
Un kilogramo de este catalizador puede absorber aproximadamente 18.5 kg de CO₂, el equivalente a las emisiones de un viaje en coche de 160 km.
- Nueva batería de litio–CO₂ captura carbono y genera energía.
- Supera límites previos: más ciclos, menos energía para recargar.
- Usa catalizador barato: fosfomolibdato de cesio (CPM).
- Más estable, más eficiente, más ecológica.
- Potencial para vehículos, industria y hasta Marte.
AVANCE CIENTÍFICO ACERCA LAS BATERÍAS ‘RESPIRADORAS’ DE CO₂ A LA REALIDAD
Un equipo de científicos de la Universidad de Surrey ha logrado un avance clave en el desarrollo de baterías ecológicas capaces de almacenar más energía y al mismo tiempo capturar dióxido de carbono. Se trata de las baterías de litio–CO₂, también conocidas como «baterías respiradoras», porque funcionan liberando energía al absorber CO₂, lo que las convierte en una alternativa prometedora a las actuales baterías de ion-litio.
UN CAMBIO SENCILLO CON IMPACTO SIGNIFICATIVO
Hasta ahora, estas baterías se consideraban ineficientes: se degradaban rápidamente, necesitaban grandes cantidades de energía para recargarse y dependían de materiales escasos y caros como el platino. Sin embargo, los investigadores británicos han reemplazado esos componentes críticos con un catalizador económico y accesible: fosfomolibdato de cesio (CPM). Esta solución ha demostrado ser:
- Más barata.
- Más duradera (superando los 100 ciclos).
- Más eficiente energéticamente.
- Más fácil de producir a gran escala.
INVESTIGACIÓN COMBINADA: LABORATORIO Y MODELADO COMPUTACIONAL
Para comprender por qué el CPM era tan eficaz, los equipos de la Escuela de Química e Ingeniería Química y del Instituto de Tecnología Avanzada aplicaron dos métodos complementarios:
- Análisis post-mortem: desarmaron la batería tras múltiples ciclos de carga y descarga. Descubrieron que el compuesto carbonato de litio —formado al capturar CO₂— podía formarse y disolverse repetidamente sin degradación, algo fundamental para el uso prolongado.
- Modelado por teoría del funcional de la densidad (DFT): simularon las reacciones químicas a nivel superficial, confirmando que la estructura porosa y estable del CPM facilita las reacciones electroquímicas clave.
APLICACIONES FUTURAS Y VISIÓN GLOBAL
Este avance podría abrir paso a una nueva generación de baterías sostenibles para múltiples usos:
- Transporte: en vehículos eléctricos, reduciendo simultáneamente la huella de carbono.
- Industria: capturando emisiones en fábricas y plantas energéticas.
- Espacio: potencial uso en Marte, donde la atmósfera contiene un 95 % de CO₂.
A diferencia de otras tecnologías, estas baterías no solo almacenan energía: ayudan activamente a limpiar la atmósfera.
POTENCIAL
El desarrollo de baterías de litio–CO₂ con CPM representa un doble impacto positivo: generación limpia de energía y captura directa de gases contaminantes. Este tipo de innovación es crucial en la lucha contra el cambio climático y en la transición hacia una economía sin carbono.
Reducen la necesidad de materiales raros, disminuyen la dependencia de redes eléctricas convencionales y pueden integrarse en sistemas de energías renovables como la solar o eólica, mejorando el almacenamiento de electricidad en entornos intermitentes.
Además, al tratarse de materiales más seguros, no tóxicos y sin componentes como el amianto, su fabricación representa menos riesgos para la salud y el medio ambiente. Si se escala de forma adecuada, esta tecnología puede convertirse en un pilar de la sostenibilidad energética del siglo XXI.
Vía Scientific breakthrough brings CO₂ ‘breathing’ batteries closer to reality | University of Surrey
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