RECLUTAMIENTO PUERTO VALLARTA (CJNG)”, se señala que está dirigido a personas que desean trabajar para el cártel, con viáticos pagados.

Una vez dentro del grupo, los administradores publican mensajes con información sobre el proceso de adiestramiento. En uno de los mensajes difundidos se lee: “Se da mes y medio de adiestramiento. Durante el adiestramiento se les paga de 4 mil 500 a 5 mil 500 pesos semanales. Pasando el adiestramiento se les sube la paga, depende de cómo trabajen, de 6 mil 500 a 8 mil 500 semanales”, se lee en una de las capturas de pantalla. También se informa que durante el periodo de entrenamiento los reclutas estarán incomunicados y se les retirarán los celulares.
En el mismo mensaje se especifica que los autobuses, utilizados para el traslado de los nuevos integrantes, “se estarán pagando hasta nuevo aviso”, lo que confirma el papel logístico organizado del cártel para movilizar a los aspirantes desde distintos puntos.

El sistema sigue una mecánica precisa: tras aceptar las condiciones, los interesados envían su ubicación. Si se encuentran en zonas metropolitanas como Guadalajara o Zapopan, reciben un taxi enviado por los administradores. El conductor toma una fotografía del pasajero y la remite al grupo para confirmar que la operación está en marcha. El reclutado envía un mensaje final y es eliminado del grupo.
Cada 24 horas parte un autobús con decenas de jóvenes hacia los centros de adiestramiento del cártel, principalmente en Puerto Vallarta o Tala, este último ubicado a pocos minutos de Teuchitlán, donde opera uno de los enclaves operativos del CJNG.

El proceso se refuerza con la presencia de supuestos mandos criminales. En el grupo, un sujeto identificado como “K-20″ o “Kalavera”, quien afirma ser colombiano, se presenta como comandante. En mensajes y videos posteriores los reclutas incluso le mandan saludos como forma de legitimar su presencia y jerarquía.
El CJNG también utiliza la intimidación y el adoctrinamiento violento como parte del proceso. En una conversación del grupo, los administradores advierten a los aspirantes sobre las consecuencias de no obedecer órdenes. Uno de los mensajes dice: “Así terminan. Se mueren porque no obedecen y se creen más que el comandante”, acompañado por una imagen explícita de una cabeza humana cercenada.

Estas publicaciones tienen un doble propósito: infundir temor y reafirmar que el grupo es real. Según Nieto, estos videos e imágenes son parte del proceso de adoctrinamiento para los aspirantes, que aceptan estas condiciones voluntariamente al integrarse.
El periodista también documentó que muchos perfiles usados por los administradores en WhatsApp utilizan fotos e identidades tomadas de cuentas reales en redes sociales, incluso de influencers locales.
El contexto de estos campos de adiestramiento adquirió una nueva dimensión tras el hallazgo de restos calcinados en una finca de Teuchitlán, denunciado el 5 de marzo por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, conformado por familiares de personas desaparecidas. El grupo asegura que el sitio funcionaba también como centro de exterminio, con crematorios clandestinos.
El predio ya había sido cateado en septiembre de 2023, tras enfrentamientos entre el CJNG y el Ejército, sin embargo, en la reciente búsqueda fueron localizados huesos enterrados, ropa, maletas, libretas con referencias a cómo usar armas y unca carta escrita por un joven que habría sido secuestrado en febrero de 2024.

Las nuevas evidencias no fueron detectadas en el primer cateo, lo que provocó críticas internacionales. “El descubrimiento resulta aún más perturbador porque esos elementos no fueron detectados durante el primer allanamiento”, dijo Liz Throssell, portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, quien pidió una investigación transparente.
El fiscal general Alejandro Gertz cuestionó la actuación local y asumió la investigación tras solicitud de la presidenta Claudia Sheinbaum. La fiscalía estatal sostiene que “no existen estructuras que fungieran como hornos”, aunque continúa la búsqueda de restos.
Jalisco es el estado con mayor número de personas desaparecidas en México, con casi 15 mil casos registrados. La violencia también ha desbordado el sistema forense: en 2023, las morgues recibieron 5 mil 435 cuerpos, pese a tener capacidad para mil 287, y más de 72 mil cadáveres siguen sin identificar en todo el país.
Para Índira Navarro, líder de Guerreros Buscadores, el caso de Teuchitlán confirma que se trata de “un centro de reclutamiento de nuestros jóvenes”, y alerta sobre denuncias de desapariciones mediante ofertas falsas de empleo. En lo que va de 2025, se han documentado 30 desapariciones cerca de la central de autobuses de Tlaquepaque, vinculadas a falsas entrevistas de trabajo.
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