Fue en 2022 cuando se dio a conocer que un cantante de corridos llamado Gabriel Soto a quien también se le conocía como El Tesoro de Sinaloa falleció luego de estar por poco más de dos meses hospitalizado tras haber sido blanco de un atentado en su contra.
Algunos podrían llamarlo coincidencia, otros más, destino, sin embargo, Gabriel Soto y Valentín Elizalde no solo murieron de la misma forma, sino que ambos cantaron un famoso corrido el cual popularizó “El Gallo de Oro”, sin embargo, el que ambos interpretaran el tema “118 balazos” ha sido señalado como algo muy “raro”.
¿Cómo fue acribillado Gabriel Soto?
Gabriel Soto era cliente habitual de El Socio, un taller mecánico ubicado en Tijuana. Su camioneta Ford presentaba fallas y acudía con frecuencia a revisarla. Era el 22 de enero de 2022, alrededor de las tres de la tarde, cuando fue atacado justo después de subirse a su vehículo.
Un hombre se acercó sin previo aviso y disparó en varias ocasiones, en contra de Gabriel Soto, hiriéndolo de gravedad. Uno de los impactos le dio directamente en el rostro al cantante de corridos.

El agresor huyó y aunque “El Tesoro de Sinaloa” fue trasladado con urgencia a un hospital neurológico en Guadalajara, donde se le brindó atención especializada, no logró recuperarse. Y es que, permaneció dos meses luchando por su vida, hasta que finalmente el 16 de marzo falleció de 2022. La noticia se dio a conocer días después, el 21 del mismo mes.
Soto tenía 55 años al momento de su muerte y era una figura muy reconocida en la región. Su apodo, El Tesoro de Sinaloa, reflejaba no sólo su origen, sino la estima de su público. Aunque no alcanzó el nivel mediático de otras estrellas del regional mexicano, en estados del norte era respetado por su estilo auténtico y su lealtad al género.
El corrido que Valentín Elizalde y Gabriel Soto cantaron
118 balazos no es cualquier tema. Fue escrito por Valentín Elizalde en 2003 y, aunque por momentos parece un juego con la muerte, también es una crónica feroz de la violencia del narco. El mismo Soto retomó el corrido como un homenaje, o quizá como una declaración. La canción menciona su nombre en al menos dos estrofas, como si él ya fuera parte del relato que otros vivieron antes.
Lo que ha llamado la atención es que tanto Elizalde como Soto terminaron asesinados y ambos amaban cantar este corrido, el cual fue composición de El Gallo de Oro. El primero en 2006, tras una presentación en Reynosa; el segundo, casi dos décadas después, al salir de un taller mecánico.
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