Dentro de la mitología de la Tierra Media, creada por J. R. R. Tolkien, los ejércitos y criaturas míticas juegan un papel crucial, pero pocos son tan intrigantes como el Ejército de los Muertos de Dunharrow. A lo largo de El Señor de los Anillos, esta legión de espectros es presentada como una de las fuerzas más temibles y letales que existen, sin embargo, lo que se revela con más profundidad es que no tienen la capacidad de hacer daño físico alguno. ¿Entonces, por qué son tan temidos?
Naturaleza y Significado Simbólico
Los Muertos de Dunharrow, también conocidos como los Perjuros de las Montañas Blancas, o los Muertos de El Sagrario, están condenados a vagar como espectros debido a una traición cometida en el pasado. Durante la Guerra de la Última Alianza de Elfos y Hombres, los hombres de las Montañas Blancas juraron lealtad a Isildur, pero cuando la guerra se tornó incierta, rompieron ese juramento y traicionaron al líder Dúnedain. Como castigo, fueron maldecidos a vagar por siempre, incapaces de hallar descanso hasta que alguien les ofreciera una oportunidad de redención. Esta condena se materializa en su existencia incorpórea, incapaz de tocar o destruir físicamente a nadie. No obstante, el miedo que inspiran, tanto en los personajes como en los lectores, es inmenso.
A lo largo de las obras de Tolkien, se puede observar cómo lo intangible, lo inmaterial, tiene el poder de marcar más profundamente que lo tangible. El Ejército de los Muertos simboliza precisamente esta idea: no necesitan causar daño físico, pues su terror radica en lo que representan. Al ser incapaces de interactuar con la realidad física, su influencia se reduce a una dimensión psicológica y moral, lo que les otorga un poder superior al de cualquier ejército material. El miedo que causan no es fruto de su fuerza destructiva, sino de la culpabilidad, deshonra y la condena de aquellos que se enfrentan a ellos.


Función narrativa en la obra de Tolkien
En El Retorno del Rey, cuando Aragorn convoca a los Muertos de Dunharrow, el poder de estos espectros se convierte en una herramienta decisiva para la victoria. Sin embargo, como vemos, la verdadera fuerza de los Muertos radica en su capacidad para influir en la moral de quienes los enfrentan. Al invocarles, Aragorn no solo los convoca como un ejército físico, sino que los utiliza para introducir el miedo en el corazón de sus rivales que ven cernirse sobre ellos a una fuerza mágica imparable. Esta invocación demuestra que el poder no siempre está en la capacidad de destruir, sino en el reconocimiento de una deuda no saldada, una promesa incumplida. La verdadera lucha de los Muertos no se da en el campo de batalla físico, sino en el nivel espiritual y moral de quienes se enfrentan a ellos. Al final, no deja de ser una imagen aterradora ver como miles de guerreros espectrales cargan contra ti.
Tolkien juega con la ironía de cómo estos seres, que inicialmente parecen una amenaza mortal, se convierten en agentes de justicia, forzando a los vivos a enfrentarse con las consecuencias de sus propios errores. David Day reflexiona en sus libros sobre la fuerza del Ejército de los Muertos es, por tanto, una reflexión sobre el honor y el peso de las promesas, y de cómo el verdadero poder radica en las acciones no físicas que resuenan a lo largo de la historia. ¿Qué hay más aterrador para un guerrero que morir deshonrado?
Diferencias Entre el Libro y la película
Las películas de Peter Jackson, aunque fieles en muchos aspectos a la obra original, presentan una adaptación algo diferente de los Muertos de Dunharrow. Mientras que en el libro, los Muertos son principalmente una representación simbólica de la traición y la culpa, la película opta por mostrarlos de manera más tangible, presentándolos como una fuerza de combate física. En El Retorno del Rey de Jackson, los espectros se convierten en un ejército que barre a sus enemigos con violencia, lo que, aunque impresionante visualmente, reduce parcialmente el impacto simbólico que Tolkien había logrado con la representación de los Muertos como seres incorpóreos.
Jackson añadió otros cambios, como la manera en la que Aragorn recluta a esta fuerza militar o cómo entrar en batalla contra las fuerzas de Sauron, pero la principal diferencia de enfoque entre la obra literaria y la adaptación cinematográfica está más en el impacto físico que los espectros parecen tener en la película. No hace que una versión sea necesariamente superior a la otra, pero es cierto que algo de caracter mítico de los Muertos de Dunharrow se pierde en la película.
En el libro, el miedo está en lo que los Muertos representan; en la película, el miedo se basa en su presencia física y en la violencia de sus ataques
En los textos originales sabemos que los piratas que usa Sauron prefieren arrojarse al mar antes de enfrentarse a los espectros, tal era su pavor a este ejército de fantasmas. De ahí que no importaba que los Muertos no pudieran tener una influencia directa en el mundo físico. Mientras que en el libro, los Muertos de Dunharrow son una fuerza militar basada en el miedo, en la película, la tensión se basa en una acción visualmente espectacular que se resuelve más por su fuerza numérica que por su naturaleza espectral. Esto cambia la dinámica del terror: en el libro, el miedo está en lo que los Muertos representan; en la película, el miedo se basa en su presencia física y en la violencia de sus ataques.


Paralelismos históricos y culturales
La figura de los Muertos de Dunharrow no es única de la obra de Tolkien; puede encontrarse en diversas mitologías y culturas, donde los espectros o los ejércitos de muertos, aunque incapaces de causar daño físico, tienen el poder de sembrar el pánico y dominar las emociones humanas. Desde las leyendas nórdicas de los vikingos hasta las tradiciones góticas, el miedo generado por lo inmaterial ha sido una constante en el imaginario colectivo. Diversas culturas han creado leyendas sobre agrupaciones espectrales que, más allá de causar daño físico, imprimen en el imaginario colectivo un terror profundo y simbólico: la Santa Compaña en Galicia evoca almas errantes que anuncian malos presagios; la Cacería Salvaje, presente en múltiples mitologías europeas, imagina a un ser sobrenatural cabalgando con un séquito de espíritus, presagio de calamidad; en la mitología griega, las almas en el inframundo se representan como un ejército que encarna la inevitabilidad del destino; en Japón, los Yūrei y Onryō personifican la venganza y los rencores tras muertes trágicas; y finalmente, las legiones demoníacas en tradiciones abrahámicas simbolizan la lucha entre el bien y el mal a través de un terror moral y espiritual. Al bueno del Profesor Tolkien nunca le faltan referencias.
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Esta conexión refuerza la interpretación de los Muertos de Dunharrow como una metáfora universal: el verdadero poder reside en lo intangible, en aquello que no se puede ver ni tocar, pero que sin embargo, tiene un impacto profundo en la psique humana. De ahí que el Ejército de los Muertos de Dunharrow sea una de las paradojas más fascinantes de El Señor de los Anillos. A pesar de ser considerados como una amenaza apocalíptica, los Muertos de Dunharrow son incapaces de interactuar con el mundo material; su poder radica en el terror psicológico que generan, mucho más que en su capacidad destructiva. A veces, el mayor poder no está en lo que podemos ver o tocar, sino en lo que está oculto en lo más profundo de nuestra conciencia.
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