
Los investigadores reemplazaron las baterías con fuentes de alimentación externas y conectaron cuatro teléfonos en una estructura con soportes impresos en 3D.
- +1.200 millones de smartphones producidos cada año.
- Reemplazo promedio: cada 2-3 años.
- Fabricación = alto consumo energético y CO₂
- Prototipo: viejos móviles convertidos en microcentros de datos.
- Bajo costo: ≈8 € por dispositivo.
- Aplicaciones: transporte urbano, monitoreo marino, IoT local.
- Elimina baterías → evita fugas tóxicas.
- Resultado: reducción de residuos electrónicos + uso eficiente de recursos.
NUEVA VIDA PARA LOS SMARTPHONES: MICROCENTROS DE DATOS SOSTENIBLES
Más de 1.200 millones de smartphones se fabrican cada año en el mundo. Este proceso implica:
- Consumo elevado de energía.
- Extracción intensiva de recursos naturales.
- Emisiones significativas de CO₂.
A pesar de ser funcionales, los dispositivos suelen ser reemplazados cada 2 o 3 años. En el mejor de los casos se reciclan; en el peor, terminan como basura electrónica, muchas veces en vertederos con riesgo de liberar metales pesados y amianto.
UNA SOLUCIÓN INTELIGENTE Y ECONÓMICA
Investigadores de la Universidad de Tartu, en Estonia, han demostrado que los teléfonos antiguos pueden reconvertirse en microcentros de datos con capacidad para procesar y almacenar información localmente.
¿Cómo lo lograron?
- Eliminando las baterías internas para evitar riesgos ambientales.
- Conectando los móviles a una fuente externa de energía.
- Agrupándolos en estructuras modulares impresas en 3D.
- Costo por unidad: solo 8 euros.
Esto no solo reduce el impacto ecológico del hardware desechado, sino que abre la puerta a soluciones tecnológicas distribuidas, descentralizadas y sostenibles.

Cómo funciona
La tecnología desarrollada por los investigadores de la Universidad de Tartu transforma teléfonos inteligentes antiguos en pequeños centros de datos mediante un proceso de reutilización y conexión colaborativa. A continuación se explica cómo funciona este sistema:
- Eliminación de la batería y alimentación externa. Para evitar riesgos de fugas químicas y prolongar la vida útil del hardware, se retiran las baterías de los teléfonos antiguos y se sustituyen por fuentes de alimentación externas estables.
- Conexión y agrupación física. Varios teléfonos (por ejemplo, cuatro) se agrupan físicamente en una carcasa impresa en 3D y se conectan mediante circuitos personalizados que regulan la energía y permiten la comunicación entre ellos.
- Instalación de software específico. Se instala software personalizado en cada teléfono para que puedan trabajar en conjunto y dividir las tareas de procesamiento de datos, actuando como nodos de un micro-centro de datos.
- Funcionamiento en red. Los teléfonos, ahora convertidos en nodos, se comunican entre sí y con otros dispositivos a través de redes inalámbricas o cableadas, procesando y almacenando datos localmente (edge computing). Esto reduce la necesidad de enviar grandes volúmenes de información a centros de datos tradicionales y permite el procesamiento en tiempo real.
- Aplicaciones prácticas. Por ejemplo, en pruebas bajo el agua, estos centros de datos basados en teléfonos procesaron imágenes de video para contar especies marinas automáticamente, eliminando la necesidad de intervención humana directa y el envío de grandes archivos a servidores remotos.
- Escalabilidad y eficiencia. El sistema es modular y escalable: se pueden añadir más teléfonos para aumentar la capacidad de procesamiento según las necesidades del entorno o la aplicación.
Principios técnicos detrás de la solución
- Procesamiento distribuido: Cada teléfono actúa como un pequeño servidor, ejecutando tareas asignadas y compartiendo resultados con el resto del grupo.
- Edge computing: El procesamiento se realiza cerca de la fuente de datos, lo que reduce la latencia y el consumo de ancho de banda.
- Sostenibilidad: Se reutilizan dispositivos que de otro modo serían desechados, reduciendo residuos electrónicos y la demanda de nuevos recursos.
CASOS DE USO REALES
- Transporte urbano inteligente: Microcentros instalados en paradas de autobús recopilan datos en tiempo real sobre pasajeros, optimizando rutas y frecuencias sin depender de grandes centros de procesamiento de datos.
- Monitoreo submarino: El prototipo fue probado bajo el agua para contar especies marinas de forma automática, evitando enviar buzos y cámaras para tareas que ahora se pueden automatizar con bajo costo y sin impacto ambiental.
- Internet de las Cosas (IoT) local: En zonas rurales o remotas, estas unidades pueden brindar procesamiento de datos en el borde (edge computing), reduciendo la dependencia de la nube y mejorando la latencia.
POTENCIAL
- Reduce drásticamente los residuos electrónicos, uno de los flujos de basura de más rápido crecimiento en el planeta.
- Evita la producción de nuevos dispositivos, ahorrando materiales escasos como el litio y evitando emisiones derivadas del transporte y fabricación.
- Democratiza la infraestructura tecnológica, permitiendo que comunidades o instituciones con pocos recursos accedan a procesamiento de datos sin grandes inversiones.
- Fortalece la economía circular, dándole una segunda vida útil a dispositivos que de otro modo contaminarían.
- Contribuye al desarrollo de ciudades inteligentes, donde la infraestructura digital se integra con la sostenibilidad desde el diseño.
Este tipo de innovación muestra cómo la ingeniería, combinada con una mirada ecológica, puede transformar problemas en soluciones concretas. Donde antes había residuos, ahora hay nodos inteligentes listos para sostener un futuro más verde.
Vía cs.ut.ee
Más información: Perseverance Ngoy et al, Supporting Sustainable Computing by Repurposing E-Waste Smartphones as Tiny Data Centers, IEEE Pervasive Computing (2025). DOI: 10.1109/MPRV.2025.3541558
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