
▲ Ser mujer complicó un poco más las cosas, pero eso me hace sentir más satisfecha, afimó la corredora.Foto cortesía de la atleta
Adriana Díaz Reyes
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de abril de 2025, p. a11
Con una bolsa de 10 kilos en la espalda, comida deshidratada y un puñado de geles para hidratación, Tania Carmona corrió cinco ultramaratones de 250 kilómetros en un año a través de algunos de los entornos más hostiles del planeta.
En marzo, la deportista mexicana se convirtió en la primera latinoamericana en culminar el Grand Slam plus superando temperaturas extremas y vientos feroces que la llevaron casi a desfallecer.
Más que un reto físico, es mental, muchas cosas pasan por tu cabeza cuando estás recorriendo algunos de los terrenos más complicados de la Tierra. Es una mezcla entre orgullo y dolor. Cuando faltaban algunos metros para concluir sólo podía pensar en que mi sufrimiento pronto terminaría
, compartió Carmona.
Cada paso de los mil 250 kilómetros fue una lucha. La corredora peleó contra el cansancio, la sed, la humedad y la incertidumbre de recorrer lugares poco explorados y peligrosos.
Sólo podíamos llevar una mochila con todo lo necesario: chamarras, agua, una bolsa de dormir, un tapete, equipo médico, gel y comida deshidratada como si fuéramos soldados. No fue nada sencillo cumplir cada reto durante un año, pero mi tenacidad era más fuerte. Me daba mucha fuerza el llevar la bandera de México pegada en el hombro.
Entre pastizales enormes y estepas sin fin, Carmona solía preguntarse el porqué estaba ahí, en un reto al que pocas personas en el mundo se aventuran.
Si te confieso algo, correr no me encanta, no es mi deporte favorito. Lo que me gusta es lo que este tipo de retos provoca en ti. Es una meta personal, físicamente te lleva al extremo y la recupera-ción de cuatro a ocho semanas después de cada desierto es difícil, porque el cuerpo no está acostumbrado a tanta exigencia.
De las 18 personas que culminaron el reto con la mexicana, sólo ocho son mujeres.
Ser mujer complica un poco más las cosas porque debes controlar tus hormonas y el cortisol, tienes que esforzarte más que los demás y creo que por eso no somos tantas. Eso me hace sentirme aún más satisfecha
, compartió la también entrenadora de ultramaratones.
Con la bandera de México atada en la mochila, Tania recorrió la Antártida, así como los desiertos de Atacama, en Chile; de Gobi, en Mongolia; Namib, en Namibia, y el de Jordania.
En la Antártida me enfrenté a temperaturas extremas de menos 50 grados y un viento que te golpeaba fuerte en todo el cuerpo. Pasamos largas horas bajo esas condiciones y sin poder comer debido a las restricciones del terreno. El hambre y el frío llevaron mi resistencia al límite.
Carmona comenzó a experimentar con las carreras de larga distancia hace 10 años. Desde entonces, comenzó a competir en dicha modalidad. Su primer reto fue el Ultra El Chico, Hidalgo, de 50 kilómetros, después participó en Disney’s Dopey Challenge, Ultra Spartan Championships, Ultra Pennine Barrier 50 Mile y el Cruce de Escocia de mar a mar en forma autosuficiente en 2023, entre otros.
Es un enorme orgullo ser la primera mexicana en terminar el reto de los desiertos, en tres semanas tengo otra competencia y espero ya estar recuperada para conseguir un buen papel. Vivir este tipo de experiencias me hace notar que el ser humano realmente no conoce sus límites.
En el reto del Grand Slam plus se recorren cinco ultramaratones de 250 kilómetros. El primer desierto debe cruzarse en seis días. En los primeros cuatro se avanzan de 40 a 45 kilómetros, mientras en el quinto de 60 a 90; en el último, se finaliza con 8 o 10. Así cinco veces durante un año hasta culminar la travesía.
Podrías pensar que es un reto para personas jóvenes, pero no es así. En el grupo que terminó había una corredora de más de 60 años, espero que yo pueda ser como ella en algunos más
, concluyó.
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