26/04/2025 07:15
Actualizado a
29/04/2025 20:17
Ver coches chinos circulando por nuestras carreteras se ha convertido en algo cotidiano. Tras varios meses de desembarco masivo por parte de fabricantes asiáticos, con una oferta repleta de novedades, estos vehículos ya forman parte habitual del paisaje automovilístico español. “La presencia de modelos chinos en los centros de tratamiento de vehículos es el indicio definitivo de que han pasado a integrarse plenamente en el ciclo de vida del parque móvil de nuestro país”, afirma Marc Cuñat, responsable de recambios en Recomotor.
La señal es inequívoca: modelos de marcas como BYD o MG ya están llegando a los desguaces. Para el sector, se trata de una excelente noticia, ya que su presencia supone tanto un reto como una oportunidad para la industria del recambio, el mantenimiento y la economía circular. Además, obliga a adaptarse a las nuevas necesidades del tratamiento de vehículos eléctricos.
“Hay piezas que pueden llegar en tan solo 24 horas”
“En cuanto a los vehículos eléctricos, el número de piezas recuperables es bastante similar al de los coches de combustión”, señala Cuñat, que añade que “muchas de ellas, como la carrocería, la suspensión o los interiores, se revisan de la misma manera. Sin embargo, en lo referente a componentes claves como el motor eléctrico y la batería de alto voltaje, hemos tenido que adaptarnos y adquirir sistemas de diagnosis específicos”.
Estas marcas asiáticas han mejorado notablemente su red de distribución en Europa, especialmente, para piezas de alta rotación, que pueden llegar en tan solo 24 horas, pero hay componentes menos comunes como cabeceras de asiento o partes de chasis, que presentan tiempos de entrega que suelen superar las tres semanas. “Esto complica aún más la viabilidad de muchas reparaciones, ya que el coste del vehículo siniestrado puede acercarse rápidamente al valor venal si los plazos se alargan y la disponibilidad de piezas no está garantizada”, advierte Cuñat.
Lo que está claro es que la llegada de estos vehículos a los desguaces marca un nuevo capítulo para la economía circular del automóvil. Adaptarse a los nuevos modelos, diagnosticar sus componentes y asegurar la disponibilidad de recambios se convierte en una prioridad para seguir avanzando hacia una automoción más sostenible y eficiente.
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