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a llegada de Donald Trump a la presidencia de la potencia hegemónica, si bien en declive y acelerándose, ha puesto en marcha un conjunto desaforado de órdenes ejecutivas afectando a los más variopintos ámbitos y contextos; uno de ellos, las bolsas de valores en el mundo que, girando como verdaderas ruletas rusas, han generado pérdidas millonarias, incertidumbre y desasosiego mundial. Cuando el mandamás del vecino país del norte decide sacar su varita mágica para otorgar unos días o meses de gracia
por los aranceles, a los países afectados que pueden solicitarle clemencia para que no los expulse del paraíso, de la maravillosa tienda a la que todos quieren pellizcarle un pedacito
(Trump, dixit). Hay que reconocer que este personaje resulta caricaturesco y excedido por su supina ignorancia, pero no podemos olvidar que la agenda imperial de Estados Unidos, sean republicanos o demócratas, sigue funcionando. Y lo sucedido con la última elección en Ecuador, un fraude por donde se le vea, con el silencio de los medios de comunicación internacionales es un ejemplo de ello. Se logró el propósito: evitar que la candidata Luisa González llegara a la presidencia porque su proyecto favorable a la soberanía, a los recursos y al pueblo ecuatoriano se consideró contrario a los intereses del imperialismo estadunidense.
La potencia económico-militar mundial, convertida en el policía del mundo, ha desatado la mayoría de las conflagraciones del siglo XX y continúa hasta nuestros días, apoyando genocidios contra los palestinos y enviando armas a Netanyahu, expoliado riquezas de los países subdesarrollados en todos los continentes, y dominando prácticamente todas las instituciones internacionales puestas en marcha después de la Segunda Guerra Mundial que le han dado carta blanca para imponer sus intereses. Por ejemplo, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Organización de Estados Americanos, Organización Mundial del Comercio, Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Y se da el lujo de no adherirse a la Corte Internacional Penal porque quiere impunidad para sus militares. Las supuestas ayudas internacionales para el desarrollo y la democracia
han sido instrumentos para intervenir en los gobiernos y atacar aquellos que no le son afines, como la Usaid y la NED.
Y sin embargo, según Trump, el mundo ha abusado de sus ventajas, por tanto, para Hacer América Grande Otra Vez (MAGA) está dispuesto a aplicar aranceles a todos los países y recuperar lo que supuestamente le han robado. Para ello profundiza el capitalismo neoliberal comandado por la derecha y ultraderecha poniendo en marcha herramientas del siglo XIX. Sin embargo, ahora la gran diferencia es que enfrenta a dos grandes potencias: Rusia y China.
Se puede especular sobre las intenciones de crear este caos arancelario mundial, pero lo que sí está claro, y altamente preocupante, es la necesidad que tiene EU de enormes cantidades de materias primas estratégicas y América Latina las posee. Tal como puso en evidencia en su momento la comandante Laura Richardson, del Comando Sur, como si fueran propios. Por tanto, cualquier país latinoamericano que pretenda mantener la soberanía sobre sus recursos será sometido a las consabidas injerencias. No se puede desconocer lo señalado por el propio Marco Rubio: la región está bajo la Doctrina Monroe
. Lo que empieza a quedar bastante claro con Javier Milei, en Argentina; Nayib Bukele, en El Salvador; Daniel Noboa, en Ecuador; Dina Boluarte, en Perú; José Raúl Mulino, en Panamá, y Santiago Peña, en Paraguay.
En este panorama geopolítico en que Estados Unidos considera a América Latina su patio trasero
y aplicará su hegemonía colonialista a través de todo tipo de injerencias que podrían convulsionar a la región, es urgente buscar caminos para impedir no sólo la pérdida de soberanía sobre los recursos estratégicos, sino la propia independencia. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), bajo la nueva conducción de Gustavo Petro, debe priorizar la agenda de la integración latinoamericana ante las condiciones adversas que se ciernen sobre la región.
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