Las cosas se están poniendo incómodas para la Reserva Federal. Con la vista puesta en la inflación, los funcionarios se inclinan a mantener estables las tasas cuando se reúnan en Washington el martes y el miércoles. Pero el temor a una desaceleración crece, y el presidente Donald Trump y algunos de sus asesores insisten en que el banco central recorte las tasas de interés.
Atrapado en ese aprieto, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, podría haberse sentido reconfortado por los datos oficiales del viernes, que muestran un saludable aumento de 177 mil puestos de trabajo en las nóminas de abril. Mientras el mercado laboral se mantenga firme, la Reserva Federal puede justificar con mayor facilidad su inmovilización.
Mientras tanto, el indicador de inflación preferido por la Fed mostró que las presiones inflacionarias continuaron disminuyendo lentamente. Si bien Powell y compañía normalmente acogerían con satisfacción este enfriamiento, el aumento de los aranceles estadounidenses a las importaciones podría afectar negativamente el progreso logrado en materia de inflación.
De hecho, la incertidumbre es ahora el factor dominante para los principales bancos centrales del mundo. La Casa Blanca busca acuerdos en materia arancelaria que podrían volver a cambiar el panorama, una pesadilla para cualquiera que intente pronosticar las condiciones económicas futuras.
Según Bloomberg Economics, se espera que Powell se oponga a la fijación de precios del mercado y dé una renovada prioridad a la estabilidad de precios.
Funcionarios como el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, y la gobernadora de la Fed, Adriana Kugler, han expresado su preocupación por la posible relajación de las expectativas de inflación. Si a esto le sumamos el sólido dato de las nóminas de abril, hay poca presión para un recorte a corto plazo.
El Banco Central Europeo ha seguido recortando los tipos de interés en previsión de una continua desinflación y un menor crecimiento provocados por los aranceles estadounidenses. Sin embargo, la inflación de la eurozona se mantuvo inesperadamente estable según un informe publicado el viernes, mientras que un indicador subyacente se disparó.
Otro ejemplo de la confusión que rodea la guerra comercial: en abril, el Banco de Canadá abandonó su práctica habitual de publicar un pronóstico base. En su lugar, emitió dos escenarios potenciales —y muy diferentes— que dependen del resultado de la disputa arancelaria de Canadá con Estados Unidos.
El calendario de datos económicos de Estados Unidos es ligero la próxima semana. El lunes, el Instituto de Gestión de Suministros (ISM) publica su índice de servicios de abril. Los economistas se centrarán entonces en los datos de solicitudes de desempleo para detectar cualquier indicio de que los despidos se estén acentuando.
Las solicitudes iniciales de desempleo en la semana que finalizó el 26 de abril alcanzaron su nivel más alto desde febrero, debido principalmente al aumento de solicitudes en Nueva York debido al receso de primavera.
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