Los cables USB fueron diseñados originalmente para transferir datos, audio, video y energía en un solo componente. Esta versatilidad influye en la variación de sus precios, ya que factores como la calidad de construcción, la marca y las características adicionales pueden impactar su costo. A pesar de sus ventajas, también presenta algunos riesgos.
Un reciente estudio de ciberseguridad ha revelado que los cables USB-C están siendo utilizados cada vez más por los hackers para comprometer dispositivos y robar información sensible. De este modo, se han convertido en una herramienta efectiva para los ciberdelincuentes.

Un ejemplo de este riesgo es el cable USB-C O.MG, desarrollado por Mike Grover con fines de investigación en seguridad. Este accesorio busca concientizar a usuarios y empresas sobre la existencia de hardware malicioso que podría ocultarse en cables aparentemente normales, gracias a componentes de rastreo en su estructura. Suelen pasar desapercibidos debido a su diseño inteligente, según los expertos en ciberseguridad.
Cómo protegerse de estos ataques
Los expertos en ciberseguridad advierten que estos cables maliciosos pueden parecer inofensivos a simple vista, pero en realidad están diseñados para instalar software espía, extraer datos privados o incluso tomar control remoto del dispositivo conectado. Además, señalaron que este tipo de hardware puede representar un riesgo para personas, empresas o infraestructuras críticas, pero el consumidor promedio no debería preocuparse en exceso, principalmente por el alto costo de estos dispositivos.

Fuente: Freepik
Los especialistas aconsejan utilizar cables USB-C certificados y evitar, en la medida de lo posible, el uso de puertos de carga públicos. Además, usar cables de carga sin capacidad de transmisión de datos. En algunos casos, se sugiere el uso de bloqueadores de datos USB. Inspecciona tus cables regularmente, para revisar cualquier signo de manipulación o modificaciones sospechosas.
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