Las culturas mesoamericanas tenían un amplio conocimiento del efecto medicinal de ciertos tipos de plantas, que no pasó desapercibido en las primeras décadas de la conquista.
Los frailes que llegaron poco tiempo después de consumada la caída de Tenochtitlan, en 1521, fueron los encargados de registrar los saberes de los médicos indígenas, a partir de los cuales se crearon remedios basados en hierbas, animales y minerales para curar las enfermedades de la población.
Uno de los ejemplos más notables de este conocimiento ancestral quedó plasmado en el Códice de la Cruz-Badiano, el primer libro escrito por indígenas, en el Nuevo Mundo, sobre plantas medicinales.
Fue elaborado en 1552 en el colegio de Santa Cruz de Tlatelolco por el médico nahua Martín de la Cruz, bajo las órdenes de Francisco de Mendoza, hijo del primer virrey de la Nueva España, Antonino de Mendoza, y traducido al latín por Juan Badiano, originario de Xochimilco. El libro, cuyo nombre en latín es Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis, fue enviado al rey Carlos V de España como un obsequio.
¿Qué contenía el “desodorante” ancestral?
El libro contiene 140 páginas ilustradas a mano con imágenes de plantas que se empleaban para curar enfermedades de la cabeza, los ojos, los oídos, la nariz, los dientes, el pecho, el estómago, las rodillas y los pies, entre otras afecciones. Asimismo, contiene los nombres de las plantas en náhuatl y las indicaciones médicas en latín.
Uno de los padecimientos que aborda el Códice de la Cruz-Badiano es el “Mal de olor de las axilas, o sea caprino”, y aporta las indicaciones para acabar con él:
“El que tenga este olor rancio a chivo, entre al baño bien preparado y con sumo cuidado lávese la cuenca de las axilas. Cuando salga, lávese con el jugo de la hierba chiyahuaxihuitl, con moledura de huesos de hombre y de perro, que sea reciente esa, y de toda clase de hierbas que huelan bien. Con ello podrá perder el olor a chivo”.
La chiyahuaxihuitl, mejor conocida como maravilla, es una planta de la familia botánica Nyctaginaceae. Sus flores tienen forma de embudo, con colores vivos. Existen alrededor de 60 especies, de las cuales, 6 se encuentran distribuidas en la Cuenca de México; una de esas especies se usa como remedio contra inflamaciones, reumas y convulsiones.
Consulta siempre a tu médico
El Códice también contiene información de las plantas y los remedios para otros padecimientos, como furúnculos, caspa, alopecia, glaucoma, catarro, hipo, tos, dolor de pecho, hipo, tos, piojos, entre otros.
Este compendio es una referencia histórica importante para la medicina herbolaria, y aunque muchas de las plantas que describe se pueden conseguir con facilidad, es importante acudir con un profesional de la salud en caso de experimentar síntomas de las enfermedades que describe este documento, o de cualquier otra, para recibir la atención médica necesaria.
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