Apenas el pasado 25 de febrero, Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), confirmó que se ha debilitado el círculo de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, “El Chapito”, sin embargo, señaló que no se había realizado una operación específica ni “se escapó por un túnel” cuando lo tenían cercado, como sostuvieron algunos medios.
Ciudad de México, 12 de mayo (SinEmbargo).– Iván Archivaldo Guzmán ha evadido su captura recurriendo a tácticas aprendidas de su padre, Joaquín “El Chapo” Guzmán, dice hoy un texto largo de The Wall Street Journal.
Los periodistas Steve Fisher y José de Córdoba reportan que a principios de este año, fuerzas especiales mexicanas irrumpieron en una casa de seguridad en Culiacán, bastión del Cártel de Sinaloa, buscándolo. Los recibió una sorpresa. El hijo de “El Chapo” Guzmán, y actual líder de la facción más poderosa del cártel, evadió la captura porque ocultaba en un baño la entrada a un túnel.
“El túnel se extendía tres cuadras hasta una casa deshabitada, según un funcionario mexicano familiarizado con la operación. Guzmán dejó más de 15 teléfonos prepago en la casa de seguridad, junto con computadoras portátiles, fotos familiares y una habitación llena de recuerdos deportivos, añadió el funcionario”, citan los periodistas.




El Departamento de Justicia afirma que Guzmán es uno de los mayores traficantes de fentanilo del mundo y hay una recompensa de 10 millones de dólares por su cabeza.
“‘El Chapo’ escapó de su celda de máxima seguridad en 2015 a través de un túnel de una milla de largo equipado con una motocicleta sobre rieles y desapareció en helicóptero en las montañas de Sinaloa. Al año siguiente, cuando las autoridades mexicanas y estadounidenses lo rastrearon hasta la ciudad de Los Mochis, en Sinaloa, huyó por un túnel oculto tras el espejo de un camerino y emergió de una alcantarilla. Fue capturado por un policía mexicano tras robar un auto. Los fiscales estadounidenses consideran a su hijo uno de los más brutales de una nueva generación de ‘narcojuniors’ que han llegado a la cima del Cártel de Sinaloa y su lucrativa diversificación hacia el contrabando de fentanilo. Fue Guzmán quien convocó a cientos de sicarios de Sinaloa y obligó al Ejército a liberar a su hermano Ovidio tras su captura en 2019”, recuerdan los periodistas.
Ovidio fue recapturado cuatro años después. Fue extraditado a Estados Unidos.




“Como líder de la facción de los ‘Chapitos’, liderada por los hijos de ‘El Chapo’, Iván Archivaldo libra una guerra territorial contra una banda rival. La Presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha estado bajo presión de Estados Unidos para capturarlo. Trump también está presionando a Sheinbaum para que permita la entrada del ejército estadounidense a México y combata a los cárteles. La búsqueda de Guzmán demuestra lo difícil que es desmantelar a capos con un fuerte apoyo en sus bastiones”, dicen Steve Fisher y José de Córdoba.
“Guzmán ha demostrado ser un blanco formidable. Una legión de sicarios proporciona círculos de seguridad concéntricos y se mueve con él por Culiacán. Informantes de toda la ciudad alertan a su equipo sobre actividades sospechosas, según informaron funcionarios mexicanos. La policía a su cargo le alerta de redadas pendientes, según personas familiarizadas con su rutina. Los empleados del aeropuerto de Culiacán rastrean las llegadas. El personal del hotel vigila a los huéspedes. Y todos, desde los vendedores de tamales hasta los lavaparabrisas, son la mira de Guzmán mientras evade a las autoridades mexicanas”, afirma el texto en The Wall Street Journal.




Guzmán rara vez hace llamadas telefónicas para evitar escuchas telefónicas, dicen. Mantiene la distancia con su esposa e hijos, quienes podrían guiar a las autoridades hacia su paradero, según dijo un funcionario mexicano a los periodistas.
“Aun así, en febrero, las fuerzas federales se le acercaron. Capturaron a uno de los pilotos de mayor confianza de Guzmán y a dos tenientes de su equipo de seguridad, quienes los condujeron a su casa de seguridad. Una noche, un equipo de 15 fuerzas especiales golpeó la puerta principal con un ariete. Pero no cedió. Estaba hecha de capas de acero reforzado, como las de las casas de seguridad de El Chapo”, narran los periodistas citando a un funcionario del Gobierno mexicano.




Las fuerzas especiales “embistieron la entrada con un vehículo blindado, derribando la puerta. Vieron fotos de la familia Guzmán en las paredes y presintieron que había estado allí momentos antes, según informaron personas familiarizadas con el operativo. Avanzaron por un pasillo, sólo para encontrarse con otra puerta blindada y reforzada. La abrieron con un ariete, según estas personas, hasta una habitación que contenía armas de uso militar y más fotos de la familia Guzmán. Gorras de béisbol firmadas por estrellas estadounidenses del béisbol estaban dedicadas a Iván y a su hermano Jesús Alfredo”.
Al entrar en un baño, añaden los periodistas, encontraron una escena demasiado familiar: un armario con pasta de dientes y cepillos de dientes estaba entreabierto. “Detrás había un túnel bien iluminado, lo suficientemente alto como para caminar, que descendía por debajo de la casa. Guzmán había eludido a las fuerzas especiales una vez más. El túnel se extendía tres manzanas por debajo de la ciudad hasta una casa vacía, según un funcionario mexicano. Desde allí, Guzmán desapareció en el bullicio vespertino de Culiacán”.


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