Si eres uno de esos aficionados a la ciencia ficción que no teme mancharse las manos de polvo cotilleando en las cajoneras de las librerías de viejo, seguramente conozcas esta mítica saga de libros. Tal vez incluso tengas alguno, de esos que aparecen en casa de tus abuelos sin que nadie sea capaz de precisar su origen. En cualquier caso, tener en tu estantería una de las novelas de esta serie es tener un pedacito de la historia editorial de España. La Saga de los Aznar, a pesar de tener nombre de historia que bien podría mezclar oscuros legados familiares y siniestros horrores tentaculares de estirpe lovecraftiana, es uno de los mejores exponentes de la ciencia ficción en España. Una obra pionera que, por desgracia, cada día parece estar un poco más cerca de un inmerecido olvido.
Una saga galáctica surgida en los quioscos
La Saga de los Aznar es un monumento oculto de la ciencia ficción española, firmada por Pascual Enguídanos bajo el seudónimo anglosajón de George H. White. Porque seamos sinceros, la ciencia ficción nos entra mejor cuando viene de fuera. Esta colección de novelas, que comenzó a publicarse a principios de los años 50 dentro de la mítica colección Luchadores del Espacio de Editorial Valenciana, alcanzó una extensión de 56 títulos. Sí, has leído bien: 56 novelas de aventuras cósmicas, con un hilo narrativo continuo que ofrecía al lector una auténtica epopeya espacial, a la altura de cualquier gran saga internacional de la época.
Enguídanos construyó un vasto universo en el que los descendientes del almirante Miguel Ángel Aznar de Soto protagonizaban un peligroso enfretamientos enemigos intergalácticos, exploraban planetas inexplorados y descubrían tecnologías imposibles. Con títulos como El mundo de los blindados, El fuego de la vida o El refugio de los dioses, la saga evolucionó y se expandió hasta convertirse en uno de los proyectos narrativos más ambiciosos de la literatura popular española.
Años después, en 1974, la colección fue rescatada por la misma editorial, reeditando buena parte de las obras originales, muchas de ellas reescritas o profundamente corregidas, y añadiendo 24 títulos completamente nuevos hasta alcanzar el número 59, donde la serie quedó interrumpida de forma abrupta, pero alcanzando una gran popularidad y difusión entre los aficionados que encaraban la salida de una larga dictadura en España.
La ciencia ficción como evasión en la España de posguerra
Publicada en plena dictadura franquista, La Saga de los Aznar apareció en un contexto marcado por la escasez de medios, la censura cultural y una dura realidad económica y social. En aquel paisaje árido, donde soñar estaba casi prohibido, estas novelitas de quiosco vendidas a duro se convirtieron en una forma de escapismo esencial para toda una generación. Como apunta el experto Carlos Quintana Francia, “las novelas populares como las de Enguídanos no sólo entretenían, sino que ofrecían horizontes de posibilidad donde los lectores podían imaginarse a sí mismos como parte de un futuro mejor”.
los descendientes del almirante Miguel Ángel Aznar de Soto protagonizaban un peligroso enfretamientos enemigos intergalácticos, exploraban planetas inexplorados y descubrían tecnologías imposibles
En un país donde apenas llegaban revistas extranjeras, el cine de ciencia ficción era escaso y la televisión todavía daba sus primeros pasos, estos relatos cumplían un papel casi pedagógico en la difusión de la imaginación futurista. En este sentido, La Saga de los Aznar es más que una serie de novelas pulp: es un documento sociológico de una época que necesitaba desesperadamente soñar más allá de sus fronteras físicas y mentales. Tampoco podemos decir que fuera una literatura revolucionaria o que mostrar una oposición frontal la régimen, más que nada porque revolucionario y opositores todavía pagaban cara esa actitud en aquellos años, pero de vez en cuando algún guiño a la realidad patria se filtraba en las páginas dado que según el historiador Francesc Rozalén en El Diario.es, Pascual Enguídanos fue un escritor autodidacta con convicciones socialistas contrarias al autoritarismo franquista; sin embargo, para publicar bajo la censura del régimen, adaptó su obra camuflando sus ideas y plasmando un trasfondo utópico y crítico, situándose así en una oposición velada frente al franquismo pese a las limitaciones históricas.
La magia española del Universo Aznar
Si tuviéramos que clasificar La Saga de los Aznar hoy, podríamos decir que es una space opera de manual: batallas espaciales, imperios galácticos, razas alienígenas, planetas exóticos, armas definitivas y tecnologías imposibles (como la diamantina, un material indestructible, o la dedona, una fuente energética con propiedades milagrosas) se dan la mano en un torrente de imaginación que, aunque hoy nos parezca ingenuo, en su momento fue revolucionario.
