Lo que debía ser una jornada emotiva y familiar ha terminado convertido en un escenario de tensión y reproches. La infanta Sofía ha celebrado este sábado su graduación en el prestigioso UWC Atlantic College de Gales, marcando el fin de una etapa educativa crucial. A sus 18 años, Sofía ha superado el exigente Bachillerato Internacional, y lo ha hecho arropada únicamente por sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia. Pero, tras las sonrisas de las fotos oficiales, se escondía un ambiente enrarecido.
La ausencia de la reina Sofía no ha pasado desapercibida. La emérita, muy unida a su nieta, quería estar presente en este momento tan importante. De hecho, asistió a la graduación de Leonor hace dos años. Y en esa ocasión le pidió personalmente a Felipe y Letizia poder acudir. Sin embargo, desde la institución se decidió limitar la presencia institucional, dejando fuera de la lista a la ex monarca.
Letizia veta la presencia de la reina Sofía en Gales
Unas órdenes que, al parecer, no son casualidad. Vienen directamente de la reina Letizia. Para la consorte, Leonor está por delante de la reina Sofía en el orden de importancia en la casa real. Y si la princesa no podía acudir, Sofía no pintaba mucho en la escena. La reina, además, apeló al estado físico de Sofía, A sus 86 años no está para muchos trotes.
Felipe, sin embargo, no ha estado de acuerdo con esta iniciativa de Letizia. Al rey no le molestaba la presencia de su madre. Todo lo contrario. Y más teniendo en cuenta que, hace dos años, para la graduación de Leonor, Letizia se llevó a su madre, Paloma Rocasolano, sin consultar con nadie, y nadie se opuso a ello.
Discusión subida de tono entre Felipe y Letizia por la reina Sofía
Unas discrepancias que no han hecho más que avivar las tensiones que ya existen en el matrimonio desde hace tiempo y que generaron una discusión subida de tono y llena de reproches entre los reyes. Todo ello ha provocado un mal ambiente que ha hecho acto de presencia en la graduación de Sofía.
Durante la ceremonia, la pareja ha mantenido la compostura ante las cámaras, pero el mal ambiente ha sido evidente para quienes los han observado de cerca. No ha habido complicidad, ni gestos de cercanía. Letizia ha evitado el contacto visual con su marido, yendo todo el rato a la suya, mientras Felipe mostraba un rostro serio y tenso. Incluso la infanta Sofía, a pesar de su habitual serenidad, parecía incómoda ante la situación familiar.
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