A partir del 8 de junio, Mercurio llega a tu zona financiera, seguido por Júpiter (9 de junio) y el Sol (20 de junio). Esta parte de tu carta es la que rige tus recursos, tu economía, tu cuerpo físico y tu autoestima. Y no hay forma de ignorarla cuando tres planetas importantes están ahí al mismo tiempo.
La pregunta central del mes es: ¿en qué se basa tu seguridad? Tal vez cambias de trabajo, abres una nueva línea de ingresos o simplemente decides organizar tus finanzas con más conciencia. Pero esto va más allá del dinero. Esta energía te empuja a entender tu valor como algo no negociable. A dejar de regalar tu tiempo. A no trabajar desde el miedo. A elegir lo que verdaderamente te enraíza.
La Luna Nueva, del 25 de junio, es el momento clave para sembrar intenciones realistas y poderosas: una nueva forma de sostenerte, de construir abundancia y de honrar tu cuerpo como tu templo.
El 11 de junio, la Luna Llena ilumina tu zona del amor, sociedades, compromisos. Esta Luna no solo marca una culminación emocional, sino que te muestra con total claridad cómo te estás relacionando. Si estás en pareja, podrían tener una conversación profunda que defina hacia dónde va la relación. Si estás soltera, esta Luna puede mostrarte lo que realmente deseas (y mereces) en un vínculo. También podría traer una ruptura simbólica con una dinámica antigua o una relación que ya no encaja con tu nueva versión.
Lo importante aquí no es quién entra o sale de tu vida, sino cómo tú estás eligiendo desde un lugar más maduro y honesto. No te traiciones por encajar. No minimices lo que sientes. Este mes, tus emociones son brújula.
El 17 de junio, Marte entra a Virgo y tu energía se redirige hacia lo privado: la familia, la casa, tu espacio emocional más íntimo. Puede ser que sientas la necesidad de ordenar tu entorno, mover muebles, limpiar energéticamente tu hogar o incluso poner límites familiares que ya son urgentes.
Este tránsito también puede remover emociones antiguas que ya no pueden quedarse guardadas: memorias de la infancia, temas con mamá o el linaje femenino. No te asustes si hay llanto o enojo. Es parte del proceso de sanar tu raíz para sostener mejor tu presente.
El 26 de junio, la mente vuelve a sentirse en casa. Tu comunicación fluye, tus ideas se acomodan y, después de tanta intensidad emocional, vuelves a sentirte tú. Este cierre de mes es perfecto para tener conversaciones importantes, escribir, armar tu plan de acción y reconectar con tu entorno desde un lugar más realista y sereno.
Deja una respuesta