El papa Francisco visitó México una vez durante el gobierno de Enrique Peña Nieto el 12 de febrero de 2016. Antes, el 12 de diciembre de 2015, el día de la Virgen de Guadalupe, anunció el viaje durante una misa en el Vaticano. Francisco murió la mañana de este lunes a los 88 años de edad.
Jorge Mario Bergoglio estuvo cinco días en la República y dio un fuerte mensaje a la jerarquía eclesiástica, además de realizar una misa binacional en la frontera, en Ciudad Juárez, Chihuahua. También visitó la Ciudad de México, Estado de México, Chiapas y Michoacán.
Como lo recordó la BBC “quizá el acto más esperado de Francisco fue el último”. Ofició la misa tras rezar frente al río Bravo “a los pies de una cruz blanca erigida en el lugar que separa México de Estados Unidos” y fue “seguida a ambos lados de la frontera”. En ese momento habló de la “crisis humanitaria” de la migración

El papa Francisco fue recibido por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, la primera dama Angélica Rivera y un grupo de niños en el Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (JUAN BOITES. EL UNIVERSAL)
En la Ciudad de México, en la Catedral Metropolitana, el líder religioso se dirigió a la jerarquía eclesiástica. Les dijo: “Si tienen que pelear, peléense“.
Ante las versiones de la división interna de la Iglesia mexicana, el Papa aprovechó su discurso para decirles: “No se necesitan príncipes, sino una comunidad de testigos del Señor. Abogó por una Iglesia transparente donde no se pierda el tiempo en “habladurías e intrigas” ni se dejen “corromper por el materialismo trivial”.
En Palacio Nacional, ante la clase gobernante, el líder religioso abogó “por la construcción de una política auténticamente humana y apeló a la responsabilidad de los dirigentes, quienes deben de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino”, recordó la BBC.
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En Chiapas, el líder religioso pidió perdón a las comunidades indígenas y decretó oficialmente el uso de lenguas originarias en ceremonias religiosas.
En Chiapas y en Michoacán se reunió con jóvenes y familias: “Hoy en día vemos y vivimos por distintos frentes cómo la familia está siendo debilitada, cuestionada. Cómo se cree que es un modelo que ya pasó y que no tiene espacio en nuestras sociedad que, bajo la pretensión de modernidad, propician cada vez más un modelo basado en el aislamiento”, declaró.
El jerarca católico enfatizó en la “mentira” de la ausencia de peleas en las familias y afirmó entonces que “es conveniente que de vez en cuando discutan y que vuele algún plato”.
A los jóvenes en Morelia les dijo que “representan la riqueza, la esperanza y la dignidad de México”.
También en Morelia, Michoacán, Jorge Mario Bergolgio perdió la calma y regañó a un joven, que lo jaló y casi lo hizo caer sobre un menor en silla de ruedas.
“¡No seas egoísta!”, le espetó el Pontífice.
Luego se pidió precaución a los asistentes y el papa Francisco siguió saludando a los fieles e impartiendo bendiciones a niños discapacitados.
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Durante su papado Francisco dio muestras de una gran calidad humana y su estadía en México no fue la excepción. Durante su recorrido del sábado el Pontífice besó a un niño en silla de ruedas, en el Zócalo capitalino. Foto AP
La embajada de México ante la Santa Sede recalcó en 2016 que el viaje se realizó “dentro del año del Jubileo de la Misericordia (…) el Papa se ha referido a este jubileo como un momento necesario para reflexionar sobre la situación que actualmente se vive en el mundo”.
La visita fue “pastoral, con un componente oficial, dado que México y la Santa Sede mantienen relaciones diplomáticas desde 1992, indicó en febrero de 2016 el Gobierno de México, por lo que el jerarca católico “recibirá el tratamiento protocolario correspondiente a su investidura como jefe de Estado”.
Durante la visita el entonces presidente Peña Nieto “destacó las coincidencias entre México y la Santa Sede en los ámbitos bilateral y, sobre todo, multilateral en asuntos globales como la lucha contra el cambio climático, el desarme nuclear, la migración y el desarrollo sostenible”.
En ese viaje, Jorge Mario Bergoglio destacó que “México es un gran país. Bendecido con abundantes recursos naturales y una enorme biodiversidad que se extiende a lo largo de todo su vasto territorio. Su privilegiada ubicación geográfica lo convierte en un referente de América; y sus culturas indígenas, mestizas y criollas le dan una identidad propia que le posibilita una riqueza cultural no siempre fácil de encontrar y especialmente valorar”.
Anteriormente, el papa Juan Pablo II realizó cinco viaje a la República Mexicana y Benedicto XVI realizó una.
mcc
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