Claro, desde una perspectivas actual las novelas han envejecido regulinchi, como suele pasar con casi toda la ciencia ficción de corte pulp generados antes de los años 70. Pero si la lees con cariño y perspectiva histórica, se leen como una descarga eléctrica. La acción no se detiene. La lógica científica es difusa, sí, pero lo compensa con un entusiasmo brutal por contar historias entretenidas y sorprendentes. Y en eso está parte del encanto. La ciencia de Enguídanos no es rigurosa ni se apoya en bases académicas, pero funciona dentro de su propio universo narrativo.
Comparaciones necesarias con los grandes del género
Si uno se atreve a poner a La Saga de los Aznar al lado de las grandes obras internacionales del género, las diferencias saltan a la vista. No hay en sus páginas el rigor sociológico de Asimov, ni la especulación científica de Arthur C. Clarke, ni la filosofía abstracta de Philip K. Dick. Pero tampoco pretende eso. Hablamos de una obra destinada a un lector que con mucho esfuerzo rascaba unas pesetas para evadirse de la realidad soñando con galaxias lejanas: puro escapismo de calle.
Javier Redal, creador de la también imprescindible Saga de Akasa-Puspa, valora valora a Pascual Enguídanos, alias George H. White, como un autor pionero y perfeccionista que creó una escuela propia dentro de la ciencia ficción española. Con todo, las principales influencias de Pascual Enguídanos al escribir La Saga de los Aznar fueron el Flash Gordon de Alex Raymond, que inspiró su estilo narrativo dinámico y visual, y la ciencia ficción clásica, aunque su obra es mayormente original, creando una escuela propia dentro del género en España.
En este sentido, La Saga de los Aznar comparte ADN con las aventuras de Star Wars, que todavía llegaría un par de décadas más tarde: héroes improbables, destinos manifiestos, tecnología que se mezcla con lo místico, y un universo moralmente claro. No es casual que, aunque sin conexión directa, ambos relatos fueran redescubiertos por generaciones hambrientas de aventuras espaciales tiempo después de su publicación.
Un legado malherido, pero no olvidado
En los años 70, Enguídanos revisó sus obras, puliendo errores y adaptándolas a un nuevo lector. Las nuevas ediciones de Luchadores del Espacio dieron una segunda vida a la saga, que ahora contaba con una narrativa más elaborada, personajes mejor desarrollados y un universo más cohesionado. Pero el impulso no fue eterno, ya que la colección murió en 1978 sin poder cerrar las tramas anunciadas: El Gran Miedo y Escuadrón Delta quedaron inéditas.
La ciencia de Enguídanos no es rigurosa ni se apoya en bases académicas, pero funciona dentro de su propio universo narrativo
Aun así, el legado de la saga ha persistido en círculos especializados. En convenciones tan importantes como la HispaCon o eventos dedicados como la AznarCon, su recuerdo se mantiene vivo. Críticos como Saiz Cidoncha han reivindicado su lugar como uno de los pilares fundacionales de la ciencia ficción nacional, y varias editoriales han tanteado reediciones modernas. La edición del cincuentenario, una joya para coleccionistas, así como ensayos como Historia de la ciencia ficción en España de Julián Díez y Fernando Ángel Moreno, insisten en su valor. Aunque no está en las estanterías de las grandes superficies, su espíritu sigue orbitando en el sistema solar de la ciencia ficción ibérica.
No todo está perdido en la galaxia
La Saga de los Aznar abrió camino para escritores como Domingo Santos, Ángel Torres Quesada o incluso los más recientes Eduardo Vaquerizo o Elia Barceló. Su narrativa directa y su ambición espacial plantaron las semillas de un género que, durante años, sobrevivió en los márgenes editoriales. Hoy, su influencia se percibe en homenajes, pastiches y artículos como este, que rescatan su espíritu retrofuturista tan característico de las novelas de Enguídanos.
La Saga de los Aznar Tomo I: Libros 1-6
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Dicho eso, puede que La Saga de los Aznar esté más cerca del olvido que del podio cultural, tampoco es que España haya sido nunca una sociedad especialmente cariñoso con el género. Pero aún hay tiempo para evitar su naufragio en la memoria colectiva. Redescubrir estas novelas es redescubrir parte de nuestra memoria, de nuestra historia, de una generación que soñó con naves espaciales desde la grisura de una España en blanco y negro.
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