Los gatos, al igual que los humanos, pueden experimentar afonía a lo largo de su vida. Aunque no es un problema común, un cambio en el tono de voz de nuestra mascota debe alertarnos sobre la necesidad de investigar las posibles causas, que van desde un simple resfriado hasta una enfermedad subyacente. La laringe de los felinos funciona de manera similar a la humana.
Vale mencionar que al igual que las personas, los gatos pueden quedarse afónicos por frío, gritar en exceso, toser, estornudar frecuentemente o padecer alguna irritación como la laringitis. Estas situaciones son síntomas de un proceso subyacente. Por ejemplo, el maullido excesivo por estrés, el celo o la búsqueda de atención constante puede inflamar las cuerdas vocales. La exposición a aerosoles, agentes irritantes, tóxicos o alérgenos, así como la presencia de tumores o cuerpos extraños en la garganta, también pueden ser causa de esta afección.

¿Qué hacer si tu gato está afónico?
Según los especialistas, si tu gato está afónico debido a una irritación o infección en la garganta, es probable que rechace el agua o la comida por el dolor al tragar. Sin embargo, una buena hidratación es crucial para su recuperación. Se recomienda ofrecerle alimentos blandos para facilitar la ingesta de nutrientes, ya que la afonía les impide consumir productos secos..
Un remedio casero útil es utilizar un humidificador de aire o generar vapor con agua caliente de la ducha, acercando al gato brevemente para que lo respire. También, la miel, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, es un alimento adecuado para aliviar la irritación de la garganta y suavizarla, reduciendo el dolor y el malestar. Aunque a los felinos suele gustarles su sabor dulce, su consumo debe ser moderado, sugiere la etóloga.

Finalmente, para que un gato se recupere de cualquier enfermedad, y en este caso, de la afonía, es esencial proporcionarle un ambiente tranquilo para descansar. Los ruidos fuertes, la luz intensa, las corrientes de aire o los cambios bruscos de temperatura pueden estresar al animal y dificultar su recuperación. Es importante consultar a un veterinario si se observa que el malestar continúa para evitar complicaciones en la salud de tu mascota.
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