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Durante años hemos creído que los paneles solares eran un problema para nuestros campos, un estudio con 1.700 ovejas propio de un juego de estrategia dice lo contrario


Tras más de 30 años invirtiendo gran parte de mi ocio en juegos de construcción de ciudades, la búsqueda de sinergias entre unos elementos y otros se ha convertido en una suerte de obsesión. Tal vez por eso, cuando me crucé con este estudio sobre la fiebre agrovoltaica que busca unir agricultura y ganadería con campos de paneles solares, no pude evitar acordarme de mis horas en este tipo de juegos de estrategia.

Frente a estos simuladores de gestión, la idea de unir conceptos aparentemente alejados entre sí para maximizar la eficiencia y producción de ambos suele ser una constante. Por ejemplo, las industrias de carbón que dañan los campos con su polución pueden terminar siendo de gran ayuda al permitir que los cultivos se vuelvan más ágiles y productivos a base de tractores. Con la mezcla entre la producción de energía solar y la agricultura, en realidad está pasando algo similar.

Beneficios para los animales y la energía solar

Aunque durante años hemos creído que instalar paneles solares en nuestros campos iba a ser un problema, los últimos estudios demuestran que no sólo no impiden que las prácticas tradicionales se mantengan, también pueden elevarlas a un nuevo nivel. Tras demostrarse en Italia que la calidad de los vinos podía ser superior gracias a la sombra proyectada por los paneles, ahora un estudio con 1.700 ovejas vuelve a ofrecer una idea similar.

Durante tres años una localidad australiana separó a sus ovejas en dos grupos. Las primeras pastarían de la forma tradicional, mientras que las segundas lo harían en un parque solar. El resultado de lo acontecido en este experimento australiano es que pastorear a las ovejas entre paneles solares mejora la calidad de la lana de forma drástica.

Además de actuar como cortacésped para el correcto mantenimiento de la granja solar, al analizar la lana de las ovejas descubrieron que el crecimiento, el peso y los micrones de la lana, el índice que determina la calidad de la fibra, eran notablemente superiores en el segundo grupo. La clave parece estar en la variedad de alimentación que, gracias a la sombra proyectada por los paneles solares, permite a las ovejas ir alternando entre pasto fresco, seco y heno varias veces al año.

Aunque es evidente que hay un gran interés en apoyar la energía solar por parte de las empresas relacionadas con las energías renovables, como es el caso de este propio estudio, quienes estamos acostumbrados a este tipo de mezclas en los juegos de gestión sabemos hasta qué punto dos aspectos que no parecen casar entre sí pueden terminar dando resultados ejemplares. El de la producción agrovoltaica ya ha demostrado en más de una ocasión que, sin duda alguna, puede ser uno de ellos.

Imagen | The Fabric of Canada

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