CDMX.- Seis meses han pasado desde que Andrés Manuel López Obrador dejó la Presidencia de México y anunció que se retiraría a vivir a su finca en Palenque, Chiapas, pero cada vez son más los indicios de que no se encuentra en México.
De acuerdo con el periodista Roberto Rock, son tres las vertientes de lo que, hasta ahora, se sabe del exmandatario: No acompañó a su hijo Gonzalo López Beltrán en su boda, no atiende en Palenque y se ha ausentado del proceso de producción de su último libro.
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“Su presencia pública, como ofreció, se ha reducido al mínimo; incluso, su paradero real es desconocido”, señala Rock hoy en su columna “Retrato Hereje”.
La ausencia del polémico expresidente ha alimentado especulaciones sobre su verdadera residencia e incluso sobre la posibilidad de que se encuentre fuera del país, particularmente en Cuba, como destaca el editorialista. Pero hasta ahora no hay nada confirmado, sólo rumores.
“No hay tampoco, por ahora, testimonios de reuniones confidenciales con políticos”, añade Roberto Rock.
El periodista Pedro Ferriz de Con asegura que López Obrador vive en Cuba, protegido por el régimen de Miguel Díaz-Canel. Incluso afirma que esa es la razón por la que la presidenta Claudia Sheinbaum ha enviado ayuda a la isla.
EN PALENQUE SÓLO VIVE UN EMPLEADO
A inicios de febrero, Bobby, hijo de López Obrador, se casó en Cancún, en cuyo festejo el expresidente no estuvo presente, lo que generó diversas especulaciones sobre su ausencia en un día especial para su familia.
Sin embargo, Rock señala que el tabasqueño fue el anfitrión de la boda civil, la cual se realizó en su propia finca de Palenque, Chiapas, pero a la celebración “asistieron no más de una veintena de invitados”.
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Además, de acuerdo con información recopilada por el periodista, amigos y colaboradores cercanos a López Obrador han intentado comunicarse con él o visitarlo en Palenque, pero solo han sido atendidos por un empleado, cuya respuesta siempre es la misma: “El licenciado le agradece su mensaje; nos dice que él lo buscará más adelante”.
“Amigos y políticos cercanos al exmandatario han enviado mensajes o, a través de terceros, han tocado a las puertas de la finca, siendo atendidos por lo que parece un solitario trabajador, acaso el único habitante regular del inmueble”, narra el periodista al respecto.
La tercera vertiente sobre lo que se sabe de Obrador es la publicación de un nuevo libro firmado por él, pero a diferencia los anteriores, el exmandatario no ha estado pendiente del proceso.
“La norma fue una cercana interacción del exmandatario con colaboradores que elaboraban segmentos importantes (de sus libros), como una suerte de ‘escritores fantasmas’. Uno de los más evidentes fue su exvocero, Jesús Ramírez…
“Hubo una obsesión de López Obrador para mantener contacto con el proceso de producción. Nada de eso parece ocurrir ahora”, expreso Roberto Rock.
Mientras López Obrador se mantiene oculto de la vida pública, su nombre y su imagen siguen presente en los programas sociales, pero por el gasto que “cada vez más difíciles de sostener”, así como sus “obras insignia −Tren Maya, Dos Bocas, Tren Transístmico− que quizá nunca sean rentables”, critica el periodista en su columna.
A ello hay que sumar la situación crítica de Petróleos Mexicanos (Pemex) y un sector salud que se encuentra en condiciones precarias, pese a su promesa de equipararlo con el sistema de salud de países como Dinamarca.
“Todo ello presentaba ya enormes dificultades antes del arranque del gobierno de la presidenta Sheinbaum. Todo eso sigue siendo parte de una herencia no debidamente juzgada”, asesta el periodista.
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