Básicamente podemos decir que lo hizo en nombre de la ciencia. Y el mismo Tim Friede no nos dejará mentir, pues con su voluntad, se ha creado un nuevo antiveneno con anticuerpos el cual protege a los ratones contra el veneno no de una ni de dos ni de tres… ¡De 19 especies de serpientes mortales!
Este hombre de origen estadounidense, es un coleccionista de serpientes que de forma voluntaria se ha administrado más de 600 dosis de veneno de este animal, además de haber sido mordido cerca de 200 veces por serpientes venenosas, para así crear inmunidad o fortalecerla.
El artículo científico se publicó en Nature y también en Cell y aunque los científicos aseguran que este es un gran avance en la materia, también indican que la manera en como se obtuvo este antiveneno no es muy ética y sí excesivamente turbia. Aquellos especialistas que escriben este artículo publicado en dicha revista de divulgación científica, aclararon que no tuvieron nada que ver en la decisión de Tim Friede de autoexponerse al veneno.
¿Cómo inició todo?
Tim Friede se dedica a coleccionar serpientes en Estados Unidos y luego de extraer el veneno de escorpiones y arañas, decidió hacerlo con las serpientes que posee al interior de su domicilio en Wisconsin. A través de la “simple curiosidad” como él mismo la llama, comenzó a inyectarse pequeñas dosis de veneno de serpiente con la esperanza de protegerse de las mordeduras de estos animales, crear inmunidad.
“Al principio me daba mucho miedo, pero cuanto más lo haces, mejor se te da y más tranquilo te quedas”, declaró Friede a diversos medios de comunicación locales. Jacob Glanville, director ejecutivo de la empresa biomédica Centivax, asentada en San Francisco, junto a Peter Kwong, bioquímico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, supieron sobre lo que realizaba Tim Friede y luego de contactarlo, explicaron al comité de ética todo alrededor de este hombre.
Ellos explican que la manera en la que se crean actualmente los antivenenos, ya es muy obsoleta, sobre todo porque las sustancias que se elaboran se inyectan en caballos u otros animales. “Teniendo en cuenta las tecnologías avanzadas disponibles hoy en día en inmunología, es inaceptable seguir confiando en estos métodos obsoletos para tratar las mordeduras de serpientes“, reveló Kartik Sunagar a la revista Cell. Él es un biólogo que desarrolla antivenenos en el Instituto Indio de Ciencias de Bengaluru.
¿Es ético? La pregunta del millón
Algo que aclaran en varias ocasiones a lo largo del estudio, es que los científicos buscaban crear un antiveneno que protegiera contra una gama de las más de 600 especies de serpientes venenosas del mundo, sin embargo, creían que hacerlo de esta manera también podría comprometer su ética con la ciencia.
“No aconsejamos a Friede que hiciera esto y nadie más necesita hacerlo de nuevo; tenemos todas las moléculas que necesitamos”, indicó Glanville, pidiendo a la gente que no replicara esto en casa. Luego de obtener la aprobación del comité de ética, así como de haber contactado a Friede y también tener su aprobación y documentarlo sobre los peligros del veneno de las serpientes, recolectaron entonces dos viales de la sangre del coleccionista.
Fue entonces que aislaron los anticuerpos y los analizaron contra un panel de toxinas de serpientes elápidas; esos anticuerpos se unieron que se unieron a las toxinas se analizaron después en ratones a los que se les había suministrado veneno de serpiente; sin embargo, probaron un tercer elemento, que fue el varespladib, el cual inhibe una enzima del veneno de serpiente, el cual degrada el tejido muscular y nervioso.
La creación del antiveneno
Friede sabía que lo que estaba haciendo era excepcional, así que desde su trinchera también buscó contactar a científicos que quisieran documentar su caso y estudiar la tolerancia que había desarrollado durante tanto tiempo, tomando en cuenta que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren cerca de 110 mil personas por mordeduras de serpiente.
Actualmente el antiveneno se prueba en ratones, sin embargo, lograron identificar dos anticuerpos que neutralizan el veneno de muchas especies diferentes de serpientes, teniendo la esperanza de producir un tratamiento que ofrezca mayor protección. Friede, por su parte, trabaja en Centivax, empresa que se ofreció a pagar este estudio y así encontrar pronto un potencializador a lo realizado por los científicos.
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