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Construir sin presión y encima en modo cozy, por qué los city builders “cuquis” están triunfando – Dorfromantik


La construcción ya no es solo cuestión de estrategia. En los últimos años, una nueva corriente de videojuegos ha transformado el género city builder, alejándose de esa lógica de maximizar recursos y acercándose, en cambio, a una propuesta mucho más pausada y con ese toquecito emocional propio de los juegos cozy. Juegos como Dorfromantik, Townscaper o Lushfoil Photography Sim —que, aunque no es un city builder, merecía ser nombrado— no nos imponen objetivos ni nos exigen habilidades concretas. Son mundos en miniatura que se despliegan ante nosotros, los jugadores, con una premisa súper simple: disfrutar del proceso.

Una evolución natural del city builder

Los juegos de construcción siempre han sido una invitación a crear desde cero. Desde SimCity hasta Cities: Skylines, el jugador asumía el rol del arquitecto, del planificador urbano y del gestor de recursos. El reto es ambicioso: levantar una ciudad funcional, eficiente y en expansión constante… pero, en paralelo a esta visión clásica, ha nacido una corriente alternativa mucho más estética, más íntima y más contemplativa.

Dorfromantik
Dorfromantik

El “tablero” de Dorfromantik

Dorfromantik, del estudio alemán Toukana Interactive, fue una de las primeras sorpresas. Con su tablero monísimo  de fichas hexagonales, recuerda más a un juego de mesa —versión que, de hecho, existe— que a un simulador urbano. En él no hay habitantes ni impuestos a cobrarles: solo una colección de paisajes que crecen armoniosamente en función de las piezas que decides colocar. Todo acompañado, por supuesto, por una banda sonora minimalista y una paleta de colores suaves que nos invitan a hacernos una buena taza de café y a hundirnos en el sofá mientras jugamos.

Construir por placer, no por productividad

La clave del éxito de estos juegos no está en la complejidad, sino en la libertad. En Townscaper, por ejemplo, no hay ni siquiera menús omisiones. Basta con hacer clic sobre el agua para que crezcan pequeñas casas de colores, con tejados ondulados y escaleras enredadas como si hubieran surgido de un sueño —me encanta Townscaper—.

Para mi, es esa falta de presión lo que los convierte en una experiencia tan atractiva. En un mundo donde todo parece correr y donde parece que tienes que ser productivo sí o sí, estos juegos nos ofrecen un espacio sin juicios y sin puntuaciones. Juegas porque sí, porque es bonito, porque es tu momento y porque lo quieres pasar creando ciudades preciosas sin pensar siquiera en lo que estás haciendo.

“Al final creamos más bien una especie de juguete digital, no un juego en el sentido tradicional”, explicaba Oskar Stålberg, creador de Townscaper, en una entrevista. Algo que simplemente fuera agradable, como jugar con piezas de LEGO sin tener que seguir instrucciones. Y lo consiguió: el juego se convirtió en un fenómeno en redes sociales gracias a su estética encantadora, sus soniditos y su accesibilidad.

Townscaper
Townscaper

Paisajes preciosos en Townscaper

El auge de lo cozy en los videojuegos

Este fenómeno no es aislado, sino parte de una tendencia mucho más amplia: el auge de los juegos cozy. Títulos como Animal Crossing: New Horizons o A Short Hike han demostrado que existe un enorme público que busca experiencias amables, acogedoras, sin violencia ni estrés. Y los juegos de construcción no han sido ajenos a esta transformación.

Lushfoil Photography Sim, aunque es una propuesta mucho más experimental, también sigue esta lógica. Más que construir como tal, lo que propone es observar y construir recuerdos visuales; explorar entornos idílicos —montañas, costas, templos abandonados— y capturar su belleza a través del objetivo de una cámara. Cada partida se convierte en una caminata lenta por paisajes generados con mimo, donde lo importante no es llegar, sino mirar.

Lo hemos dicho muchas veces; este tipo de juegos actúan como un refugio digital. Frente al ruido constante de la vida moderna, ofrecen un rincón de calma donde recuperar el control.

Comunidad y creatividad

Otra de las claves del éxito de estos títulos, obviamente, es su potencial creativo. La gente hace unas cosas increíbles —yo ya sabéis que lo intento, aunque no siempre lo consigo—. Aunque tienen mecánicas sencillas, permiten resultados muy diferentes, lo que favorece la creación de comunidades súper activas en plataformas como Reddit o Discord. En ellas, los jugadores comparten capturas de pantalla, consejos de diseño y hasta desafíos personales, como construir una ciudad flotante en Townscaper o una aldea perfecta en Dorfromantik.

