Con la lucha libre como estandarte, Hera superó sus miedos y tomó impulso ante el momento más complicado de su vida, en el que, tras la separación de sus hijos y el diagnóstico de una grave enfermedad, pensó en quitarse la vida.
La gladiadora, quien agradeció contar con el respaldo incondicional de su familia en esos instantes de dolor, compartió con EL UNIVERSAL Deportes esa etapa, en la que el deporte le dio fortaleza para seguir adelante.
“La lucha libre me ha salvado muchas veces. Tuve un intento de suicidio, me enfermé antes de entrar a la empresa, me dieron un diagnóstico fuerte: cáncer. Fue un proceso con mucho dolor en los huesos y músculos, se me cayó el cabello, no podía comer, era como un bebé. Pero nada me derrotó en mi camino hacia el sueño. El deporte me hizo ver que soy fuerte”.
La esteta, quien al igual que millones de mujeres en México, celebrará hoy el Día de las Madres, narró aquel difícil tiempo alejada de sus pequeños, lo que la llevó a pensar en atentar contra su vida.
“Pasaba momentos difíciles. Dos personas muy importantes para mí, mis hijos, estaban en un albergue. No veía salida, me frustré mucho. Mi padre me dijo: ‘la vida no es siempre color de rosa’, que era una cobarde, ya que había personas que quieren vivir y no pueden. La familia fue fundamental”.
Hera agradeció a sus hijos por ser su mayor motivación. “Tenía tres trabajos en ese momento, iba a la casa-hogar en la que estaban mis hijos, sólo tenía una hora para verlos. Entre semana hablaba cinco minutos con ellos. Eran y son mi mayor fortaleza, me han convertido en una mejor persona. Hera tiene su parte ruda, pero también su parte humana. Todo me llevó a lo que soy ahora”.

La luchadora Hera en las instalaciones de EL UNIVERSAL. FOTO: Hugo Salvador
Deja una respuesta