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Eugenia León habla sobre su salto hacia la composición


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▲ La artista está en proceso de grabación de su nuevo disco y algunas de sus canciones están ya disponibles en streaming.Foto cortesía de la artista.

Juan José Olivares

 

Periódico La Jornada
Jueves 29 de mayo de 2025, p. 9

Eugenia León, figura luciente del canto en nuestro país, se pone flojita y se deja llevar por la energía de lo que los humanos llaman inspiración para componer porque, confiesa a La Jornada, estaba frustrada por cantar cosas muy bellas en 50 años de carrera, pero no escribir nada.

Ya lo hizo hace dos años con su pieza Navegar, y desde ese tiempo, cada que puede, deja que la energía fluya en mi cabecita, en mi ser, y empiezan a surgir las historias y las melodías, como las que ha escrito para publicar –dosificado en sencillos–, un álbum de mariachis con canciones compuestas por ella.

Amigos y colaboradores de la reconocida cantante le habían sugerido por años editar un disco con este género vernáculo, entre éstos, el maestro Rosino Serrano, su director musical, quien arregló la primera pieza de este proyecto: Ya no te quiero ver, bolero dramático de rompe y rasga, y absoluto desamor, historia de redención dedicada a la autoestima cuyo desenlace, comparte la artista, es el quererse a sí mismo como a nadie.

Eugenia adelanta que en su disco habrá historias muy diferentes, y ésta es una de las dolorosas, porque habla sobre el hartazgo ante un amor tóxico; sobre una persona que decide terminar con una relación abusiva.

“Es triste, pero también es de redención. Está dedicada a la autoestima. Más que el reclamo o a esa mentada de madre metafórica o real, es de un: ‘no aguanto más. Salvaré lo que queda de mí. No quiero odiar, sólo lo quiero borrar’. La ira y la rabia nos pueden llevar a la destrucción terrible, donde ya no hay vuelta atrás.”

En algún momento, comparte, sentí que había algo de mi vida en eso, porque yo creo que todos hemos llegado a tener tragedias amorosas, no tanto de que me peguen físicamente, pero sí en el alma.

La pieza –a la cual Rosino Serrano incluso le propuso unas líneas– salió como si me la hubieran dictado.

Ya no te quiero ver, que desde el pasado martes está en las plataformas de streaming, antecede a otras que integrarán el disco, como la que brinda “un homenaje a Manuel Esperón. Hay otra que es una declaración de mis principios; una más sobre un sueño erótico… incluso, una inspirada en mis gatas”.

La idea de no sacar el disco completo de golpe es porque no quiero presionarme. Lo vamos a ir descargando sencillo por sencillo, sin prisa pero sin pausa y cada cierto tiempo, menciona la cantante, que en días próximos grabará el siguiente tema y así sucesivamente a lo largo del año y los primeros meses del 2026; estamos hablando de siete canciones o quizá más. Es la primera vez que hago algo, sin forzar el proyecto a que se entregue en determinada fecha.

Sin miedo a la censura

¿Cómo ha soltado su mano con la pluma para componer?, se le pregunta.

Admite que sin miedo a la censura. Conmigo había una combinación de baja autoestima como creadora y a la vez de cierta soberbia, de decir que lo que voy a componer no está a la altura de lo que yo he cantado. Me metía el pie. Finalmente también el trabajo en equipo es maravilloso porque lo que me va saliendo en melodía y letra, lo grabo con el celular, las uno y se las mando al maestro Rosino con el comentario de ¿qué piensas de esta canción?

Eugenia confiesa que no toco piano ni la guitarra, ni siquiera las puertas, yo estoy haciendo las piezas a capela, para que Rosino Serrano ponga la orquestación.

Para hacer esas grabaciones espera a que en su casa haya silencio, que es la serenidad, la cosa más hermosa. No me gusta trabajar cuando hay gente. O sea, no me gusta que me escuchen. Nunca me ves cantando en mi casa. Y cuando voy a trabajar, por ejemplo, hoy en la mañana, me levantaron mis gatitas a las 5 de la mañana, pero ya cuando me dejaron en paz un rato y que no hay nada de ruido, tomo la grabadora del celular y empiezo a ver qué apunte o recordé.

Creo que para componer –afirma– “tienes que estar en una disposición neutra, no estar proponiéndote nada de nada y que caiga, como le ha pasado a muchos, lo que te dicten de allá arriba para escribir. A mí lo que me pasó es que me dije: ‘ponte flojita, relájate, vive la vida’. Y vino la primera frase, la primera melodía”.

Algo que le sirvió para curar ciertas heridas creativas (en la composición) fue un regalo de su hijo: el libro El acto de crear: una manera de ser (de Rick Rubin).

Además de que con 50 años de estar cantando y oyendo música, se te van quedando remanentes. No está de más recordar que Eugenia León fue ganadora del Festival OTI 1985. Posee un Grammy Latin a la Excelencia Musical. En el 2020 estuvo nominada a ese premio en dos géneros. Su trayectoria suma 32 discos y múltiples reconocimientos nacionales e internacionales. En cine ha participado en largometrajes y soundtracks, y ha conducido programas de radio y televisión.

Y en cinco décadas, ¿cómo cuida su voz una intérprete como ella?

“No la cuido… Nada más no bebo, no fumo, no me desvelo; tengo muchos temas de salud, entonces, eso me obliga a que lo que menos quiero es perturbarme. Retomé mis clases y creo, eso es lo que me mantiene más o menos con la voz bien puesta, y ya cuando voy a cantar, ensayo. Pero no tengo nada especial. Por ejemplo, me encantan las paletas de hielo y eso sí, no como carne, soy casi vegetariana. Por una cuestión ética personal y por mi salud. Entonces, eso también me ayuda”.



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