Townscaper
Townscaper

La estética cuidada de estos juegos también ha facilitado que se expandan más allá del ámbito del videojuego. En redes sociales como Instagram o Pinterest, las imágenes generadas por los jugadores se consideran casi obras de arte digital. Lo que empieza a veces como una partida casual puede llegar a convertirse en un proyecto artístico compartido con el mundo, y eso es precioso.

En Twitch y YouTube, los gameplays de estos juegos funcionan para muchas personas como vídeos relajantes. Muchos streamers los usan incluso como parte de sesiones de estudio o acompañamiento.

¿Por qué ahora?

La pandemia en 2020 fue un punto de inflexión para el cozy gaming. El confinamiento y la incertidumbre global dispararon el interés por experiencias más suaves, tranquilas y con algún tipo de conexión emocional. Los juegos relajantes de este tipo aumentaron en descargas y tiempo de juego durante los primeros meses de la pendemia, y  muchos desarrolladores empezaron a explorar esta dirección.

Como explicaba en una entrevista Luca Langenberg, co-founder de Toukana Interactive, los desarrolladores de Dorfromantik:

“La gente tiene vidas muy estresantes y no pueden dedicar cientos de horas a completar un juego, lo que crea una demanda de juegos menos complejos que nos lleva a una experiencia mucho más relajante”

Este deseo de jugar sin presión ha llegado para quedarse. Cada vez más estudios indie —y también algunas grandes compañías— están apostando por títulos que priorizan la experiencia estética y emocional.

Más allá de la construcción

Lo interesante es que la lógica de estos city builders cozy se está extendiendo a otros géneros. Juegos de jardinería, fotografía o incluso cocina adoptan la misma premisa: menos objetivos, más disfrutar del proceso. En ese sentido, títulos como Kind Words (lo fi chill beats to write to) o Unpacking funcionan casi como una extensión espiritual de estos juegos de construcción cozy.

También ha crecido el interés por propuestas con componentes terapéuticos. Aunque no se definen como tales, muchos jugadores aseguran que jugar a estos títulos les ayuda a reducir la ansiedad, concentrarse o incluso meditar. La música suave, los colores cálidos y el ritmo tranquilo generan una atmósfera que favorece el bienestar emocional.

Después de muchas horas metidas en Townscaper puedo deciros que construir sin presión es, en el fondo, una forma de cuidarse. De alguna forma este tipo de juegos me ayudan a reconectar conmigo misma cuando estoy sobrepasada o estresada —creedme sucede con frecuencia—. Y esa es, quizá, la clave del éxito de esta nueva ola de videojuegos.

El futuro del cozy building

A medida que esta tendencia se consolida, surgen nuevas propuestas que amplían el concepto, como Tiny Glade que supone una evolución aún más sofisticada de este tipo de experiencias. Sin menús y sin mecánicas complejas; solo piedra, musgo y luz natural. Un jardín digital que se construye casi por intuición y que nos ofrece un ASMR visual que da un gustito tremendo.

Tiny Glade
Tiny Glade

Tiny Glade y su fantástico diseño

El futuro de los city builders parece dividirse, por tanto, en dos caminos. Uno, el tradicional, centrado en la gestión, el control y la planificación —que oye, está genial también, anda que no he echado horas en SimCity—. Otro, el emocional, donde lo importante no es la eficiencia, sino la armonía. Y ambos pueden convivir perfectamente.

Lo que está claro es que el cozy gaming ha dejado de ser una moda para convertirse en un género propio. Uno que redefine el placer de jugar y que, en su aparente simplicidad, esconde una propuesta poderosa: la de construir, poco a poco, un lugar en el que simplemente estar y sentirnos genial con nosotros mismos y nuestra creatividad.

En 3DJuegos | El tráiler de este nuevo city-builder para PC es de lo más hermoso y relajante que verás hoy, y viene de un equipo que ya enamoró con su último ‘cozy’ en Steam

En 3DJuegos | Solo la demo de este ‘city builder’ se ha ganado el sobresaliente en Steam. Se inspira en la estrategia de Anno y Lovecraft, y se llama Worshippers of Cthulhu



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